Dom Jun 26 , 2016
A 29 años que Chile suscribiera la Convención contra la Tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes de la ONU, el 26 de junio en 1987, estas prácticas no han logrado ser erradicadas de nuestro país. Los chilenos seguimos enterándonos de nuevos episodios, que nos reviven imágenes, relatos y vivencias de la dictadura cívico-militar. La recurrencia a estas prácticas y los intentos de excarcelar y criminales de lesa humanidad, confinado en el Penal de Punta Peuco, alarman a las organizaciones de derechos humanos y sitios de memoria. Desde Villa Grimaldi, su presidente, el ex preso político Higinio Espergue, hace un llamado a la unidad y a movilizarse para enfrentar esta nueva ofensiva de los partidarios de la impunidad. El 17 de mayo recién pasado, una protesta pacífica de alumnos del Instituto Nacional fue enfrentada con violencia por la policía uniformada y terminó con el arresto del estudiante Roberto Zambrano, presidente del Centro de Alumnos del establecimiento. Tras ser puesto en libertad, el joven denunció haber sido golpeado y obligado a desnudarse al interior de la 3ra Comisaría, lo que se tradujo finalmente en una querella contra los uniformados. Casi dos semanas después, el 5 de junio, en el marco del desalojo del Liceo de Niñas de Concepción, fue detenida la alumna Constanza Vargas, quien denunció maltratos y vejaciones al interior del recinto policial donde fue llevada. Carabineras de FFEE, tras golpearla procedieron a arrancarle un piercing metálico usando para ello un alicate. Otro caso, aún más violento, afectó a la actriz María Paz Cajas, quien abortó un embrión de 5 semanas, luego que una carabinera le diera una patada en su entrepierna al intentar detenerla. Esta agresión se verificó cuando intentó defender a adolescentes que eran reprimidos por uniformados. En tanto en la Araucanía, el 14 de junio recién pasado, fue secuestrado Víctor Queipul, lonko de la Comunidad Autónoma de Temuicuicui, por parte de un comando no identificado. Sus captores procedieron a interrogarlo bajo tortura, abandonándolo varias horas después a más de 60 kilómetros de su hogar. Este hecho coincidió con un operativo policial contra la comunidad, pero Carabineros niega alguna relación con los autores del secuestro. Todos estos casos, son algunos ejemplos de lo que enfrentan en la actualidad, integrantes de movimientos sociales y comunidades en lucha, cuyas características en común son: la violencia desmedida y la impunidad. En el caso de los estudiantes secundarios, los hechos demuestran la intención intimidatoria de Carabineros contra menores de edad, quienes además son criminalizados y cuestionados ante la opinión pública. Por otro lado, en el caso de María Paz Cajas se suma la arista de violencia de género. En estos años de crecientes movilizaciones sociales, en la cuales mujeres jóvenes y adolescentes participan con creciente protagonismo y liderazgo, han recrudecido las agresiones de connotación sexual por parte de la policía. Estas van desde desde insultos sexistas a manoseos, golpes y tratos vejatorios, como el obligarlas a desnudarse en los cuarteles. La lógica patriarcal y punitiva de estas prácticas es evidente […]