Las nuevas administraciones en naciones como Venezuela, Bolivia, Ecuador y Brasil trabajaron para transformar ese panorama, indicó el especialista.
Estos ejecutivos, explicó, impulsaron políticas sociales encaminadas a luchar contra la miseria y la exclusión, y también priorizaron la integración entre ellos como forma de enfrentar la hegemonía capitalista.
Otro elemento importante es que recuperaron el rol protagónico del Estado en la sociedad para garantizar los derechos de todas las personas, señaló.
Sader se refirió específicamente a Brasil y recordó cómo millones de personas salieron de la pobreza, mejoraron sus condiciones de vida y comenzaron a tener acceso a la educación y otros servicios sociales. Pero más allá de eso, resaltó, Brasil cambió su posición en el mundo, comenzó a desempeñar un rol mucho más importante y eso elevó la autoestima nacional: ‘los brasileños comenzaron a estar orgullosos de ser brasileños’, destacó.
De acuerdo con el intelectual, esa fuerza le daba solidez al gobierno progresista en Brasil y, como era imposible vencerle en las urnas, la derecha acudió a un burdo golpe de estado para apartar de su cargo a la presidenta Dilma Rousseff.
El intelectual también se refirió a ‘la excepción revolucionaria de Cuba’, y a la ejemplaridad de ese país que ha llevado médicos a muchos lugares del mundo.
‘La nación caribeña es un ejemplo de que la medicina se hace para curar y no para ganar dinero’, enfatizó.
En el panel también intervino Aleida Guevara, médico internacionalista e hija del mítico líder revolucionario Ernesto Che Guevara.
La invitada recordó que una vez llegados al poder, los gobiernos progresistas tuvieron que hacer cambios profundos como nacionalizar los recursos de los países para ponerlos al servicio del bienestar de los pueblos.
Eso incomodó a los Estados Unidos y a las oligarquías ligadas al capital, sostuvo, por lo cual comenzaron una guerra intensa con el objetivo de derrocar esos gobiernos inclinados hacia la izquierda.
A raíz de esa ofensiva, añadió, un país como Venezuela enfrenta situaciones duras, pero ‘hay un pueblo que sabe lo que significa vivir con dignidad y ese pueblo no se deja arrebatar lo alcanzado’, aseveró.
El evento Manifiesta, definido como una fiesta de la solidaridad, se desarrolla este fin de semana en Bélgica con numerosos debates acerca de la actualidad política internacional, pero también con diversas ofertas culturales y de recreación.
De acuerdo con los organizadores, se espera la participación de unas 20 mil personas.
Bredene, Bélgica, 17 septiembre 2016
Crónica Digital / PL
