Mireya Baltra ha partido, pero seguirá viva en nuestro recuerdo, con su vocación de heroína, luchadora, apasionada combatiente por la libertad, por el futuro, por la construcción de una sociedad más justa, solidaria, creadora.
Los que se quedan en el recuerdo, en la historia del pueblo, de sus camaradas, no mueren jamás, y la historia les entregará su lugar en el panteón de los héroes de su lucha, colectiva y revivirá en cada generación de jóvenes, de mujeres, y trabajadores que seguirán su ejemplo.
Su partida se produce en un momento en que Chile y su pueblo, enfrentan una nueva ofensiva obcecada de la derecha política, económica, fáctica, que no trepidan en el complot, la guerra sicológica, para intentar frustrar y si fuera posible, destruir la batalla del pueblo por una democracia más amplia, un futuro más promisor, un porvenir venturoso para las nuevas generaciones y la sociedad chilena en general.
Chile vive momentos cruciales tras la lucha nacional por una democracia más amplia y profunda, cuyas últimas expresiones han sido la rebelión de octubre de 2019, el plebiscito que puso en marcha el proceso por una nueva constitución (28 octubre de 2020, la elección, (15-16 de mayo de 2021) de la Convención Constituyente y la elección mayoritaria de sus miembros, del pueblo protagonista de su futuro, que se pronunció por el cambio, que se constituyó en la mayoría abrumadora de ese nuevo órgano del poder democrático y el más representativo y legitimo de la historia política del país, tras su Independencia en 1810-1812.
Este escenario político y social apasionante acompañó a Mireya Baltra Moreno, ex ministra del Trabajo del gobierno del presidente Salvador Allende, militante comunista, suplementera y periodista, estudiante de sociología en la etapa final de su vida, hasta su despedida en el Salón de Honor del Congreso Nacional, sede hoy de la Convención Constitucional, este domingo 17 y lunes 18 de abril.
Exiliada bajo la dictadura, relegada por el régimen espúreo de Pinochet, integrada en la Resistencia contra la dictadura militar derechista, en complicidad del entonces Poder Judicial se rebeló contra la dictadura e ingresó al país, clandestinamente, por senderos cordilleranos, junto a otra gran mujer, la ex senadora comunista, Julieta Campusano, para integrarse a los combates del pueblo, por la democracia, la libertad, contra la dictadura.
Participó activamente, orgullosamente, en lo que hoy algunos “arrepentidos”, “renovados” o simplemente “amarillitos”, denostan tras una palabrería adoptada del léxico derechista, o mercurial, como “terrorismo”, “insurgencia”, subordinándose a los objetivos ideológicos y políticos del Pentágono, la CIA y la Casa Blanca,- en la Resistencia a la tiranía, en la solidaridad internacional, y en la lucha por la ampliación democrática, de las libertades y los derechos humanos.
Fue, activista, militante por la democracia y la justicia social.
La amplitud, firmeza, pasión, de su compromiso le pudo haber costado más de algún problema o incomprensión, en su vida.
Pero ella supo no confundir las cosas, Y más de alguna vez, desafiante, pero siempre oportunamente, en el lugar preciso, a veces desafiante, en el momento exacto, con la agudeza de su mirada atenta y su buen humor, aclaró y defendió con claridad sus posiciones, anteponiendo los intereses de clase, su experiencia vital de proletaria. Y sin rencores.
Y sobre todo con el equilibrio y serenidad de la reflexión acumulada por generaciones de pueblo en el alma, en la palabra y en la acción.
Mireya supo estar siempre en el lugar preciso, a veces desafiante, pero siempre sin rencores.
En el escenario del modelo político y económico, en la calle en la academia, es decir en la práctica social y la experiencia de la construcción ideológica, en el debate cultural, en al escenario presente de un Chile en proceso de cambio político y social, con generaciones que demandan protagonismo y reclaman y ocupan con todo derecho las calles y los escenarios sociales, que sueñan con futuros posibles, y objetivos de largo plazo, escenarios desafiantes que sueñan ( soñamos, es el concepto más preciso) con estructurar, construir, lograr ( somos arquitectos y constructores, albañiles, alfareros del futuro) nos acompaña Mireya Baltra, desde su sencillez de proletaria, desde sus sueños de reina de su “Rey”, desde su raigambre con la calle, desde su juventud roja y su pasión revoltosa y revolucionaria, desde su compromiso inclaudicable con la democracia y la justicia, los derechos de la mujer, los jóvenes, los trabajadores, con todo el concepto socialista, humanista, romántico (porque fue romántica y sensible al amor y de la vida) y hoy estaría, y en la realidad permanece junto a nosotros,(y no es una frase hecha. O una consigna oportunista).
Hoy los chilenos tenemos ante si enormes desafíos. El proceso constituyente, las reformas políticas, sociales y económicas, que la historia reclama, y que el pueblo demanda a través de una movilización que no es posible eludir, es amenazado por los enemigos de las reformas y del cambio.
La Derecha empresarial y política, los grandes gremios que dominan la economía del país, los medios de comunicación social, las estructuras supuestamente “académicas”, y otros poderes facticos supuestamente religiosos y hasta militares no se cuidan de las buenas maneras y proclaman a los cuatro vientos sus objetivos insurgentes y complotan con la subida de los precios de los artículos de primera necesidad- en las grandes cadenas de supermercados y hasta en las “ferias libres”, para provocar malestar ciudadano y reclamos ante el Gobierno, los Partidos Políticos, sobre la desmesura de la inflación que ellos manipulan desde sus salones de Directorio. O la colusión que organizan desde sus clubes privados para la especulación, el desabastecimiento y las alzas.
Incluso provocan actos de provocación y hasta agresión contras las autoridades de gobierno, incluido el episodio de apedreamiento del Presidente Gabriel Boric, en Coquimbo, cuya gravedad no puede ser ignorada por su carácter y su objetivo de amenazar la integridad y la autoridad del Mandatario, y su carácter terrorista.
Es de esperar que este y otros actos que se han sucedido en el país desde marzo del presente año, sea investigados y aclarados por la Inteligencia y Seguridad del Estado, y no se permita la impunidad de quienes están detrás de esa acción de guerra interna, tanto como la internación ilegal de armas desde Argentina y sus destinatarios en territorio nacional.
El gobierno del presidente Boric, los partidos y fuerzas políticas de su coalición de gobierno, las fuerzas democráticas en su conjunto, deben estar alertas y no dejarse embaucar por la demagogia de algunos políticos de la Derecha política, económica y social. Ellos ciertamente están al asecho de cualquier debilidad, y como lo constata la historia, no vacilarán en desatar el caos económico, el terror, y llevar el país a la confrontación.
La Derecha busca frustrar el proceso de una nueva Constitución y no han vacilado en su estrategia de desconocer su derecho a cumplir su cometido de generar un nuevo pacto social para Chile, de acuerdo a la misión encomendada democráticamente por la ciudadanía, desconociendo el carácter democrático, representativo, la legitimidad de su cometido, generando una situación de confrontación política y social, de desconocimiento de la legalidad democrática
Mireya, y no se trata de una frase hecha, convertida en consigna, seguirá y estará presente en nuestra concepción de futuro para la Patria. Y será (deberá ser recordada) como una adelantada histórica de un mundo mejor.
Y estará presente en las duras y complejas batallas políticas que nos esperan para defender las conquistas del pueblo.
Le debemos eso y mucho más, los que junto a ella, y toda una generación de voluntades, vivimos el sueño de un mundo que hoy estamos construyendo. Nos hará falta, sin duda, su alegría su optimismo, su vocación de uchadora, combatiente por la libertad, por el futuro, por la construcción de una sociedad más justa, solidaria, creadora, como se perfila en los textos que nacen en la Constituyente.
Mireya Baltra está en el corazón y en la lucha por la democracia.
Nos convoca su amplitud, firmeza, pasión, su compromiso con la verdad, que le pudo haber costado más de algún problema o incomprensión, en su vida.
Pero ella supo no confundir las cosas, Y más de alguna vez, desafiante, pero siempre oportunamente, en el lugar preciso, en el momento exacto, con la agudeza de su mirada atenta y su buen humor, aclaró y defendió con claridad sus posiciones, anteponiendo los intereses de clase, su experiencia vital de proletaria. Y sin rencores.
Y sobre todo el equilibrio y serenidad de la reflexión acumulada por generaciones de pueblo en el alma, en la palabra y en la acción.
Pero siempre en el escenario vivo, complejo, del modelo político y económico, en la calle, en la academia, es decir en la práctica social y la experiencia de la construcción ideológica, en el debate cultural, en el escenario presente de un Chile en proceso de cambio político y social, con generaciones que demandan protagonismo y reclaman y ocupan con todo derecho las calles y los escenarios sociales, que sueñan con futuros posibles, y objetivos de largo plazo, con demandas de respuestas y escenarios desafiantes que sueñan, (soñamos, es el concepto más preciso) con estructurar, construir, lograr ( somos arquitectos y constructores, albañiles, alfareros del futuro) nos acompaña Mireya Baltra, desde su sencillez de proletaria, desde sus sueños de reina de su “Rey”, desde su raigambre con la calle, desde su juventud roja y su pasión revoltosa y revolucionaria, desde su compromiso inclaudicable con la democracia y la justicia, los derechos de la mujer, los jóvenes, los trabajadores, con todo el concepto socialista, humanista, romántico (porque fue romántica y sensible al amor y de la vida) y hoy estaría, y en la realidad permanece junto a nosotros,(y no es una frase hecha. O una consigna oportunista).
Hoy los chilenos tenemos ante si enormes desafíos. El proceso constituyente, las reformas políticas, sociales y económicas, que la historia reclama, y que el pueblo demanda a través de una movilización que no es posible eludir, es amenazado por los enemigos de las reformas y del cambio.
La Derecha empresarial y política, los grandes gremios que dominan la economía del país, los medios de comunicación social, las estructuras supuestamente “académicas”, y otros poderes facticos supuestamente religiosos y hasta militares no se cuidan de las buenas maneras y proclaman a los cuatro vientos sus objetivos insurgentes y complotan con la subida de los precios de los artículos de primera necesidad- en las grandes cadenas de supermercados y hasta en las “ferias libres”, para provocar malestar ciudadano y reclamos ante el Gobierno, los Partidos Políticos, sobre la desmesura de la inflación que ellos manipulan desde sus salones de Directorio. O la colusión que organizan desde sus clubes privados para la especulación, el desabastecimiento y las alzas.
Incluso orquestan actos de provocación y hasta agresión contras las autoridades de gobierno, incluido el episodio de apedreamiento del Presidente Gabriel Boric, en Coquimbo, cuya gravedad no puede ser ignorada por su carácter y su objetivo de amenazar la integridad y la autoridad del Mandatario, y su carácter terrorista.
Es de esperar que este y otros actos que se han sucedido en el país desde marzo del presente año, sea investigados y aclarados por la Inteligencia y Seguridad del Estado, y no se permita la impunidad de quienes están detrás de esa acción de guerra interna, tanto como la internación ilegal de armas desde Argentina y sus destinatarios en territorio nacional.
El gobierno del presidente Boric, los partidos y fuerzas políticas de su coalición de gobierno, las fuerzas democráticas en su conjunto, deben estar alertas y no dejarse embaucar por la demagogia de algunos políticos de la Derecha política, económica y social. Ellos ciertamente están al asecho de cualquier debilidad, y como lo constata la historia, no vacilarán en desatar el caos económico, el terror, y llevar el país a la confrontación.
La Derecha busca frustrar el proceso de una nueva Constitución y no han vacilado en su estrategia de desconocer su derecho a cumplir su cometido de generar un nuevo pacto social para Chile, de acuerdo a la misión encomendada democráticamente por la ciudadanía, desconociendo el carácter democrático, representativo, la legitimidad de su cometido, generando una situación de confrontación política y social, de desconocimiento de la legalidad democrática
Mireya, y no se trata de una frase hecha, convertida en consigna, seguirá y estará presente en nuestra concepción de futuro para la Patria. Y será (deberá ser recordada) como una adelantada histórica de un mundo mejor.
Y estará presente en las duras y complejas batallas políticas que nos esperan para defender las conquistas del pueblo.
Le debemos eso y mucho más, los que junto a ella, y toda una generación de voluntades, vivimos el sueño de un mundo que hoy estamos construyendo.
Mireya Baltra está en el corazón y en la lucha presente y futura por la democracia. Y bailaremos junto a ella en el momento del triunfo.
Mireya, por siempre.
(fin)
Por Marcel Garcés
22 de abril de 2022