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Tengo la impresión de que llega un momento en la vida en que necesitamos explicar a qué debemos el milagro de nuestra supervivencia. Para quienes hemos escrito por profesión, afición u obsesión por muchos años, un libro suele ser el camino obvio. El mío tiene un nombre imperativo: “Dilo, antes que sea demasiado tarde” (Cuarto Propio, 2020). Pues cumplí con mi propia orden y ahí queda el racconto para quienes se interesen. Una autobiografía me pareció pretenciosa y sentí que, en varios libros y numerosos artículos, la parte más seria de ella ya estaba escrita. Me tenté por inventar un título memorable, pero caí en la cuenta de que ya existía uno imbatible, el del documental autobiográfico del cineasta y humorista Mel Brooks: “I thought I was taller” (Pensaba que yo era más alto). Me concentré entonces en un periodo específico de mi vida: desde el golpe de Estado de 1973 hasta mi retorno a Chile a comienzos de los 90, es decir, el que contiene mis experiencias como preso político y exiliado. La primera parte (“Cayendo al abismo”) da cuenta de cómo viví el golpe del 73 y mi condición de preso político en el Estadio Chile, Estadio Nacional y campo de Chacabuco. La segunda parte (“Oxford Road con Alameda”), narra anécdotas de mi larga permanencia en Gran Bretaña. El inicio es fuertemente autobiográfico, mientras que más adelante mezclo recuerdos con toques de ficción y reflexiones acerca de la condición de exiliado. Esto incluye el largo y doloroso proceso intelectual que consistió en revisar y corregir las duras convicciones adquiridas durante mi apasionante militancia juvenil a la luz del desastre del 73 y que he profundizado en publicaciones previas: La Jota, Zygmunt Bauman y unos viejos porfiados https://www.cronicadigital.cl/2020/06/20/por-luis-cifuentes-seves-la-jota-zygmunt-bauman-y-unos-viejos-porfiados/ y Filo con la Sofía https://www.cronicadigital.cl/2020/09/17/por-luis-cifuentes-seves-filo-con-la-sofia/ Un breve ejemplo del contenido de “Cayendo al abismo” retrata el horror de lo vivido:“(Estadio Chile) Durante la primera noche, dormir se te hizo muy difícil, debido a los gritos de torturados y descargas de fusil. A partir de los ruidos, imaginaste que obligaban a los presos a dar vuelta al estadio por un pasillo interior, amarrados de los testículos, de manera de provocarles un intenso dolor al caminar de pie o de cuclillas y que a otros les arrancaban las uñas con alicates. Al día siguiente tuviste que ser testigo de más actividades represivas (…). En un momento hicieron salir a un grupo de prisioneros entre los que te encontrabas. Fuiste conducido a un subterráneo. Allí viste torturar bestialmente a varios obreros, algunos colgados, otros amarrados de forma grotesca. Los oficiales desplegaban linchacos, unas curiosas armas orientales. Y notaste sin querer que estaban salpicadas de sangre, como el suelo, como los muros, como los uniformes verdes. Los gritos te parecieron espantosos. Volviste junto a tus compañeros con una considerable carga de colchonetas y otra aún mayor de imágenes lacerantes, vomitivas, inolvidables, que con el tiempo se irían convirtiendo en recuerdos patógenos y vitalicios.” Otro pasaje, esta vez de “Oxford Road con Alameda”, donde los […]

Por Osvaldo Cardosa Samón Cual hija del tiempo, la verdad abrió la puerta del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil para juzgar al exjuez Sérgio Moro, quien camuflado de parcialidad cometió injusticias que empuñó como antorchas entre la niebla.   En extendida audiencia, los ministros de la segunda sala del STF decidieron, por tres votos contra dos, que Moro actuó con incuestionable arbitrariedad al condenar al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en el caso del apartamento triplex en Guarujá, municipio costero de Sao Paulo. Lula fue detenido en abril de 2018 por, supuestamente, recibir esa residencia a cambio de hacer favores a la empresa constructora OAS. Tras cumplir 580 días de prisión política, el exdirigente obrero salió el 8 de noviembre de 2019, luego de un inesperado giro en la interpretación de la Corte Suprema sobre la reclusión de los condenados en segunda instancia. En ese periodo, el STF impuso una derrota a Moro al impedir detenciones automáticas luego de la sanción en segunda instancia, lo cual permitió la salida de la cárcel de Lula. La ejecución de la pena después de la sentencia en segunda instancia fue eliminada además de un proyecto de ley llamado paquete anticrimen, votado por el Congreso Nacional luego del dictamen del Supremo. Durante este proceso hubo roces entre Moro y el presidente Jair Bolsonaro, quien aprobó la iniciativa, aunque el Ministerio de Justicia presentó una lista de 38 sugerencias de veto. Antes de este episodio, el graduado de Harvard sufrió otros reveses, especialmente tras la divulgación de comprometedores mensajes que intercambió con fiscales de la desactivada Lava Jato cuando era magistrado, lo cual puso en duda la integridad de la mayor operación anticorrupción del país. La destapada comunicación entre Moro y Deltan Dallagnol, excoordinador de la Lava Jato, trasgredió la relación juez-fiscal y quebrantó el principio de imparcialidad. Según analistas políticos, la resonante decisión del STF de este martes tendrá un gran impacto en el sistema jurídico nacional, pues quedó al desnudo que el fundador del Partido de los Trabajadores fue condenado y arrestado a partir de la sobrevaloración de lo conocido como indicios de prueba. Estas conjeturas resultaron obtenidas a través de delaciones premiadas y no por pruebas materiales o directas. Como era de esperar, de la noche a la mañana Lula se convirtió en blanco del bombardeo mediático y emergieron denuncias superficiales que, a pesar de la virulencia de los acusadores, no probaron ninguna conducta ilegal. Los abogados de la defensa del presidente más popular en la historia reciente del país también subrayan que en las imputaciones se percibieron muchas suposiciones, pero ninguna prueba concreta de su presunta participación en los hechos atribuidos. Calificaron además de sensacionalistas muchas delaciones activadas por Moro, las cuales apenas reforzaron el objetivo falsificado de manchar la imagen del exgobernante y comprometer su notoriedad. Desde el 4 de marzo de 2016, Lula resultó víctima directa de inculpaciones para destruir su trayectoria, construida en más de 40 años de vida pública. La víspera, la segunda sala del […]

El 20 de marzo de 1987, junto  con  Mireya Baltra, ingresaron clandestinamente a Chile por el paso cordillerano de Tronador, a la altura de Osorno. Desde Argentina habían emprendido una travesía que duró 10 días. Una parte en camioneta, a caballo, en carreta y a pie. Cruzaron la frontera. Llegaron a Puerto Montt y de allí a Santiago, a donde  arribaron  el domingo 22 de marzo de 1987. Pensaban presentarse ante la Corte de Apelaciones de la capital de inmediato, pero demoraron su acción al conocer que recién lo había hecho  Clodomiro Almeyda, el 25 de marzo de 1987. Permanecieron clandestinamente hasta el  martes 12 de mayo,  día en que se presentaron, en medio de la expectación de los periodistas, ante la Corte de Apelaciones para poner un  recurso de amparo reclamando su derecho de vivir en la patria. Fueron acompañadas por los abogados democratacristianos Jaime Castillo Velasco y Enrique Krauss. Empujadas por gendarmes y policías Julieta y Mireya debieron abandonar el recinto judicial. Un auto las llevó hasta la Comisión de Derechos Humanos. Al cabo de pocos minutos el local fue rodeado por policías. Una hora después, dos mujeres salían de allí, se subieron a un vehículo que partió a toda  velocidad. La policía lo siguió por diferentes calles de Santiago. Cuando el sector circundante de la Comisión de Derechos Humanos estaba vacío, tranquilamente salieron de sus oficinas  Julieta y Mireya y se trasladaron a los domicilios de sus familiares. Pasadas las 21 horas fueron sacadas de sus hogares y  trasladadas en una patrullera de Investigaciones hasta el cuartel central de  la policía civil. Horas después, llevadas al aeropuerto de Cerrillos y embarcadas rumbo a sus lugares de relegación. Mireya a Puerto Aysén en el extremo sur; Julieta, a Sierra Gorda en la Segunda Región. Después trasladada a Camiña, pueblo ubicado a unos 100 kilómetros al Noreste de Pisagua y a 2.200 metros sobre el nivel del mar. Fue en ese poblado de dos mil habitantes, donde Julieta Campusano cumplió el 31 de mayo de 1987, sus 69 años. Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER. Santiago de Chile, 23 de marzo 2021 Crónica Digital

Escribo esperanzado, pero alerta, ante esta gigantesca oportunidad de Chile:  hacer una Constitución con 100% de los convencionales electos y 50% de cada género. Alerta porque la tensión del conflicto será  la atmósfera de la Constituyente, ya que la lucha es  condición permanente de la humanidad para su progreso social.  Pero la gracia histórica, al hacer una Constitución, ha sido  la de los pueblos que  supieron resolver la tensión en el diálogo y no  en la fractura.   Consciente de mis resabiados sectarismos, cuido que   no repitamos  la ceguera doctrinaria, ni el voluntarismo de cuando milité 22  apasionantes años en ese  PC  que fue el más leal a   Allende e  inclaudicable contra la  Dictadura. Aunque no volvería a ser comunista, reviso sin anticomunismo mi experiencia, con  orgullo y autocrítica, por esos años referidos en  mi reciente libro : “Mi  Encandilamiento…”. No quiero   que la  actual  pasión  por cambiarlo todo pudiera descarrilar el proceso de cambio por culpa del impositivismo político casi religioso, de diferentes  grupos e independientes que no entienden que una Constitución democrática exige dialogar con los que no piensan como uno mismo. Temo al discurso de certezas, el que ilusiona con  soberbia  sobre un  nuevo orden, con convicciones enceguecidas y   doctrinarismo impositivo. Esto lleva al atrincheramiento de suma cero  que, con una derecha encastillada,  transformaría este proceso constituyente en un fracaso. La movilización del pueblo conquistó  esta oportunidad y hay que escribirla en clima de  serenidad, sin enamorarnos hasta la ceguera  de nuestras propias  ideas, como me equivoqué yo mismo tantas veces. Hoy es peor que hace 50 años porque  los partidos conducen  poco. Y se tiende a luchar por el  fin a los abusos y los  justos derechos confinándose  en  sectas cerradas. La Nueva Constitución debe ser un marco común, que mandata  profundos derechos que se concretarán por medio de la ley y  los gobiernos que el pueblo elija. Pero una Nueva Constitución no es la Revolución. Esperanzado  de  no repetir nuestras historias fallidas, me reconfortan los conclusiones antimaximalistas que en estos días  escucho en los   debates  que hacemos ampliando el  lanzamiento de mi libro “Mi encandilamiento Comunista”.(Amazon) Hoy, todo es tan distinto y tan parecido. Me resuena mi ilusión de hace 50 años cuando creía que con el socialismo había visto la luz, el fin de la injusticia social, de los abusos y  de la explotación de unos sobre otros. Y la luz me cegó.  Me encandilé, como  muchos jóvenes que, solidarios, sin sufrir problemas económicos, concluímos que con nuestra caridad católica, de buen colegio pagado, ayudábamos a los pobres pero no pondríamos fin a la pobreza como lo haría   la revolución. Nos sumamos a ella con pasión. Queríamos incendiar la estructura de la sociedad pero no el centro de Santiago. No escribo con  anticomunismos de conversos, sino con buen recuerdo autocrítico  mi experiencia en  el PC. Enfrentamos orgullosos a la dictadura a pesar de  la cárcel y la tortura. Pero así como con Allende, intentamos imponer nuestras ideas para […]

       Los estudiantes dijeron Basta, la ciudadanía dijo Basta, los trabajadores, los de abajo y los del medio dijeron Basta, y su presencia, fue un tsunami Una ola, una gran ola por las calles de todo el territorio de la patria, y la presencia de la gente, las voces, las consignas, las banderas, las canciones.la poesía, llegaron a las plazas y las hizo dignas. Y era octubre, y Chile despertó. El arrojo y la valentía de  La Primera Línea fue la luz del presente señalando el camino, jóvenes revolucionarios, esencia de primavera que dio  un paso al frente para alcanzar las estrellas                  La poesía salió a la luz, a la vida, y estuvo en las barricadas junto a la gente, al lado de los más sencillos. Y en las voces de la gente, fue protesta, fue canción, fue consigna, fue bandera, fue rebelión. Fue un grito transgresor lleno de futuro.         Y fue en octubre, el tiempo vino portando septiembre ese triste septiembre que habita  en el recuerdo y que nos desgarra el alma  . Y fue octubre, noviembre, diciembre, después vino la peste, el virus, la Pandemia, la muerte, el reflujo, y el encierro en los laberintos del tiempo, la resistencia en la incertidumbre de los días. La cesantía, las lluvias, el hambre, la solidaridad y el renacimiento de las «Ollas Comunes» de norte a sur por todo Chile.        Pero el virus no ataca a la memoria la lucha continúa, volveremos a las calles, entonces un tsunami, una ola grande mucho más grande que la de Octubre borrará los cimientos de los decadentes templos de los viejos gobiernos. Os preguntareis, por qué el poeta nos habla de estas cosas ? si a nosotros nos gustan tanto sus poemas románticos. Sucede que no solo me conmueve el silente de la noche y contemplar las estrellas bajo el claro de la luna, sucede que no sólo le escribo al amor y al desamor, al clavel y a la rosa y a las cuatro estaciones.  Sucede que me conmueve la injusticia, la desigualdad, la pobreza, la indolencia de la clase dominante. Por eso y mucho más, porque hay un mundo que cambiar, porque un mundo mejor, porque un Chile mejor es posible, vengo de mi corazón de tierra a tu ser y estar en esta vida.  Estoy aquí vengo a cantar por mí. Vengo a cantar por ti, vengo a  cantar por las voces de los silenciados por Ellas y por Ellos que lo dieron todo, que se desprendieron de todo por la libertad.                    Sucede que en Chile, la contradicción del momento es entre neoliberalismo y democracia y que en el marco de las elecciones  municipales  que se realizarán el 11 de abril de 2021 y las elecciones de convencionales constituyentes, que se realizarán los días 10 y 11 de abril de 2021 para elegir a los […]

Sin dudas, quienes tuvieron que doblegarse a las demandas sociales expresadas en el estallido -que permitió que hoy discutamos la necesidad de una nueva constitución y, en su creación, devolverle al pueblo su soberanía- “no lo vieron venir”. Esa fue la respuesta que se dieron la mayoría de las fuerzas políticas, especialmente aquellas que han sostenido y ampliado el capitalismo salvaje inaugurado con el golpe de Estado. No lo vieron venir y menos entenderlo porque -como dijo el exministro Mañalich- “no tenían conciencia del nivel de pobreza y hacinamiento que existía en Chile”, pues ese sector no es más que una enorme masa de asalariados que, en primera y última instancia, crean la riqueza material e inmaterial del país del que se benefician los pocos de siempre. Los patriotas del modelo imperante, ideólogos y sostenedores de éste, nunca han dejado de hacer uso de todos los instrumentos del Estado que les permitan mantener -al mismo tiempo- la super explotación de la fuerza de trabajo de la mayor parte de los chilenos y el poder para asegurar su continuidad. Por otro lado, están quienes por decenios y decenios de años hemos intentado cambiar este curso histórico para devolvernos la soberanía legítima que tenemos como pueblo. Nos hemos esmerado en no sólo denunciar sino en organizar la resistencia; ganar más conciencias para crear un nuevo modelo de desarrollo sustentable; luchando contra viento y marea para contribuir a generar nuevas correlaciones de fuerzas que permitan avanzar en tener un nuevo Estado garante de derechos y de justicia social, que distribuya en forma más equitativa la riqueza acumulada por el esfuerzo y sufrimiento de las mayorías del país, reconociendo los derechos económicos, sociales y culturales de todas las personas que componen nuestro país en verdadera igualdad de acceso y condiciones. La oligarquía reaccionaria y fascista hace gárgaras de patriotismo por una estatua y por el orden, y para defender sus privilegios.Ensalzarán la valentía y el valor del roto chileno, ahora convertido en emprendedor y dulce dueña de casa; siempre recurrirán a ese mote con tal de seguir explotando al pueblo. Oligarquía antipatriota que es capaz de vender hasta su madre si con eso se les permite continuar su maridaje incestuoso con el gran capital que, por supuesto, no es nacional ni nacionalista; y también, como siempre en la historia de la humanidad, recurrirán a los yanaconas que gustan de vivir de las migajas del banquete para que hablen y maten por ellos. Pero hay algo que no han contado para este devenir histórico con sus altos y bajos propios de los ciclos de la lucha de la humanidad desde Espartacus hasta nuestros días; y es que el pueblo es el ave fénix de la mitología material de la realidad de la lucha social. Por muchas matanzas, esclavitud y sometimiento, siempre, siempre, siempre se levanta -cual espiral de sus movilizaciones y luchas- y resurge después de cada derrota en un estadio superior. Por eso, no necesita que se le vea venir, sólo necesita de volcar […]

¿Era Chile una democracia antes de que más del 50 por ciento de la ciudadanía, las mujeres, no tenía derecho a sufragar?  Esa seguiría siendo la seudo democracia de Chile y de todo el mundo si las propias mujeres organizadas no hubiesen exigido una equidad de género tan fundamental en un sistema democrático, como es el derecho a sufragar, otorgado en 1949. Sin esa lucha de las mujeres, estaríamos aún instalados en una suerte de prehistoria del sistema democrático, brutalmente androcéntrica. Y esto es lo que nos proponen los feminismos: el desarrollo y consolidación de las inclusiones de las mayorías, que son las mujeres ―en todo el mundo representan más del 50 por ciento de la población―: sin su plena inclusión con derechos simétricos con los de los hombres en todas las áreas del poder y en los estamentos de la toma de decisiones, no podremos hablar aún de un sistema auténticamente democrático. Menos, obviamente, de buena calidad democrática.  La revolución que han liderado los feminismos, la más importante del siglo XX, aún en pleno desarrollo, es tan universal como con características únicas: por primera vez en la historia se propone la conciliación y no destrucción del “contrincante”; es pacifista, sin que hasta ahora se haya disparado contra nadie; su fuerza no son ejércitos contra otros, sino su “arma” es la palabra usada en el debate democrático; no propone vencer sino convencer que la equidad de género es beneficiosa para hombres y mujeres (según un estudio de la Unión Europea, la superación de la brecha laboral y salarial elevaría el Producto Interior Bruto entre 4-6 puntos porcentuales). Pero la propuesta de los feminismos no es sólo alcanzar la equidad de género, sino que exigen también el fin de las armas de destrucción masiva, promoviendo la paz y la cooperación y no la guerra; como además, alientan una política económica al servicio de la humanidad y no viceversa, materializada en el respeto irrestricto del medio ambiente. Todo esto a un cerebro mínimamente “normal” no puede más que parecerle atractivo. Pero, lamentablemente, las fuerzas fanáticamente androcéntricas y machistas, se oponen a compartir el poder y el prestigio social con la mayoría de la población. Y, últimamente  fuerzas ultraderechistas tienen a los feminismos como sus principales enemigos, acusándolos de  “feminazis” y de querer imponer una “femidictadura”, además de achacarle una “ideología de género” que atenta contra las libertades y la familia. Estos argumentos en psicología se llaman “actos reflejos”; vale decir, se ataca al “enemigo” con lo que, en realidad, es uno mismo.  Pero la verdad, es que esta ofensiva ultraderechista busca erosionar la democracia: atacando a los feminismos, desgastan al sistema democrático, porque si se agrietan los feminismos destruyen la democracia. Sin democracia no hay reivindicaciones feministas y sin feminismo no hay posibilidad de una mejor calidad de la democracia. Feminismos y democracia se retroalimentan mutuamente y son interdependientes. Este es el motivo de la ofensiva ultraderechista y neomachista contra el feminismo. La teoría del género –que no ideología–,  no es sino […]

Nos tomamos de la mano mientras ella iba en la camilla por los pasillos del Hospital. “No nos digamos nada, hablemos a la vuelta” me dijo Gladys al despedirse, cuando en octubre de 2003 ingresaba al pabellón para ser operada por un tumor cerebral (glioblastoma multiforme) que le habían diagnosticado tres semanas antes. Estábamos con Martita Fritz acompañándola junto con sus hijos Álvaro y Rodrigo en el Instituto Karolinska de Estocolmo. Quedé con esa angustia profunda de no saber cuál sería el resultado de esa cirugía sugerida por el Jefe de Neurocirugía del Instituto. En ese momento y mientras esperaba, mis recuerdos afligidos me retrotrajeron a Santiago, cuando me pidió que llevara sus exámenes para que los viera el Dr. Arriagada, un neurólogo que trabajaba en el Hospital del Trabajador. Al revisar los exámenes su cara cambió, retrocedió y se sentó en una mesita pequeña de su consulta mientras volvía a observar con detención las imágenes. Apesadumbrado se tomó la cara con ambas manos y exclamó: ¡Por qué a ella, por qué a ella! Me explicó que de acuerdo con lo que él observaba se trataba de uno de los cánceres más malignos conocidos, tal vez su única virtud era que no creaba metástasis. Su angustia me la transmitió en toda su intensidad. Traté de mantenerme sereno y pregunté: ¿qué salida tenemos que permita una solución favorable y que pueda sanarla? En ese entonces, 2003, lo único que Arriagada conocía estaba en Suecia en el hospital Karolinska “en este Instituto hay un nuevo instrumento de cirugía que se conoce con el nombre de gamma knife. Eso es lo más avanzado y espero que pueda ayudar”. Me fui al Comité Central del Partido y le expliqué a los compañeros la mala noticia y lo que recomendaba Arriagada. Al día siguiente, me citó al local del partido Lautaro Carmona para indicarme que se resolvió trasladar urgente a Gladys a Suecia. Me indicó que debía ir acompañada por un miembro de la dirección del Partido y preguntó si en una situación así cual sería mi disposición a acompañarla. Yo le comenté que tenía toda la disposición, pero en mi opinión quien debía decidir era la propia Gladys, ya fuera un compañero o compañera. Lautaro me comentó que le habían ofrecido a Gladys que la acompañara Guillermo Tellier, Juan Andrés Lagos o el propio Lautaro, pero ella señaló que, si había alguien de la dirección que podía acompañarla, fuera yo. Así se gestó mi acompañamiento durante todo el período de su estadía, tanto en Suecia como en Cuba. Estando en la Isla, la dirección del Partido me encomendó coordinar el homenaje que se le hizo a Gladys en la Estación Mapocho en marzo de 2004. Esa misma madrugada me devolví con Gladys a Cuba hasta su retorno a Chile. Siempre he pensado que en la vida de grandes personajes o de personas que viven situaciones extremas, como le tocó vivir a Gladys, confluyen situaciones inesperadas que marcan y entregan señales profundas en la vida […]

HIPHOP CON RAICES HISTÓRICAS Hemos crecido en una sociedad desigual.  En mi caso, nací en el año 1979 y  me tocó crecer en plena dictadura. Nuestras calles resonaban desde que tengo consciencia con letras llenas de mensaje y rebeldía: Sol y Lluvia, Inti illimani, Victor Jara, Violeta Parra, Los Prisioneros.  Esto se complementó en la adolescencia con lo que empezaron a mostrar programas como Más Música y Sábado Taquilla, donde empezaron a mostrar algunos videos de Public Enemy, Vanilla Ice, entre otros. Desde ese momento los dibujos que yo realizaba desde niño se transformaron en futuros primeros  graffitis  y las melodías se influenciaron con bombos y cajas de los enemigos públicos más las letras de Víctor jara y los grupos antes mencionados. Es así como nace nuestra evolución a la chilena, la que cobra incluso más sentido cuando llegan a nuestros oídos lo hecho por Lalo Meneses y los Panteras Negras chilenos. ¡Tremenda escuela es la que ellos crearon! Desde Bombero Ossa a la Estación Mapocho, lugar donde alguna vez nos tocó ir a conocer como todos los sectores de Santiago se congregaban. No olvido haber visto a Tiro de Gracia antes que la difusión masiva los llevara a todo rincón del país y con esto la explosión de que todos quisieran ser parte de esta cultura. Me saltaré en este relato la  parte de las discos los días domingo, con olor a pandilla, por no estar tan vinculado al tema que trato hoy, pero  más adelante espero escribir sobre cómo se vivía esta etapa de territorios en disputas a través del baile, el graffiti y las calles . A partir de todas estas experiencias es que el año 1997 nace Legua York, banda de hiphop,  que graba oficialmente sus primeros temas en 1999. Nuestras ganas de comunicar eran inmensas es por eso que a pesar de no tener computador ni pistas propias, nos volcamos a grabar de manera artesanal los temas que luego darían vida al primer cassette, llamado homónimamente como la banda Legua York del Clan Impulso Latino, que era como nos pusimos en esa época. Para nosotros esto era un juego de rimar en busca de comunicar, así que empezamos a tocar en la Parroquia de La Legua y en la Junta de Vecinos de la población. Luego comenzamos a presentarnos en las poblaciones cercanas a La legua y así en otras comunas.  Nosotros felices recorríamos con pistas en cassete  y pidiendo a los choferes de los microbuses amarillos que nos lleven por monedas para llegar a rimar en las comunas que nos invitaban. Las tocatas ya eran de la cultura hiphop y ya no tan solo parroquias y juntas vecinales, pues como nuestras letras desde el inicio vienen cargadas con la influencia social y política de La Legua, también nos empezaron a invitar a actividades de izquierda política del país. En esa época fuimos parte del colectivo Hiphoplogía, tremenda experiencia donde con otros grupos de rap empezamos a vivir el rap más allá que solo desde […]

El título de esta columna puede parecer duro, pero es sólo una paráfrasis de lo que afirma el Papa Francisco en el número 59 de la encíclica Evangelii Gaudium: “Hoy en muchas partes se reclama mayor seguridad. Pero hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los distintos pueblos, será imposible erradicar la violencia. Se acusa de la violencia a los pobres y a los pueblos pobres, pero sin igualdad de oportunidades, las diversas formas de agresión y de guerra encontrarán un caldo de cultivo que tarde o temprano provocará su explosión. Cuando la sociedad —local, nacional o mundial— abandona en la periferia una parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad”.   Para resolver bien un problema no basta con ofrecer soluciones simples y rápidas. Antes, y lo más importante, es plantear bien el dilema. Temo que en el caso de la violencia y la represión ligada a las protestas y manifestaciones sociales lo que falla es precisamente el planteamiento del problema.  En Chile hay un elevado número de jóvenes que no encuentran más que breves trabajos precarios y saben que, cuando lleguen a jubilarse, tendrán una pensión bajísima pues hoy están cotizando muy poco. La idea de iniciar responsablemente una familia es una meta que se complica cada vez más. Con lo que ganan no pueden pagar un arriendo, y menos soñar con comprar una vivienda. Acceder a un título universitario es cada vez más un estándar mínimo, una exigencia básica e ineludible, más que una certeza de futura movilidad social.  Este panorama llevaba mucho tiempo siendo una amenaza, pero se convirtió en una realidad a partir de la evolución de la vida laboral que obligó a aceptar la precariedad, disimulada en flexibilidad, para poder sobrevivir. En la historia los sucesos no se gestan de la noche a la mañana, sino que se van incubando lentamente hasta que un día estallan. Pasa algo parecido a tantas otras manifestaciones sociales en nuestra historia, donde el alza de un boleto, un cambio efímero o minúsculo en las condiciones rutinarias de vida, se vuelven ocasión oportuna para expresar un dolor mucho más amplio y hondo.  No es extraño que muchas y muchos jóvenes hayan acumulado un malestar creciente. Más aún si se vieron culpabilizados por una falsa cultura meritocrática que les impuso la carga de la prueba respecto a su situación. Aguantaron muchísimo, hasta que un día ese malestar estalló y ya no se ha podido apartar de la esfera pública.  Las violencias de este último año y medio no se pueden atribuir a un mero accidente o una conspiración. Ese es el falso planteamiento del problema. Lo que está ocurriendo es que una juventud que se siente sin futuro ha decidido que nosotros no tengamos un presente fácil. Cuando el presidente Piñera u otras autoridades proclaman que en una sociedad democrática la violencia es inadmisible, vale la pena recordar que en […]

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Un café en una plaza con historia....

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