Los países latinoamericanos consolidaron su posición de mayor soberanía e independencia en la recién concluida Cumbre de las Américas, la cual por demás fue histórica por la primera presencia de Cuba, coinciden hoy analistas argentinos.
Estas citas continentales se iniciaron en 1994 por iniciativa del entonces presidente William Clinton para promover su acariciada propuesta de Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), recuerda el comentarista político Emilio Marín en su habitual columna en el diario La Arena,
Pero luego cambió y hoy son los Estados latinoamericanos los que en ella reivindican su soberanía e independencia y dejan claro que no son el patio trasero de nadie como quisiera Washington que fueran, y la VII edición de la Cumbre en Panamá -opina- fue reflejo de estas nuevas voluntades.
El encuentro viernes y sábado últimos en el Centro de Convenciones de Atlapa no logró zanjar las diferencias entre la mayoría de las naciones latinoamericana con su potente vecino del norte, y algunas entre ellos.
Particularmente, el presidente Barack Obama, si bien no las anuló, se vio imposibilitado de defender y menos sostener su declaración de amenaza y sanciones contra Venezuela.
En un comentario intitulado, «EE.UU. ya no marca la agenda», la comentarista de Página 12 Telma Luzzani resalta: «ÂíQué lejos estamos de aquel diciembre de 1994, cuando Clinton anunció que todos los países del continente debíamos formar parte del ALCA, un solo mercado común sin barreras!».
En ese mes hacía tres años del colapso de la Unión Soviética, y gran parte de la humanidad, que no era necesariamente comunista, pero sí creía posible alcanzar, con la lucha colectiva, un mundo mejor, más igualitario y pacífico, sin hambre y sin humanos descartables, quedó paralizada.
Washington supo aprovechar -apunta Luzzani- aquella coyuntura para imponer la hegemonía del libre mercado, bajo su solo y exclusivo liderazgo, en todo el planeta, y para lograr sus objetivos le era imprescindible tener ordenado y sumiso el patio trasero.
Pero los tiempos cambian, comenta Modesto Emilio Guerrero para la agencia de noticias Télam.
En 14 años desde que se inventó este mecanismo de control hemisférico -escribió Guerrero- Washington «no ha logrado disciplinar a todos sus vecinos, como lo hizo con la OEA y el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) en 1948».
La balanza hemisférica -puntualiza- sigue sin moverse a su favor desde que el comandante Hugo Chávez asumió la Presidencia en Venezuela en 1999 y surgieron los nuevos gobiernos progresistas.
Para Carlos Aznarez, editor del semanario Resumen Latinoamericano, «esta victoria de los pueblos en la Cumbre panameña adquiere incluso mayor importancia, ya que se produce precisamente en un momento de peligrosa ofensiva estadounidense sobre el continente».
Aznarez menciona entre ellos el despliegue de la IV Flota, las bases militares, las conspiraciones injerencistas en forma de buitres, escuchas telefónicas, espionaje de alto nivel y maniobras militares encubiertas.
«A pesar de ello, o mejor dicho, en función de enfrentar estas acechanzas, algunos gobiernos y pueblos concurrieron a Panamá con discursos y acciones de una dignidad apabullante», resalta el editor.
Los medios argentinos, incluidos varios de derecha, coincidieron en algo insoslayable, que la VII Cumbre de las Américas resultó histórica en especial por la presencia de Cuba, en su debut en estos foros continentales, producto de la solidaridad latinoamericana.
En su discurso ante el plenario continental, la presidenta Cristina Fernández fue contundente: «Cuba está aquí porque luchó por más de 60 años con una dignidad sin precedentes».
Por Martin Hacthoun
Buenos Aires, 13 de abril 2015
Crónica Digital / PL