La victoria del republicano Donald Trump en las elecciones estadounidenses, además de una derrota para Hillary Clinton, representa hoy el revés de los sondeos, que durante toda la contienda dieron a la demócrata como favorita.
Los seguidores de los comicios norteamericanos vieron desde el comienzo que la mayoría de las encuestas reflejaban ventaja de la exsecretaria de Estado, quien incluso en los momentos más adversos de su carrera parecía mantenerse al frente.
Ahora la sorpresa del triunfo de Trump pone en tela de juicio los métodos y procedimientos empleados para elaborar los estudios que día tras día inundaron los medios de prensa y mantuvieron los comicios en el foco de la atención.
Incluso en la víspera de este martes, día de las elecciones en las que estaban llamados a votar más de 200 millones de estadounidenses, el diario The New York Times mostraba un 90 por ciento de posibilidades de victoria para la exsenadora.
Si bien en las últimas semanas los estudios de diversas organizaciones periodísticas reflejaban una contienda cada vez más cerrada entre los dos principales aspirantes a la Casa Blanca, el sitio RealClearPolitics, que realiza un promedio de diversos sondeos, veía a Clinton delante 47,2 a 44,3 por ciento.
Una encuesta de la cadena CBS realizada del 2 al 6 de noviembre arrojó, a su vez, que el 45 por ciento de los votantes probables favorecía a la ex primera dama y el 41 por ciento apostaba por el multimillonario.
En sentido general, la mayoría de los estudios indicaron que Clinton se convertiría en la primera mujer presidenta de Estados Unidos, con una diferencia sobre su contrincante que iba desde los tres hasta los seis puntos.
Sin embargo, durante la carrera electoral varios analistas advirtieron fallas en las encuestas conducidas por los medios, sobre todo ante las abruptas variaciones registradas en las de las semanas más recientes.
Quizás por esa disparidad en los resultados las empresas periodísticas emplean con frecuencia la práctica de promediar sondeos provenientes de diversas fuentes, pero incluso ese ejercicio falló en prever el nuevo presidente de Estados Unidos.
Tampoco parecen haber acertado con respecto a la lucha por el Congreso, pues gran parte de los estudios señalaba la posibilidad de que los demócratas retomaran la mayoría perdida hace dos años en el Senado.
Pese a tales augurios, los republicanos van camino de mantener su control en la Cámara alta, donde hasta el momento tienen 51 escaños por 47 de la formación azul.
Trump logró 288 votos electorales, 18 por encima de los 270 que necesitaba para ocupar la Casa Blanca a partir de enero próximo y dejar las encuestas en el pasado.
Washington, 9 noviembre 2016
Crónica Digital / PL
