Los teléfonos sonaban de manera persistente y los mensajes de condolencias se dispersaban por doquier, mientras las televisión de Chile intentaba de capitalizar la noticia de la muerte de Fidel Castro.
El deceso del líder de la Revolución cubana a los 90 años de edad no dejó de ser sorpresiva. Lo extraordinario fue el impacto en las redes sociales, la radio, televisión y prensa escrita en Chile, con criterios no siempre concordantes.
Al margen de los detractores habituales, desde el mensaje lacónico pero contundente de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, los comentarios de varios de sus ministros, médicos graduados en Cuba e intelectuales, brilló el respeto y la admiración.
«Fue un líder por la dignidad y la justicia social en Cuba y América Latina», resaltó Bachelet.
Unos 25 médicos egresados de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAN) de La Habana no pudieron ocultar sus emociones y en un encuentro con el embajador de Cuba en Chile, Adolfo Curbelo, reiteraron su «agradecimiento eterno a Fidel «.
Abundan todavía mensajes en las redes sociales. Dos de ellos en horas muy tempranas del responsable de la imprenta del diario El Siglo, Damián Trujillo, y del presidente del medio electrónico, Crónica Digital, Iván Gutiérrez.
También se apresuraba a dejar testimonio de su pesar el director general de la revista Punto Final, Manuel Cabieses, un entrañable amigo de Cuba, reputado escritor que sufrió las atrocidades de la dictadura de Augusto Pinochet.
Significativamente, en una entrevista con la cadena 24 horas de Televisión Nacional de Chile, el senador de centroderecha Andrés Allamand, reconoció el legado humano de Fidel Castro en un caso personal.
«El para nuestra familia fue un verdadero ángel, dijo Allamand, miembro de partido Renovación Nacional (RN), quien al mismo tiempo hizo una separación de sus puntos de vista en relación con los temas políticos.
Ante un grave accidente que sufrió su hijo Juan Andrés a los cuatro años de edad, el legislador ponderó la «gran y desinteresada ayuda» que el entonces mandatario cubano le brindó a su familia en los años 90.
Un hijo mío muy chiquitito tuvo un gravísimo accidente, se nos cayó en una piscina y quedó con un daño neurológico muy alto y mi mujer y yo recibimos un llamado directo de Fidel Castro que nos ofrecía ayuda para el tratamiento y recuperación de nuestro niño, relató.
Me impresionó enormemente. La primera vez que hablé con él le dije que si sabía quién era yo, le dije que era un dirigente de la oposición y me respondió: «lo tengo absolutamente claro y ésto no tiene nada que ver con eso».
Allamand detalló que durante 10 años viajó a la isla caribeña para el tratamiento a Juan Andrés.
«Fidel Castro no solamente nos ayudó, sino que él durante muchos años se preocupó personalmente de la recuperación de Juan Andrés. Muchas veces a título de nada llegaba al hospital, hablaba con los equipos médicos, se preocupaba de los medicamentos y las terapias», anotó.
«Mi familia y yo tenemos el mayor agradecimiento humano. No voy a referir a la imagen que deba tener, creo que es mi obligación moral dar mi testimonio (…).
El senador de RN comentó que cuando Juan Andrés falleció (2003) «tomamos la decisión, como una muestra de agradecimiento, llevar sus cenizas a Cuba (…) y nos volvió a impresionar como Fidel Castro y los cubanos tomaron ese gesto con emoción».
Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 27 de noviembre 2016
Crónica Digital / PL