Por Diony Sanabia
Jimmy Kimmel, presentador de esta edición 89 de los lauros más codiciados de la estadounidense Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, expresó en su monólogo inicial: Quiero dar las gracias al presidente Trump.
¿Se acuerdan del año pasado, cuando parecía que los Oscar eran racistas?, interrogó seguidamente, como preámbulo de críticas posteriores que llevaron a las risas y la reflexión.
El también comediante minimizó el ataque de Trump contra Meryl Streep cuando el mandatario consideró en la red social Twitter el mes pasado que ella era una de las actrices más sobrevaloradas de Hollywood.
Meryl Streep no ha hecho ningún esfuerzo en sus más de 50 películas a lo largo de su mediocre carrera. Por favor, únanse a mí en un aplauso totalmente inmerecido a Meryl Streep, manifestó.
Sin dejar de combinar arte y política, como esperaban muchos sobre la celebración, Kimmel expresó, además, a los premiados que dar su opinión podría tener consecuencias.
Algunos de ustedes tendrán que subir al escenario esta noche y dar un discurso sobre el cual el presidente de Estados Unidos tuiteará en mayúsculas cuando se levante para ir al baño a las cinco de la mañana, expuso.
Reiteradas veces, los galardonados resaltaron los valores internacionalistas del séptimo arte y se refirieron a los peligros de las políticas del gobernante norteamericano.
En ese sentido, Gael García Bernal, quien presentó el Oscar a la mejor película de animación, criticó el plan de Trump para edificar una enorme barrera en la frontera de México y Estados Unidos.
Como mexicano, latinoamericano, inmigrante y trabajador estoy en contra de cualquier muro, aseveró.
Por su parte, Alessandro Bertolazzi, uno de los ganadores de maquillaje y peluquería por la película Escuadrón Suicida, dedicó su premio a todos los inmigrantes.
Asghar Farhadi, el director iraní de The Salesman, que se llevó el Oscar a la mejor película en lengua extranjera, declinó participar en la ceremonia como protesta al veto migratorio de Trump firmado el último 27 de enero.
En unas palabras enviadas al encuentro, expuso que la ausencia se produjo por respeto a la gente de su país y de otras seis naciones afectadas por tal medida ejecutiva, bloqueada luego en los tribunales estadounidenses.
Farhadi calificó de inhumana la prohibición con la cual Trump quiso impedir la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de Irán, Iraq, Libia, Siria, Yemen, Sudán y Somalia.
Según el mensaje del laureado realizador, dividir el mundo entre Estados Unidos y sus enemigos crea miedo, y es una justificación engañosa para la agresión y la guerra.
Los realizadores pueden encender sus cámaras para capturar las cualidades humanas compartidas y romper los estereotipos de varias nacionalidades y religiones, y crean empatía entre unos y otros, una empatía más necesaria hoy que nunca, sostuvo.
Washington, 27 febrero 2017
Crónica Digital /PL
