A pocos minutos de cumplirse el plazo establecido para el cierre de los colegios electorales, el pueblo mantiene notable afluencia para ejercer su derecho al sufragio en los comicios de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que se desarrollan hoy en Venezuela.
Aun cuando se comprobó la rapidez y sencillez del proceso de votación, las imágenes de las televisoras reflejan multitudes de ciudadanos en las afueras de los centros dispuestos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para la jornada.
Desde horas tempranas, tras el toque de la diana de Carabobo y la parranda de cohetazos, la gran mayoría de los venezolanos asistió a los colegios electorales a apoyar la iniciativa de su presidente, Nicolás Maduro.
En las largas filas, enardecidos del patriotismo del Libertador Simón Bolívar y con la esperanza en su voz, no perdían la oportunidad de llamar a otros venezolanos aun en sus casas a salir a votar para garantizar el futuro, la reconciliación nacional y el renacimiento de la patria.
«Llegó el lindo amanecer esperado por todos los patriotas. Hoy se desarrolla un proceso político en Venezuela, que impulsó el Comandante Hugo Chávez y que hoy continúa el presidente Maduro (…) Es el nacimiento de la nueva Venezuela», decían muchos ante las cámaras y los micrófonos sin temor a las amenazas de los radicales y asesinos de la derecha.
Porque la derecha apátrida que reside en Venezuela se aisló de las vías democráticas y, por consiguiente, se separó de la mayoría por ambición de poder, oro, petróleo y otros recursos que ostenta el país sudamericano.
Aupada por Estados Unidos, gran manipulador de las miserias del hombre para alcanzar sus objetivos de dominación mundial, la oposición presentó un plan violento para hacerse del poder político, sin importar las vidas de sus propios hermanos.
Resultado de su fallida y macabra estrategia: el luto y sufrimiento de cientos de familias venezolanas y el ensombrecimiento y suciedad de hermosos parajes de la nación bolivariana.
Por ende, en su deseo de acabar con el desenfreno ambicioso de la clase oligárquica de Venezuela, jóvenes, personas de la tercera edad y con alguna discapacidad, madres con sus hijos, padres de familia, miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, en unión, esperaron su turno para demostrar al mundo que Venezuela se respeta, es soberana y que
sus ciudadanos aceptaron las riendas de su futuro.
Esta masividad a la convocatoria, que hizo el presidente Nicolás Maduro el primero de mayo ante la arremetida imperial y de los escuálidos más reaccionarios venezolanos, representa la respuesta de la clase trabajadora, de las amas de casa y de las nuevas generaciones comprometidas contra la mentira, el terrorismo y las políticas imperiales.
Asimismo, esta muestra de civismo de los venezolanos en este día representa un ejemplo que repercutirá con muchísima fuerza en América Latina.
¿Qué sucedería si en países como Brasil, Argentina o México se hiciera una asamblea constituyente? Significaría el desalojo de la derecha del patrimonio social, económico y político y un cambio radical y positivo en la actual situación de pobreza y miseria de los hermanos pueblos latinoamericanos.
Por eso es la virulencia y el temor de Estados Unidos y de otros gobiernos. Porque hoy los venezolanos salieron dar una lección de democracia al mundo y convirtieron este proceso democrático en un patrimonio de esperanza para la humanidad.
Por Livia Rodriguez Delis
Caracas, 30 de julio 2017
Crónica Digital /PL
