De madre chilena y padre brasileño, vivió en Italia y a comienzos de 1980 estando de regreso en Chile integra la banda Congreso, donde Joe Vasconcellos compuso “Hijo del sol luminoso”, siendo uno de los temas emblemáticos de esa agrupación. En 1984 se va a vivir a Brasil, donde queda impregnado de ese ritmo brasileiro de mucha percusión y batucadas y que se nota en la canción de 1992 “Huellas”. Pero fue en 1995 con temas como “Mágico”, “Solo por esta noche” y “Sed de gol” que lo llevarían a la consagración en nuestro país. Sin olvidar sus éxitos más difundidos por las radioemisoras “Preemergencia” y “La funa”, ambas del disco Toque de 1997. Su álbum “Vivo” de 1999, vendió más 140.000 copias, convirtiéndose en una de los artistas más escuchado aquel año, lo que sirvió de antesala para lo que vendría, el Festival de Viña del Mar recibiendo un rotundo reconocimiento con la gaviota de plata.
En los últimos años ha estado presente en la Cumbre del Rock Chileno y Lollapalooza, siendo ya más de 30 conciertos que lleva por el país en lo que va del 2015 y prontamente el 11 de junio presentará su espectáculo “llamadas” en el Club Chocolate.
Joe Vasconcellos de 56 años es un hombre afable y sencillo nos recibe después de un concierto al aire libre en pleno Barrio Yungay.
¿Qué te parece cantar en la calle y en este barrio patrimonial, donde sus vecinos han tenido un real poder de organización?
Debiera de hacerse todos los días, esto es importante como un verdadero ejemplo, ya que nosotros somos una cultura de barrio cerrado. A veces, estas instancias son vitales para que uno conozca a sus vecinos y sobre todo en este barrio que le está dando un sabor muy necesario a nivel culinario, cultural…mira el encuentro de los cajones en la plaza Yungay. La idea es que yo me sienta atraído por el barrio y no esa idea norteamericana tan de ghetto y eso es porque nosotros somos mestizos de todos los colores, de todos los sabores y sentidos.
¿Ese es un sentido bastante sudamericano?
A nosotros se nos negó ser parte de América Latina durante muchos años, pero no sentíamos latinoamericanos y ser latinoamericanos es un ir de gente de aquí para allá. Esto le da sentido al barrio, es lo que está pasando aquí en el Barrio Yungay.
¿Crees que el Estado debiera estar presente en las actividades culturales de la calle?
Yo creo que nosotros tenemos que sacar esa cosa de estar dependiendo del estado. Seamos capaces con esta democracia que estamos viviendo, los artistas dejemos de estar dependiendo de ese diezmo que nos da el Estado, que nos promete cosas que al final están allí lleno de discos, música que ha sido grabada con sueños, con sudor y lágrimas, pero terminan perdidas.
¿Entonces…?
Entonces es mejor que el Estado nos facilite como ciudadano, las capacidades de desarrollarnos con nuestra propia verdad. La ciudad tiene que vitalizarse…hay un dicho en Brasil “Yo no le doy una limosna a un hombre que sabe, porque lo mato de vergüenza”.
Yo me vine a Chile, pero no pensé – me voy a Chile a ser me famoso y luego viajo a Los Angeles (EE,UU)- y también pensé que iba a ir a Chile…Pinochet y lo otro. Todo lo que yo quería era desarrollar mi trabajo. Yo no vine con ilusiones de que llegaría a Viña, gracias a dios lo que yo hice la gente lo empezó a percibir, me acompañó y todo eso se iluminó en el Festival de Viña.
¿A propósito de eso, te cambió de alguna manera el Festival de Viña al darte cuenta que tú estabas teniendo el mismo éxito que otros cantantes famosos que han pasado por ese certamen?
La historia de Congreso marcó mis principios, aunque ya venía con ellos. La experiencia con Congreso en época de dictadura, me marcó la vida, me entregó principios para seguir pa delante, ya que hay ciertas cosas que yo no hago, porque no caben en mi sistema. Hoy en día esos son detalles, pero para mí no lo son. Plusvalía para mí es un garabato, -oye me compre un departamento con plusvalía- cuando lo escucho y supe el significado de eso…es algo espantoso.
Después me fui a Brasil, pero mi composición, mi canto seguían en Chile y en algún momento dije: ¿qué hacemos con este canasto de canciones? Hay que grabarlas….y entonces yo me vine buscando esa -Alegría que llegaría- y que iba a encontrar a chilenos de todo el mundo, exiliados, música de Suecia, Holanda y esto iba a ser un calderón de cultura y de cosas…y no fue así.
¿Y parece que el único bicho raro fuiste tú, digo por todo este sonar que nos parecía tan brasileiro? ( se ríe y mueve la cabeza diciendo sííí)
Yo soy percusionista, mi música parte de esa base, del pandero, de la percusión, entonces vine e hice mucho camino, mucha universidad, mucho andesground y muy pocas apariciones en medios, pero no me preocupaba yo estaba casado, pero no tenía hijos, así que nos defendíamos como pareja. Pero la cosa fue adquiriendo una magnitud…la canción Valparaíso de la teleserie, después el Festival de Viña…ahí no había qué hacer con este invitado de piedra. En un momento dado, toda esta parafernalia, hacía que yo no pudiera ir a comprar el pan a la misma panadería de todos los días…y no podía…era como surrealista…y sigo siendo el mismo hueón.
En ese momento era desesperante, a un Richy Martin, lo preparan desde los 4 años para eso, él sabe lo que tiene que hacer…yo no.
Yo necesito andar por las calles, yo soy de la calle, porque en ella está la conversa contigo, con él vecino y de ahí sale la música.
¿Cómo sobrevive el artista chileno y sobretodo de la categoría y popularidad que tú tienes, si ya no se trata de vender discos?
Una de las cosas es que hay que tomarse en serio “la alegría”. Yo aprendí de las escuelas de samba, de los conceptos de cómo se trabaja…uno no puede andar solo por el mundo con su guitarra esperando que te hablen y hay momentos que la cosa funciona, pero cuando no funciona no hay plata. Entonces me arme de una pequeña empresa con amigos y deje a esos manager, esos compadres que son vendedores, porque no entiende mi música y no sabía qué hacer con mi música.
¿Vivir de la música a tu manera e ir un poco en contra del sistema?
De alguna manera nació desde mí una empresa, nos organizamos, aprendimos de contadores, de abogados, porque yo quiero vivir de esto, entonces para no ir de la mano con el sistema, pero si aprender cómo funciona el sistema, entonces yo ahora puedo trabajar.
Así me organice y cuento con un espacio donde vendemos nuestros show y ensayos, en el fondo las expectativas son las siguientes ; si yo quisiera minas tetonas con limosina rosada tendría que ir a Las Vegas, pero no es lo que yo quiero, lo que quiero es vivir tranquilo, educar a mis hijos y poder levantarme y recibir este bonus maravilloso y más encima que la gente te quiera, que escuche mis canciones…mira tengo 56 años, he recorrido todo Chile, esto es un regalo y creo que uno se pone metas en la vida y estas tienes que ser reales y no dejarte llevar por este malambo de basura inútil. Hace poco sacamos un disco y el primer tema se llama “ser feliz”, la felicidad no es darse la vuelta a la luna, para mí la felicidad tiene que ver con despertarme en la mañana, preparar el desayuno, estar con la familia, llevar a mi hijo al colegio, hacer las tareas, preguntarle ¿cómo estai hueón, cómo te fue?, escuchar música con ellos, aunque sea un metal.
¿El ser feliz tiene que ver con la simpleza de la vida y no darle tanto valor a lo material?
Imagina después del terremoto cuando tienes toda esa mugre acumulada, te tocas, estas entero, estas bien …vamos salgamos a la calle, no importa la casa, estamos nosotros, estamos enteros abracémonos y empecemos de nuevo…y el chileno tiene mucho de eso se las da como si viviera en Miami, pero no poh, nosotros somos chilenos aunque tengamos visa para viajar, y los chilenos somos bien especiales, hablamos raro, somos raros, a veces somos queridos, otras veces andamos creídos, pero tenemos derecho a cagarla, a nosotros los chilenos nos hace falta reinventarnos.
Nosotros no podemos esperar de los medios migajas, o sea prendes el cable, viajas por la televisión peruana, colombiana, brasileira y vas a ver, que mientras aquí te están hablando de la mama que acuchillo a la niñita y la tiró del quinto piso, para después matar a la abuelita. En estos países te enseñan a cocinar, te enseñan su música, para Halloween ¿sabes lo que pasa en Perú?, es el día de la canción criolla, por tanto, no podemos esperar a que el sistemita nos proponga, eso lo tenemos que hacer nosotros.
¿La música es la gran propuesta para seguir rescatando nuestra identidad?
Absolutamente, pero cuando voy a EE.UU amí me dicen que yo soy de Brasil, pero por otro lado yo sé que soy chileno. Uno va a Punta Arenas y hay un carnaval con mulatas y todo. Nuestra identidad está naciendo, está en los eventos callejeros, está con nuestros hermanos en el ceviche, está en el cajón y en la cueca…y eso es lo que hay que tratar de hacer a nivel de barrio. Yo trato de hacer a nivel de familia, no puedo arreglar el mundo pero tengo que dejar a dos seres lindos para este planeta, que sean educados y queridos.
¿Y esos seres humanos salieron músicos al papá?
Yo creo que sí, na que hacer…es que los instrumentos están ahí.
Dejamos a Joe Vasconsellos y recordé una de sus canciones totalmente vigente: “El sistema es perfecto y funcional hay ofertas y deudas por montón, el consumo no da felicidad, creen saber lo que la gente quiere, quiere todo lo que no haga pensar, quiere éxito quiere adelgazar”.
Por Miguel Alvarado Natali
Fotografías: Lucas Alvarado A.
Crónica Digital, 29 de Mayo 2015