Unos minutos antes del voto, la representante permanente norteamericana, Samantha Power, adelantó la inédita postura de Washington, seguida de aplausos.
Power admitió la condena abrumadora al bloqueo y el fracaso de esa política, y manifestó expectativas de que el cambio de posición en la Asamblea ayude en el mejoramiento de las relaciones bilaterales.
La iniciativa adoptada apela al respeto en el planeta a los principios y propósitos de la Carta de la ONU, que establecen la solución pacífica de controversias, la amistad y la cooperación entre los países, el respeto a la soberanía y la no injerencia en los asunto internos.
Asimismo refleja la preocupación por el componente extraterritorial del bloqueo -aplicado mediante la Ley Helms-Burton (1996)- el impacto de las sanciones en el pueblo cubano y su vigencia, pese al rechazo de la comunidad mundial.
El texto reconoce los progresos en las relaciones entre La Habana y Washington, la visita del presidente norteamericano, Barack Obama, a Cuba y su voluntad de trabajar por la eliminación del bloqueo, un asunto que pasa por el Congreso, al convertirse en ley en 1996 con la citada Helms-Burton.
En la segunda de sus dos páginas, la resolución insta a los países a abstenerse de promulgar medidas contrarias a la Carta de Naciones Unidas, y a abolirlas lo antes posible, en caso de ejecutarlas.
Por segundo año consecutivo, la votación en la Asamblea General transcurrió en un escenario diferente, tras la reanudación de vínculos diplomáticos entre La Habana y Washington, en julio de 2015, y el reconocimiento por Obama de la necesidad de eliminar el cerco.
Sin embargo, Cuba, en voz de su canciller Bruno Rodríguez, y varios países recordaron durante la sesión que el cerco económico, comercial y financiero, así como su componente extraterritorial, siguen en plena aplicación.
Rodríguez reconoció los avances en las relaciones, pero insistió en que el pueblo cubano y su desarrollo continúan bajo el impacto del bloqueo.
En su intervención, el diplomático señaló además que la abstención de Washington seguramente ayudará en el mejoramiento de los vínculos, aunque reiteró que deben juzgarse los hechos y no las palabras, y estos demuestran la vigencia de las unilaterales sanciones.
Naciones Unidas, 26 de octubre 2016
Crónica Digital / PL