La zona norte del país fue sacudida por un terremoto 8.2 y posteriormente se sintieron los efectos de una fuerte réplica.
Ante este escenario, el Colegio de Psicólogos de Chile, quiere aportar desde su campo de acción, tanto a los medios de comunicación como a la ciudadanía, con algunas recomendaciones para abordar de la mejor manera esta compleja situación.
Queremos compartir el trabajo realizado en conjunto con la Sociedad Chilena de Psicología de Emergencias y Desastres (SOCHPED), que esperamos pueda ser una guía útil para nuestros lectores.
Decálogo para los medios de comunicación ante desastres
Uno de los papeles fundamentales de los medios en escenarios postdesastre es la de servir como factor de estabilización de la población, actuando como un efectivo vehículo de comunicación entre los organismos estatales y la población en general.
Con este fin, consideramos observar las siguientes 10 recomendaciones para un trabajo efectivo en esa línea:
1. Es esencial el autocuidado, es decir, que el profesional de los medios de comunicación no se exponga a situaciones de peligro (como pueden ser posibles derrumbes, incendios, tumultos callejeros, actos delictivos).
2. Respetar el espacio físico para que los equipos de emergencias puedan realizar sus tareas.
3. Facilitar informaciones veraces y contrastadas.
4. Evitar la propagación de rumores facilitando informaciones reales y oficiales, como por ejemplo, en el caso de ayudas gubernamentales, aclarar en qué condiciones y a quién se le van a entregar, evitando así generar falsas expectativas.
5. Evitar mostrar escenas de gran violencia, de contenido muy sangriento, o de muertes traumáticas, evitando con ello un nuevo sufrimiento en la población que recepciona esa información (evitar la revictimización).
6. Mostrar ejemplos de personas que están pudiendo solucionar sus problemas cotidianos tras el terremoto (electricidad, agua, alimentación, cuidados básicos).
7. Respetar la intimidad y el dolor de las víctimas.
8. Realizar una labor psico-socio-educativa informando acerca de las acciones que se están realizando tanto a nivel preventivo (de otras consecuencias que puede traer consigo la catástrofe) como del proceso de reconstrucción.
9. Informar a la población de los lugares donde pueden acudir a recibir, en caso de ser necesaria, asistencia psicológica.
10. No patologizar a la población. Esto es, evitar etiquetaciones diagnósticas como psicosis colectiva, estrés post-traumático, etc.