Líderes estudiantiles realizarán esta semana acciones para sumar nuevas fuerzas a la manifestación que realizarán el próximo 10 de junio en demanda de una reforma educativa más profunda.
Tomás Leighton, dirigente de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (Cones), opinó que «la reforma educacional no va a ser profunda sin los estudiantes secundarios y es por eso nosotros nos vamos a movilizar», señala el diario Uchile.
En la marcha los estudiantes exigirán pasar de espectadores a protagonistas en el diseño la reforma que promueve el gobierno en ese sector, de la cual cuestionan la forma en la que se ha implementado y construido.
El pasado 19 de mayo la presidenta Michelle Bachelet envió al Congreso un proyecto de ley que incluye medidas contra el lucro en la educación expresando al firmar el mismo su propósito de que ésta deje de verse como un bien de consumo para ser considerada un derecho básico.
A la convocatoria lanzada por la Cones ya se sumó la Confederación de Estudiantes de Chilepara demandar que se tomen en cuenta sus propuestas dirigidas a lograr la transformación estructural del modelo educativo.
Dichas propuestas, apunta Uchile, buscan el fortalecimiento de la educación pública, la creación de una red técnica estatal, la democratización de las instituciones, la condonación de las deudas crediticias y el mejoramiento de las condiciones laborales de los involucrados en el proceso educativo.
Para hoy lunes se espera que la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios decida su incorporación al llamado de la Cones, según anunció en declaraciones Lorenza Soto, vocera de esa organización.
Santiago de Chile, 3 de junio 2014
Crónica Digital / PL
LLEGÓ LA HORA
Cualquiera de nosotros podría imaginarse que, en este siglo, al tener múltiples acceso a diversas fuentes de información, los seres llamados mesías o seres que sufren del síndrome de Jerusalén, deberían estar en extinción. Mas, no es así, puesto que el conocimiento como se va modificando, actualizando o transformando , de manera cada vez más rápido e imperceptible, no hay tiempo para subir a un observatorio para mirar el horizonte. Y las instituciones, las más sólidas, las más creíbles, por una parte se hacen “humo” o se hacen agua y por otra parte, reproducen los viejos mitos envolviéndolos con verdades aparentes.
Hasta ayer teníamos la creencia que el origen de las cosas eran sólo divinas. Hoy la partícula Higgs es una realidad inobjetable. Y medio mundo sigue mirando para el cielo o para el Este, buscando las razones de las sinrazones. Y el otro medio mundo se debate en una lucha fratricida, entre sunitas y chiitas. En educación hablamos de la calidad y sólo nos remitimos, en este país, a medir de manera homogénea y uniforme lo que acontece a los niños y jóvenes desde Visviri hasta la Antártida de la misma manera: SIMCE
¿Y cuánto sabemos de cómo el cerebro aprende? ¿Cuánto incide el contexto en lo que aprendemos? ¿Cuándo vamos a empezar a diseñar el curriculum conectándolo con el cerebro de cada niño y niña?¿ Los profesores que enseñan saben como aprenden sus estudiantes?
Mas, por eso y por todas la razones y emociones, se hace imprescindible construir comunidades para enfrentar las incertidumbres de la vida que afortunadamente nos ha tocado vivir. Hoy más que nunca se hace necesario volver a soñar en un nuevo país, desapegados de las amarras de un modelo impuesto por la fuerza, y dejando de lado, las miradas de pasajeros que hemos adquiridos en estos cuarenta años.
Pero esto nos obliga tener una actitud primaria y básica que debemos replicar y multiplicar: LA EMPATÍA. Poner en común nuestra diversidad, no es tarea de colocar a los seres a rendir pruebas nacionales para uniformarlos tratando absurdamente de homogenizar el conocimiento que “supuestamente debiéramos poseer”.
Para desplegar esta nueva actitud, no debemos olvidar que el curriculum de las escuelas primarias, secundarias y terciarias son atacados por un rotavirus que pone el acento en la adquisición individual de los conocimientos tratando que estos principalmente se entronicen en el disco duro, con el martilleo de la memoria que se alimenta con anfetaminas para dar respuestas a las distintas pruebas que el sistema nos tiene consagrado para “saber” que somos aptos para vivir este siglo.
Por lo tanto, llegó la hora, de entender que todos y cada uno de nosotros, somos importantes para construir un nuevo diseño de país. Llegó la hora de articular el comportamiento social en torno a la empatía. Llegó la hora de superar el asignaturismo y de liberar el curriculum de la prueba nacional denominada SIMCE Llegó la hora de mirar el aprendizaje desde la neurociencia. Llegó la hora de dibujar un nuevo paisaje en el horizonte.
OLIVILLO