Si nos ponemos a analizar el rendimiento mostrado por los equipos chilenos en la actual Copa Sudamericana, podemos extraer conclusiones que manifiestan un yerro en el sistema de clasificación a torneos internacionales que existe en Chile.
El nivel futbolístico mostrado en cancha demuestra el fracaso de la ANFP, del intento de otorgar más justicia al campeonato, y permitir que elencos de bajo perfil logren tener la posibilidad de acceder a una competición de renombre en América. En este caso la Copa Sudamericana (“de cartón” llamada por muchos), innegablemente recibe a equipos de media tabla hacia abajo en todos los países que hacen parte de ella cada año. Pero el punto es que, los equipos chilenos que van a dicho torneo se enfrentan a un régimen de juego más estricto, todo esto porque el fútbol en Chile se ha ido complejizando, y por ende, realizando un desarrollo de la Liga, mucho más entretenido y apretado.
Sin embargo, aún así, nuestros representantes no logran hacer frente a los equipos que participan a mi parecer, en torneos no tan atractivos, y con pocos protagonistas. Es decir, sería entendible que quedaran eliminados frente a elencos argentinos o brasileños, pero no encuentro la razón de quedar fuera de la competición de manera tan desastrosa con conjuntos de Perú, Bolivia, Paraguay, Uruguay, etc. He aquí el dilema al cual se enfrenta el rector del fútbol nacional… ¿Es productivo excluir a los equipos de mejor rendimiento, que clasificaron a la Libertadores, de este torneo? ¿Es justo establecer una liguilla con los ubicados en el 6to-7mo lugar hacia abajo? (Como ocurrió para esta Copa Sudamericana).
Creo firmemente que para mejorar la calidad y promoción de nuestro fútbol, a pesar de crear un “monopolio” y “repartir la torta entre pocos”, el nivel incrementaría considerablemente: al exponerse los equipos a mejores campañas internacionales (probablemente), los jugadores logran una vitrina para expandir su carrera, eso trae dinero al club, y en el sistema mercantilista que domina a este deporte, todos ganarían (en los mejores clubes, por cierto).
Y quizás la justificación maquiavélica de esta medida (no perversa como creen, sino como principio filosófico), encuentra su fundamento en lo que planteé al principio, el rendimiento que nos ofrecieron los 4 representantes en esta ocasión.
Vamos caso por caso: El equipo con más tradición histórica era la Universidad Católica, quien clasificó a esta cita por ser el 2do mejor puntaje en la tabla acumulada del Torneo 2013-2014 (En estricto rigor debió haber clasificado O’Higgins, por obtener el primer lugar, pero por jugar la Libertadores, fue excluido). Lamentablemente pasa por un periodo bastante nefasto, y corroboró su mala campaña en el torneo nacional, cayendo por la cuenta mínima como local frente a River Plate de Uruguay. Lo peor estaba por venir, en su visita para revertir las cosas, bastaron 25 minutos para derrumbar el alza anímica y estratégica del equipo. Resultado: 0-3 con dos expulsados. La labor del DT (Falcioni) es encontrar rápidamente el rodaje de sus muchachos, ya que fue reafirmado en su cargo y debe responder con dignidad y vergüenza deportiva ante la confianza de la institución. Ojo que primó en esta decisión, tanto la millonaria indemnización con que cargaría la dirigencia cruzada, como el amargo empate que sacaron frente al mismísimo O’Higgins de Rancagua.
La llave más increíble, sobre todo por el partido de vuelta, fue sin dudas Cobresal. Los “mineros” accedieron al torneo por ganar la Liguilla que mencioné anteriormente, la del Clausura 2014, disputada frente a Universidad de Concepción, Cobreloa y Palestino. Enfrentó a General Díaz, proveniente de Paraguay, y al contrario que la UC, comenzó la llave jugando de forastero. La cosecha fue negativa pero con un aspecto interesante, perdieron 2-1, y el gol de visita le daba la esperanza de tener que ganar por la cuenta mínima el cotejo de vuelta. En la altura del Salvador, los paraguayos comenzaban ganando, los nortinos empataron la brega, pero de manera inteligente y precisa General Díaz se ponía arriba en el marcador complicando las cosas. Pero llegando al final del primer tiempo, dos jugadores del elenco visitante fueron expulsados por pelear entre ellos, dando una ventaja no menor. Así y todo, Cobresal no fue capaz de plasmar una idea que les permitiera aprovechar ese punto débil, e incluso estuvieron con tres jugadores más en cancha, luego de la expulsión del capitán tras golpear a un jugador local. El empate llegó cuando faltaban pocos minutos para el final del partido, y el elenco nacional se despidió sin pena ni gloria en lo que fue la ardua defensa de 8 “guerreros” paraguayos. Si no fueron capaces de al menos ganar el partido con ventajas por un tiempo entero, ejemplifican plenamente el pensamiento que estoy compartiendo. Y este problema de la idea de juego de Cobresal, se da en mi opinión, a que la conformación del plantel, pesa por sobre la filosofía futbolística del entrenador, o simplemente no dura mucho tiempo, pues el equipo al que le dieron el cupo a la Liguilla, el que ganó dicha fase y el que disputó el torneo Internacional, en un lapso de 3-4 meses mostró a “tres equipos distintos entre sí”. Sencillamente paupérrimo.
El otro conjunto nortino, Iquique, hizo presencia en el torneo por haber sido el campeón de la Copa Chile 2013-2014, aunque ya estaba clasificado porque fue el finalista perdedor de la Liguilla Apertura 2013. Y por esta coincidencia el otro finalista de la Copa Chile, Huachipato, sin necesidad de obtener el trofeo, estaba clasificado automáticamente. Pero dejemos al elenco del sur para el final. Los “Dragones Celestes” se asemejan a la UC por el momento que están viviendo en materias futbolísticas. Se enfrentaban al Universitario de Sucre, en medio de problemas con el técnico respecto a sus resultados en el torneo nacional y en la Copa Chile 2014-2015. No estaban jugando bien, tenían poca confianza, y se reflejó en el partido de ida en Bolivia, teniendo pocas llegadas al arco rival, y por efectos de la complicada localía (la altura), se devolvían al país con una derrota por 2 goles a 0. Y en la vuelta se notó un alza en el juego asociado, pero que no fue suficiente en la “victoria con sabor a derrota”, 1-0 a favor de los iquiqueños, que pudo cambiar con un penal errado de Manuel Villalobos en el comienzo del segundo tiempo.
Pero hay un rayo de luz en la sombra, y ese fue Huachipato. Mencionado su método de clasificación, cabe decir que se topó con San José, elenco boliviano que no le ofreció mayor resistencia en el partido de ida en Talcahuano, donde el elenco nacional venció por 3 goles a 1. Ya en el encuentro que debía consagrar la clasificación a la siguiente ronda, y así sacar la cara por los equipos chilenos, viajaron a la localidad de Oruro, enfrentando la altura y la subestimación por parte del mundo deportivo latinoamericano. Lo cierto es que la figura del DT Mario Salas (ex técnico de la Selección Chilena Sub 20, que disputó el Mundial el año pasado) y su propuesta ofensiva le da un carácter positivo al rendimiento actual de los sureños. Marchan terceros en la Liga local, mostrando buen juego y estrategias adecuadas para el rival que toque enfrente. Lograron vencer en la adversidad geográfica por 3 goles a 2, pasando de fase y siendo (menos mal) la excepción de la debacle que ya expuse.
Sólo queda apoyar a Huachipato en lo que logre avanzar, y esperar de la máxima organización del fútbol nacional, una respuesta efectiva y pertinente a la realidad que aún condena al deporte chileno, al desmesurado desequilibrio de su rendimiento. No sólo pasa en el fútbol, hay un esgrimista de renombre: Paris Inostroza. Del gimnasta que más se habla: Tomás González. La nadadora del último tiempo: Kristel Kobrich. En la rama del atletismo: Natalia Ducó. En el handball: Marco Onetto. Este ejemplo de la Copa Sudamericana se suma a una larga lista de proyectos que no van orientados a un correcto desarrollo. La cultura deportiva se manifestaría plenamente si tuviéramos más y mejores representantes en las diversas disciplinas, pero de a poco se hacen las cosas. Sólo nos queda seguir trabajando e intentando…
Por Vicente Vásquez Feres
Crónica Digital, 4 de septiembre 2014
Regalo? A algún equipo le regalaron el cupo o se lo ganaron en cancha? Infórmese primero. Si la U o el Colo no se la pueden contra equipos como Magallanes, Rangers o el Chago Morning, ¿tú crees que se la pueden en torneos internacionales? Para equipos con el presupuesto de los «grandes» de Chile, perfectamente pudieron haber ganado la Copa Chile, pero resulta que son malos y ni siquiera pasan de la primera fase.
Más encima, la U y el Colo pasan a segunda fase de un torneo internacional en promedio una de cada ocho veces, así que de qué estay hablando. Por lo menos Cobresal e Iquique la lucharon y no se fueron eliminados con boletas como siempre les ocurre a tus «grandes».