El ministro de Antigüedades de Egipto, Mamdouh Eldamaty, estimó hoy que la teoría del arqueólogo británico Nicholas Reeves sobre la ubicación de la tumba de la reina Nefertiti, tras la de Tutankamón, pudiera ser parcialmente errónea.
Recientemente, Reeves planteó la hipótesis de que la cámara funeraria de Nefertiti (1370 – 1330 antes de nuestra era), cuya ubicación se desconoce hasta el momento, pudiera estar oculta tras la pared norte de la de Tutankamón.
Sin embargo, para Eldamaty, de realmente existir esa habitación funeraria, ésta sería la de la reina Kiya, madre del rey niño.
En sus argumentos el Ministro, quien además es experto arqueólogo, expone que cuando el joven faraón abandona la capital Akhtaten para trasladarse a Tebas, probablemente llevó consigo los restos de su madre.
Cuando Tutankamón fallece a temprana edad, argumenta, los sacerdotes del Valle de los Reyes (donde se inhumaba a los monarcas) tuvieron que apurarse en buscar una tumba, pues disponían, según los ritos faraónicos, de sólo 70 días para ello.
En una época en que con herramientas de cobre no era muy rápida la excavación en la roca, y ante el requerimiento de elaborar un digno ajuar mortuorio, que consumía más tiempo y ocupaba un espacio considerable, la solución ideal fue utilizar las antecámaras del sepulcro de Kiya.
Por tanto, sostiene Eldamaty, la tumba de su madre era la elección adecuada.
Siguiendo un razonamiento similar, y tras estudiar imágenes de muy alta resolución de las paredes de la tumba de Tutankamón, en particular la del mural de los monos, Reeves sostiene que en la posible cámara oculta quien se encuentra es la momia de Nefertiti.
Para dilucidar ésa, una de las incógnitas abiertas de la egiptología, tanto Eldamaty como Reeves, junto a un grupo de expertos, realizarán una expedición (la segunda) al Valle de los Reyes.
En esta ocasión explorarán tres tumbas reales de personas que estaban vivas en tiempos de Tutankamón.
Ellos son el Rey y comandante militar Horemhab, el Rey y hermano de faraón Akhenatón, Smenkare, y de Amenhotep III.
En una primera fase se estudiarán con una nueva óptica las tumbas de esos personajes, incluyendo las pinturas en las paredes, la terminación de éstas y de los techos, así como la ubicación precisa de los amuletos que debían proteger en su sobrevida a los muertos.
Además, Reeves espera realizar un escaneo mediante radar del entorno de la tumba de Tutankamón para detectar espacios vacíos en el subsuelo, lo cual confirme (o no) la existencia de cámaras mortuorias adicionales.
El Cairo, 29 de septiembre 2015
Crónica Digital / PL