El sistema de AFP debe terminarse cuanto antes y del todo, no sólo por sus bajas pensiones sino porque contraviene dos de las normas morales más esenciales de todas las sociedades civilizadas: el deber de los que pueden trabajar de sostener a quienes no pueden hacerlo y la estricta prohibición de las élites, de apropiarse de aquella parte de la jornada de los que trabajan que éstos necesitan para sostenerse ellos mismos y sus familias, incluidos sus viejos.
La civilización y la historia nacieron cuando la productividad del trabajo empezó a generar un excedente por encima de lo que lo que es necesario para sostener a las personas que lo realizan. A partir de ese momento se establece la regla moral que éstos deben sostener a quienes no pueden trabajar, sea porque están enfermos o inválidos o no han alcanzado o excedido la edad adecuada para hacerlo y que inevitablemente mueren si son abandonados a su suerte.
La regla moral secular ha sido y será, que cada persona que trabaja debe sostener a una que no puede hacerlo por motivos de edad o enfermedad, o sea, casi siempre el número de personas en condiciones de trabajar iguala aproximadamente a la población pasiva. Así ha sido siempre en las sociedades agrarias tradicionales y así vuelve a ser en las sociedades urbanas muy avanzadas y esta carga secular sólo se aliviana por un tiempo mientras se transita de unas a otras.
Todas las sociedades disfrutan de un «bono demográfico» en la segunda fase de su urbanización, cuando alcanza la edad de trabajar la explosión demográfica de niños y jóvenes ocurrida durante la primera fase de este proceso, debido a que las tasas de fecundidad siguen siendo entonces muy elevadas y las mejores condiciones sanitarias urbanas permiten sobrevivir a la mayoría.
En Chile, en la actualidad, por ejemplo, este bono demográfico es máximo, puesto que el número de personas en edad de trabajar duplica al de jóvenes y viejos, y por lo tanto hay condiciones demográficas inmejorables para dar muy buena educación a los primeros y pensiones adecuadas a los segundos. A medida que avance el siglo, aumentará el número de viejos más de lo que se reducirá el número de jóvenes, por lo cual la proporción entre ciudadanos en edad pasiva y activa se volverá a acercar al equilibrio tradicional, pero continuará al final del siglo siendo mucho más favorable que lo que era en los años 1970, cuando la carga sobre los activos de la población pasiva —niños y jóvenes casi todos en ese momento— alcanzó en Chile su máximo histórico.
Sin embargo, el incremento acelerado de la productividad del trabajo permite que siempre se incremente y de modo cada vez más rápido, la cantidad de bienes y servicios que los que trabajan prudente poner a disposición de todos, activos y pasivos, para que disfruten de ellos a lo largo de vidas cada vez más largas, en abundancia creciente y a veces incluso exagerada, puesto que ello no necesariamente conduce a una mayor felicidad.
La demografía no constituye una amenaza sino todo lo contrario, representa el mayor logro de la moderna sociedad urbana, cada vez más rica, culta, longeva, globalizada y entrelazada. Son otros los demonios que ésta enfrenta, como la depredación de la naturaleza, el fascismo y la guerra, exacerbados todos ellos por la perversión del individualismo a ultranza.
El así llamado «sistema de capitalización individual» pretende romper esta regla moral esencial, proclamando que si se libera a los que trabajan de la obligación de sostener a sus mayores, aquellos podrán sostenerse por sí mismos cuando lleguen a viejos si ahorran lo suficiente, confiando desde luego la multiplicación de dichos ahorros a la magia de sus hábiles administradoras, las AFP.
Todo ello no es más que una mistificación, puesto que es evidente que los viejos, al igual que los niños e inválidos, no pueden valerse por sí mismos. Es indispensable que los que pueden trabajar les proporcionen el alimento, abrigo y cuidados que requieren para no morir. El pan que desayunaron hoy los viejos en Chile no lo sacaron de las bóvedas de las AFP, sino fue horneado esta misma mañana por trabajadores bien activos y madrugadores, quienes también les proporcionaron el resto de sus alimentos, el abrigo y los servicios de salud, energía, transporte y todo lo que requieren para sobrevivir.
Si la gente vive más años y aumenta la proporción de viejos en la sociedad, los que trabajan deberán inevitablemente destinar una parte mayor de su jornada a producir las cosas que ellos necesitan para vivir en condiciones dignas, o empobrecerlos si no están dispuestos a cumplir con esta obligación moral. Los diferentes sistemas de pensiones no son sino mecanismos de cálculo para determinar la magnitud de esta parte del producto de la jornada de los que trabajan que será destinada a sostener a sus viejos.
La regla que establece para esta distribución el «sistema de capitalización individual» es particularmente inmoral y discriminatoria: reduce automáticamente las pensiones a medida que aumenta la esperanza de vida y otorga montos inferiores a uno solo de los grupos que vive un poco más, las mujeres. Es como si en la mesa de la antigua familia campesina, la dueña de casa hubiera servido solo medio plato de sopa a su padre y apenas un cuarto a su madre, explicándoles que lo hacía porque iba a tener que sostenerlos durante demasiado tiempo. ¿Que hubieran opinado sus vecinos si alguna de estas familias hubiese osado establecer una regla tan perversa? Pues bien, eso es exactamente lo que hacen las AFP.
Peor aún, el sistema de AFP viola flagrantemente una segunda regla moral sagrada de todas las sociedades civilizadas, aquella que prohíbe estrictamente a las élites apropiarse aquella parte de la jornada que los trabajadores deben destinar a sostenerse ellos mismos y sus familias, incluidos sus viejos. En todas las sociedades civilizadas conocidas hasta el momento — tenemos el sueño que ello dejara de ocurrir en algún momento—, las élites se apropian del excedente, es decir, aquella parte de la producción social que excede a lo necesario para mantener a quienes trabajan para generarla. Ello se considera legítimo en la medida que la élite sea capaz de organizar la producción social y desarrollar la cultura de la forma que resulta posible y más feliz en cada época histórica.
De este modo, los amos, señores feudales o latifundistas, y sus respectivos reyes, emperadores y sacerdotes, se apropiaron durante milenios de aquella parte del trabajo de sus esclavos, siervos o inquilinos, que excedía lo necesario para mantener a ellos y sus familias, incluidos sus viejos. Del mismo modo, en la moderna sociedad urbana los auténticos capitalistas se apropian de la parte que excede al salario de sus obreros, del valor agregado en la producción de bienes y servicios que se venden en el mercado en condiciones competitivas, ganancias que a la fuerza deben compartir con propietarios de terrenos, aguas y minerales, con monopolistas, especuladores y toda suerte de rentistas y por convicción destinar otra parte al avance de la ciencia, la cultura y las artes.
Sin embargo, en todas esas sociedades civilizadas está estrictamente prohibido a las respectivas élites que, además de quedarse con el excedente, pretendan echar el guante a lo que los trabajadores, esclavos, siervos, inquilinos y obreros, necesitan para mantenerse ellos mismos y sus familias. Y en eso consiste precisamente la esencia del sistema de la así llamada «capitalización individual», que no es en verdad un sistema de pensiones sino de ahorro forzoso, destinado a transferir a los grandes consorcios financieros una parte siempre creciente de los salarios, además de subsidios financiados con impuestos pagados asimismo principalmente por los trabajadores.
Pruebas al canto. Según las estadísticas de la Superintendencia de Pensiones, en el mes de agosto del año 2015 recién pasado, un total de 5,5 millones de trabajadores con un salario promedio de 673 mil pesos percibieron una masa de salarios de poco más de 3,7 billones de pesos, de los cuales cotizaron en las AFP un poco menos de un 12,5 por ciento incluyendo comisiones y seguro de invalidez y sobrevivencia, es decir, un total de poco más de 462 mil millones de pesos. Ese mismo mes las AFP y compañías de seguros pagaron 1,08 millones de pensiones con un monto promedio de 200 mil pesos, lo que da un total de poco más de 200 mil millones de pesos, es decir, un 43 por ciento de lo recaudado por cotizaciones obligatorias.
La cifra recaudada sube a más de medio billón (millón de millones) de pesos en meses como septiembre o diciembre, en que aumenta el empleo y las remuneraciones. Es decir, un mes con otro las AFP recaudan medio billón de pesos en dinero contante y sonante, lo que es una cifra fácil de recordar, y pagan en pensiones menos de la mitad de esa cifra (⅖ partes).
En otras palabras, las AFP se embolsan más de un cuarto de billón de pesos netos todos los meses, lo que equivale a más de tres billones de pesos netos por año, considerando sólo las cotizaciones obligatorias de los afiliados. Adicionalmente, el fisco aporta al sistema de AFP más de dos billones de pesos anuales en dinero efectivo, en subsidios directos como bonos de reconocimiento o aportes previsionales solidarios, e indirectos como planes de retiro.
Es decir, en el año en curso las AFP se están embolsando salarios e impuestos por un total neto de más de cinco billones de pesos en dinero efectivo —que equivale a poco menos de un 5 por ciento del PIB. La mitad de este monto se las apropian ellas mismas junto a sus compañías de seguros relacionadas, en forma de comisiones y primas netas. El resto lo transfieren íntegramente a los mercados financieros de los cuales la mitad lo transfieren en su mayor parte a los principales grupos financieros que operan en el país bajo la forma de préstamos y capital accionario y el resto lo juegan a la ruleta de los mercados financieros internacionales. En las arcas del chanchito de las AFP no queda ni un peso.
Esto se viene repitiendo año tras año desde 1981 y quieren que siga para siempre. Exceptuando sus comisiones y primas netas, que van a sus balances, lo “invertido” en los mercados financieros queda debidamente registrado en el fondo de pensiones (FOP), el que por la vía de la apropiación de estos siempre crecientes excedentes netos sólo puede crecer año tras año, es decir, es solo un registro de lo que se han apropiado y no van a devolver jamás. Algo parecido ocurre con el tristemente famoso Fondo de Utilidades Tributables (FUT), registro de utilidades no tributadas que, como dijo anterior el Ministro de Hacienda, dado que solo crece año tras año, no lo van a devolver nunca. Lamentablemente, a las AFP no siempre les va bien en la ruleta y en un año como el 2008 pueden perder un tercio del fondo completo o la mitad del fondo A, o en pocas semanas como las recientes pueden perder todos los aportes netos de los afiliados del fisco en un año.
Todo esto es lo que debe terminar y va a terminar, cuando Chile implemente la propuesta C de la Comisión Bravo, presentada por la Profesora Leokadia Oreziak, que en base a cifras como las anteriores demuestra que solo con las cotizaciones actuales, sin subir las tasas y jubilando a todos al cumplir edad de jubilación que tampoco es necesario elevar, es posible subir las pensiones al doble y reajustarlas anualmente en el índice de remuneraciones, y al mismo tiempo ahorrar al fisco más de dos billones de pesos por año.
Y lo que es más importante, terminar con esta inmoralidad.
Por Manuel Riesco
Santiago de Chile, 21 de octubre 2015
Crónica Digital
Impresionante las cifras y datos entregados por el Sr.Riesco. El asunto es cómo hacemos para revertir esta situación de INMORALIDAD? ,cuando el pueblo está desprotegido por las instituciones que deber´´ian velar por ël?.Excelente el reportaje de Crónica Digital.
LAS AFPS SON EMPRESAS CON FINES DE LUCRO, POR LO TANTO NUNCA HAN SIDO NI SERÁN UN SISTEMA DE PREVISIÓN Y PROTECCIÓN SOCIAL, AL CONTRARIO, ES UN SISTEMA SÁDICO Y DE UNA CLARA DESPROTECCIÓN SOCIAL DONDE DE FORMA DICTATORIAL, SÍ o SÍ DEBEN COTIZAR TODOS LOS TRABAJADORES DE CHILE, POR NO HABER OTRA OPCIÓN DONDE HACERLO Y PORQUE NINGÚN GOBIERNO DEMOCRÁTICO SE HA PREOCUPADO DE ESTA BOMBA DE TIEMPO QUE HOY HA PLAGADO A CHILE DE PENSIONADOS POBRES. EL ESTADO ES RESPONSABLE DE ESTA SITUACIÓN, POR TENER EL DEBER CONSTITUCIONAL DE SER GARANTE Y PROTECTOR DE LA PREVISIÓN SOCIAL Y POR ENDE, DE LOS DINEROS DE LOS COTIZANTES DESTINADOS A PENSIONES DE VEJEZ, INVALIDEZ, VIUDEZ, ETC., ETC, EN MÉRITO A LO EXPUESTO, EL ESTADO DEBE HACERSE CARGO DE TODOS LOS DINEROS QUE HAN PERDIDO LOS COTIZANTES EN LAS AFPS, POR OCULTADO LA CABEZA COMO LA AVESTRUZ Y HABER PERMITIDO QUE LAS AFPS GANARAN A TODO EVENTO, MIENTRAS LOS AFILIADOS HEMOS CONOCIDO SÓLO EL VERBO PERDER, LO QUE ES UNA CLARA INMORALIDAD, YA QUE EN EL INP, NADIE ESTÁ SUJETO A LAS PÉRDIDAS Y CAÍDAS DE LAS BOLSAS, NO COBRAN POR PENSIONAR A LOS TRABAJADORES QUE LOGRARON EVADIR EL CAMBIO A ESTE SISTEMA LADRÓN, NO INTERVIENEN LAS CÍAS. DE SEGUROS QUE TAMBIÉN LES ROBAN A LOS AFILIADOS DE LAS AFPS AL CAMBIARSE A UNA RENTA VITALICIA, ADEMÁS A LAS MUJERES NOS PAGAN MENOR PENSIÓN Y LA PLATA LA HACEN ESTIRAR HASTA LOS 108 AÑOS, PARA PAGARNOS LA NADA MISMA, LO QUE ES UNA BURLA MAYÚSCULA A LA CUAL NINGUNA AUTORIDAD, NI LOS POLÍTICO LE HAN PUESTO PUNTO FINAL, LO QUE HACE PENSAR QUE TODOS DEBEN SER ACCIONISTAS DE LAS AFPS, POR ELLO NO ESTÁN NI AHÍ CON SOLUCIONAR NUESTROS GRAVES PROBLEMAS, YA QUE PENSIONARSE EN UNA AFP O POR UNA COMPAÑÍA DE SEGUROS ES UNA CONDENA A LA POBREZA. EL ESTADO ES RESPONSABLE DIRECTAMENTE DE TODAS ESTOS ABUSOS E IRREGULARIDADES MANIFIESTAS EN EL SISTEMA DE AFP.; TAMBIÉN ES RESPONSABLE POR NO HABERSE INVOLUCRADO NI INTERVENIDO EN EL TREMENDO DAÑO PREVISIONAL PROVOCADO A LOS EMPLEADOS PÚBLICOS, YA QUE EL BONO DE RECONOCIMIENTO FUE VALORADO EN 1 TERCIO (1/3) DEL VALOR REAL POR EL INP, LO QUE ES OTRO ABUSO MAYÚSCULO, YA QUE POR ESTE ROBO MÁS TODO LO QUE NOS ROBARON LAS AFPS, CHILE ESTÁ GENERANDO PENSIONES PAUPÉRRIMAS Y ESTE PAÍS SE ESTÁ LLENANDO DE UNA GENERACIÓN DE PENSIONADOS CONDENADOS A LA POBREZA. LLEGÓ LA HORA DE ESCUCHAR AL CIUDADANO COMÚN Y DE PONERLE EL CASCABEL AL GATO AL INICUO SISTEMA DE AFP, POR SER UN SISTEMA IMPUESTO POR LA DICTADURA Y DONDE NINGÚN EMPLEADO PÚBLICO ANTIGUO ELIGIÓ INCORPORARSE. DE NO CAMBIAR RADICALMENTE ESTE SISTEMA DE DESPROTECCIÓN SOCIAL, MUCHO MEJOR SERÍA QUE NOS APLICARAN LA EUTANASIA EN LUGAR DE PENSIONARNOS EN ÉSE SISTEMA LADRÓN, DONDE TODO ES PARA ELLOS Y PARA LOS AFILIADOS SOLAMENTE LAS PÉRDIDAS, CUANDO EL ÚNICO QUE SIEMPRE DEBIÓ GANAR A TODO EVENTO ES EL AFILIADO, YA QUE LAS PÉRDIDAS EN LAS CUENTAS NUESTRAS, DEBIÓ REPONERLAS SIEMPRE EL SISTEMA DE AFP CON TODAS LAS GANANCIAS ILÍCITAS OBTENIDAS, ADEMÁS EL SALDO DE LAS MISMAS GANANCIAS TAMBIÉN DEBIÓ REPARTIRLA CON EL AFILIADO, YA QUE SIEMPRE DEBIÓ TENER EL CARÁCTER DEL PRINCIPAL Y 1er ACCIONISTA EN LAS AFPS, POR SER QUIEN PONE EL DINERO MENSUALMENTE EN MANOS DE LAS AFPS PARA SER ADMINISTRADO, CONCEPTO POR EL CUAL TAMBIÉN NOS COBRARON Y SIGUEN HACIÉNDOLO CON LOS QUE AÚN NO SE PENSIONAN.
COMO MUESTRA DE LOS ABUSOS COMETIDOS POR EL SISTEMA ENVÍO MI CASO:
ESTIMADO MANUEL RIESCO:
¿QUIÉN SUBIRÁ MI BAJA PENSIÓN DE INVALIDEZ QUE RECIBO EN EL SISTEMA DE AFP, DEBIDO A UN CLARO ACTO DE DISCRIMINACIÓN Y ROBO, AL BAJAR SIN SER DE SU COMPETENCIA HACERLO, MI PENSIÓN DE INVALIDEZ TOTAL CALCULADA POR LA MISMA AFP CAPITAL SURA EN 11,80 UF A 7,19 UF?,
TAMBIÉN ME NEGARON Y POR ENDE ME ROBARON LA COBERTURA DEL SEGURO DE INVALIDEZ QUE SIEMPRE PAGUÉ JUNTO CON MIS COTIZACIONES DE AFP, SEGURO DE INVALIDEZ QUE, SUCEDIDO EL SINIESTRO, EN ADELANTE ESTÁ OBLIGADO A PAGARME DE POR VIDA ESTA PENSIÓN DE 11,80 UF, LO CONTRARIO ES UNA ESTAFA MÁS DEL SISTEMA DE AFP, YA QUE SI PAGUÉ EL SEGURO DE INVALIDEZ HASTA EL FINAL DE MI VIDA LABORAL, EN JUSTICIA, DEBE CUBRIR LA PENSIÓN DE INVALIDEZ CALCULADA EN 11,80 UF QUE SE ENCUENTRA EN EL CERTIFICADO DE CÁCULO DE PENSIÓN Y EN EL 1er. SCOMP QUE ME ENTREGÓ AFP CAPITAL SURA.
RECLAMO QUE TODA ESTA MARAÑA FUE EFECTUADA CON EL FIN DE BENEFICIARSE ELLOS MISMOS, ME REFIERO A LA CÍA DE SEGUROS SURA, AFP CAPITAL SURA Y A LA MISMA SUPERINTENDENCIA DE AFP QUE FUE QUIEN LIDERÓ CON SU MAL OTORGADA AUTONOMÍA EL ROBO A MI PENSIÓN OFERTA GARANTIZADA DE 11,80 UF QUE SE ENCUENTRA EN EL 1er. SCOMP Y EN EL CERTIFICADO DE CÁLCULO DE PENSIÓN QUE ME ENTREGÓ AFP CAPITAL SURA.
RECLAMO DESDE NOVIEMBRE DE 2009, QUE NO ME DEJARON PENSIONAR CON LA PENSIÓN CALCULADA EN 11,80 UF EN AFP CAPITAL DENTRO DEL PLAZO DE LOS 35 DÍAS QUE TENÍA DE VIGENCIA EL 1er. SCOMP., DONDE AFP ING CAPITAL SURA, A TRAVÉS DE SU CÍA DE SEGUROS ING hoy SURA, ME PAGABA DE POR VIDA UNA OFERTA GARANTIZADA DE PENSIÓN DE 11,80 UF, DERECHO QUE VENCÍA EL 25.01.2010 Y QUE NUNCA ME PERMITIERON ACEPTAR EN AFP, CAPITAL PESE A QUE IBA CASI TODOS LOS DÍAS PARA QUE ME DEJARAN ACCEDER AL LLENADO DEL FORMULARIO DE ACEPTACIÓN DE ESTE DERECHO Y ASÍ LOGRAR PENSIONARME ANTES DE LA FECHA INDICADA.
VENCIDO EL PLAZO EL 25.01.2010 Y SIN HABER LOGRADO PENSIONARME POR TODOS LOS ABUSOS E IRREGULARIDADES COMETIDOS EN MI CONTRA , LA AFP ME BAJÓ LA PENSIÓN DE INVALIDEZ TOTAL POR NO HABER HECHO VALER EN MI CASO, LA COBERTURA DEL SEGURO DE INVALIDEZ COMO A CUALQUIER PERSONA QUE SE INVALIDA Y QUE SE ENCUENTRE CUBIERTA AL MOMENTO DEL SINIESTRO, PARA BENEFICIARSE ELLOS, TODA ESTA MARAÑA LA URDIERON, AVIVÁNDOSE POR EL HECHO DE LA SUSCRITA, RECIBIR UNA EXIGUA REPARACIÓN COMO EXONERADA, PERO RECLAMO QUE, EL SEGURO DE INVALIDEZ QUE SIEMPRE ME COBRARON Y PAGUÉ EN AFP CAPITAL SURA, DEBE CUBRIR MI PENSIÓN DE INVALIDEZ TOTAL DE 11,80 UF Y NO LO QUE HIZO EL SISTEMA DE AFP, POR NO SER DE SU COMPETENCIA HACERLO Y CON EL CLARO FIN DE BENEFICIARSE ELLOS AL PAGARME UNA MENOR PENSIÓN, YA QUE ME LA BAJARON DE 11,80 UF A 7,19 UF CON UN SIMPLE OFICIO INTERNO 21187 DEL 30.11.2005, LO QUE ES UNA ESTAFA, YA QUE ME ENCONTRABA CUBIERTA POR EL SEGURO DE INVALIDEZ AL MOMENTO DEL SINIESTRO, POR LO QUE LEGALMENTE DEBE RESPONDER LA AFP CAPITAL SURA CON EL PAGO DE POR VIDA DE LA PENSIÓN CALCULADA EN 11,80 UF CON EL SEGURO DE INVALIDEZ QUE SIEMPRE ME COBRÓ Y PAGUÉ JUNTO CON MIS COTIZACIONES MENSUALES DE AFP CAPITAL SURA, LO CONTRARIO ES UNA ESTAFA MÁS DEL SISTEMA DE AFP, YA QUE EN MI CASO HUBO Y SIGUE EXISTIENDO EL DELITO DE APROVECHAMIENTO , DISCRIMINACIÓN, LA NEGACIÓN DE LA COBERTURA DEL SEGURO DE INVALIDEZ Y EL HABER HECHO LA DIFERENCIA EN EL MONTO DE MI PENSIÓN POR SER EXONERADA, YA QUE NO ME PAGARON LA PENSIÓN DE 11,80 UF TAL COMO LO HABÍAN EFECTUADO DESDE NOVIEMBRE DE 2009 HASTA FEBRERO DE 2010, SINO QUE ME NEGARON LLENAR EL FORMULARIO DE ACEPTACIÓN PARA PODER RECIBIR EL PAGO DE ESTA PENSIÓN DE 11,80 UF DE POR VIDA Y VENCIDO ESTE PLAZO DE 35 DÍAS QUE TENÍA EL 1er SCOMP, PARA ACEPTAR ESTA OFERTA GARANTIZADA DE PENSIÓN DE 11,80 UF, ME LA BAJARON A 7,19 UF, REITERO, POR SER EXONERADA, MI PREGUNTA ES : ¿CUÁL FUE MI REPARACIÓN COMO EXONERADA ENTONCES?
RECLAMO TAMBIÉN POR OTROS ABUSO U OTRAS DISCRIMINACIONES ANTOJADIZAS, YA QUE ME PAGARON MENOR PENSIÓN POR SER MUJER Y MÁS ENCIMA PARA PAGARME MENOS PENSIÓN TODAVÍA , LA CÍA. DE SEGUROS CHILENA CONSOLIDADA AL TRASPASAR LOS FONDOS DESDE LA AFP A LA CHILENA CONSOLIDADA ME CALCULÓ LA PENSIÓN HASTA LOS 108 AÑOS SIENDO QUE ES UNA PENSIÓN DE INVALIDEZ QUE ESTÁ DETERMINADA Y NORMADA CLARAMENTE EN EL D.L. 3500 EN SUS ARTÍCULOS 51 AL 62 DONDE DICE CLARAMENTE QUE, EL AFILIADO INVÁLIDO TIENE DERECHO A EXIGIR QUE LA CÍA DE SEGUROS QUE CUBRE MI INVALIDEZ (SURA SEGUROS), DEBE PAGARME LA OFERTA GARANTIZADA DE PENSIÓN DE POR VIDA CON EL MISMO VALOR PENSIÓN QUE SE ENCUENTRA EN EL CERTIFICADO DE CÁLCULO DE PENSIÓN QUE ME ENTREGÓ AFP CAPITAL SURA Y EN EL 1er. SCOMP, SIENDO EN MI CASO DE 11,80 UF., POR LO TANTO ESTA CÍA. DE SEGUROS, SE OBLIGABA AL PAGO DE LA OFERTA GARANTIZADA DE PENSIÓN DE 11,80 UF AÚN CUANDO LA CÍA., NO HUBIERE HECHO OFERTAS DE PENSIÓN EN EL 1er. SCOMP , ESTA LEYENDA LA TRAE IMPRESA EL MISMO SCOMP, POR LO TANTO ESTÁN CLAROS LOS SUCECIVOS ABUSOS COMETIDOS DE FORMA COLUDIDA EN CONTRA DE LOS DERECHOS ADQUIRIDOS POR LA SUSCRITA AL DICTAMINARSE MI INVALIDEZ, POR PARTE DE LA SUPERINTENDENCIA DE AFP JUNTO CON AFP CAPITAL SURA Y LA CÍA DE SEGUROS, POR NO EXISTIR QUIEN CONTROLE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS Y CONTABLES QUE EFECTÚAN A SU FAVOR, ¿POR SER AUTÓNOMA Y POR NO HABER QUIEN LA FISCALICE?, ESTO ES UNA BURLA MÁS DE ESTE SISTEMA INFAME, YA QUE HE RECLAMADO DE FORMA SISTEMÁTICA DESDE NOVIEMBRE DE 2009 EL ROBO A MI PENSIÓN DE INVALIDEZ A BENEFICIO DE LA CÍA. DE SEGUROS SURA, DE AFP CAPITAL SURA Y DE LA SUPERINTENDENCIA DE AFP, YA QUE TAMBIÉN ÉSA SUPERINTENDENCIA RECIBE GANANCIAS ILICITAS CON TODAS ESTAS TRAMPAS QUE COLUDIDAMENTE EFECTÚAN CON EL FIN DE PAGAR MENORES PENSIONES COMO OCURRIÓ EN MI CASO, TODO EN DESMEDRO DE UNO, PARA OBTENER MAYORES GANANCIAS Y DE FORMA ILÍCITA ELLOS, SIN QUE NINGUNA AUTORIDAD DE GOBIERNO ME HAGA JUSTICIA HASTA EL DÍA DE HOY, NO TOMANDO EN CUENTA QUE TAMBIÉN SOY CIUDADANA CHILENA, MOTIVO POR EL CUAL EXIJO UNA RESPUESTA JUSTA, PORQUE NO ES POSIBLE QUE RECLAME DESDE NOVIEMBRE DE 2009 EL ROBO A MI PENSIÓN Y QUE NO SEA ATENDIDA COMO ES DEBIDO , TODO DEBIDO A LA MAL OTORGADA AUTONOMÍA DE LA QUE GOZA ÉSA SUPERINTENDENCIA DE PENSIONES, SIENDO UNA SITUACIÓN GRAVE, YA QUE NINGÚN SERVICIO DEL ESTADO PUEDE HACER LO QUE SE LE ANTOJA SIN QUE OTRO ESTAMENTO DEL ESTADO CONTROLE SUS ACTOS Y ARBITRE ANTE ESTAS EVIDENTES INJUSTICIAS QUE REITERO, ESTANDO RECLAMANDO DESDE NOVIEMBRE DE 2009.
ATENTAMENTE .
RUTH VILLEGAS