A la Comunidad UC y a la Opinión Pública
El 7 de julio de 2016 ha sido un día impactante en nuestra Universidad. Juan Emilio Cheyre, Director del Centro de Estudios Internacionales UC, Profesor Asociado de la Facultad de Derecho y ex Comandante en Jefe del Ejército, ha sido detenido y sometido a proceso por su responsabilidad como cómplice en el asesinato de 15 personas en el Regimiento Arica de La Serena, crímenes ocurridos el 16 de octubre de 1973 y que forman parte del episodio nacional conocido como ‘la caravana de la muerte’.
Producto de esta detención, él ha presentado su renuncia a la Universidad. Deploramos profundamente que la Dirección de la Universidad, en lugar de condenar enérgicamente la participación del señor Cheyre en esas criminales acciones, esté lamentando su renuncia, argumentando que «frente a casos judiciales de esta naturaleza, la UC cuenta con una política institucional que consiste en otorgar permisos de trabajo, sin goce de sueldo, para que cualquier persona pueda defenderse y aclarar su situación judicial».
Lamentamos y repudiamos esta postura de la Dirección de la Universidad Católica, considerando además que ‘la caravana de la muerte’ toca directamente el corazón de nuestra Comunidad Universitaria: Debemos recordar que una de las víctimas de esa operación de terror y exterminio que recorrió Chile es Eugenio Ruiz-Tagle, Ingeniero Civil de nuestra Universidad.
El 12 de septiembre de 1973, obedeciendo un bando de la junta, él se presentó voluntariamente ante las autoridades militares de Antofagasta, ciudad donde vivía y trabajaba. Sus asesinos –integrantes de ‘la caravana de la muerte’– se ensañaron con él. Su madre, que pudo ver un momento el cadáver, lo describe así: «Le faltaba un ojo, tenía la nariz arrancada, una oreja que se le veía unida y separada abajo, unas huellas de quemaduras muy profundas, como de cautín, en el cuello y la cara, la boca muy hinchada, quemaduras de cigarrillos, por la postura de la cabeza tenía el cuello quebrado, muchos tajos y hematomas». Eugenio tenía 25 años cuando fue brutalmente masacrado.
Nuestro Colectivo, en conjunto con las organizaciones de estudiantes, académicos y trabajadores de la UC, hemos trabajado durante los últimos años buscando un reconocimiento de las autoridades a las víctimas de la represión de nuestra Comunidad Universitaria, así como una mantención de la memoria histórica, un acercamiento a las familias afectadas y un compromiso de la Universidad con la condena irrestricta a las violaciones de Derechos Humanos. Fueron 29 jóvenes de nuestra Comunidad Universitaria los que perdieron lo más precioso que tenían, su vida.
En estos años hemos podido realizar y participar en gestos y actos de reconocimiento a las víctimas y sus familias. Es por la memoria de estas 29 víctimas que hoy levantamos nuestra protesta. También lo hacemos pensando en sus familias, ya que ellas no solamente tienen el derecho a exigir a la sociedad saber qué pasó con sus seres queridos, sino que tienen el derecho a pedirnos que, como Comunidad Universitaria que los acogió en vida, expresemos públicamente el reconocimiento a su sufrimiento y la solidaridad por su dolor.
Hacemos un llamado a esa misma Comunidad Universitaria para requerir a la Dirección Superior de la Pontificia Universidad Católica de Chile que condene públicamente estos hechos.
COLECTIVO MEMORIA PUC
TODA LA VERDAD, TODA LA JUSTICIA
Santiago de Chile, 13 de julio 2016
Crónica Digital