Mar Ene 23 , 2018
Con 103 años y toda su vida ligada a la cultura, el hermano de la Violeta Parra, el creador de la antipoesía, el candidato eterno al Premio Nobel de literatura ha fallecido hoy en Santiago, pero ya hace muchos años que vivía en Las Cruces y se me viene a la memoria lo siguente: “Hay dos panes. Usted se consume dos; yo, ninguno. Promedio de consumo: un pan por persona”. Desde tiempos antiguos donde la poesía se enlazaba con la filosofía, la poesía nos ha ido enseñando el arte de ver la realidad con infinitas posibilidades. La poesía nos enseña el reverso de las cosas, el mirar por debajo de las superficies y llegar a la oscuridad del alma y a la grandeza de los espíritus. La poesía descubre las raíces del mal, del dolor, de la felicidad y el placer. La poesía es la liberación de las experiencias del hombre, pero también es la imaginación. El descontento social, de cada época se ha visto reflejado en ella y se ha visto de la mano con ese peso romántico con el que históricamente la hemos vinculado. La poesía es la protesta misma de tantas cosas por cambiar, de los árboles por plantar, de las aguas por descontaminar y las desigualdades de un Chile que mira y crece para adelante sin darse cuenta de sus costados marginados. Pero nos pasó, que este sentimiento estético que fluye por lo más preciado del ser humano que es la palabra, sufrió un cambio radical. Las palabras en algún momento se convirtieron en palabras sueltas, disparatadas, irreverentes y casi religiosamente correctas, es decir, en atipoemas. El responsable fue nada menos que Nicanor Parra, el que ha hecho de la poesía la mala conciencia de su época, más me atrevería a decir que es el único poeta capaz de retener a su audiencia por más de una hora, como si fuera una estrella de rock. Nicanor con su pelo blanco desordenado y un abrigo largo lo recuerdo dándole la bienvenida a la democracia en la Estación Mapocho a principio de los 90. Es el hermano de la Violeta y tal vez el poeta que se había mantenido vivo hasta hoy más importante de nuestro tiempo y de este lado del mundo, obtuvo entre otras distinciones, el Premio Nacional de Literatura, el Premio Juan Rulfo, el Premio Reina Sofía, el Premio Cervantes y el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda. Su poesía constituye su mundo mental, espiritual y cultural, no es un filósofo o un teólogo y por otra parte un poeta, no es un hombre de ciencia, sino que es lo que está dicho en sus propios poemas, es decir a veces con un fuerte grado de bipolaridad que lleva a su poesía al límite de lo absurdo, irónico y sarcástico, como cuando dice : “La izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas”, en definitiva su antipoesía es provocadora “¿Marxista?… No, ateo, gracias a Dios”, pera también un insulto para algunos “USA, donde la libertad es […]