El superclásico del fútbol nacional, Colo Colo vs Universidad de Chile volvió a convertirse en un espectáculo de mal gusto y poca calidad deportiva, lo que generó reacciones a nivel de Gobierno.
Pese a los insistentes llamados a los hinchas al mejor comportamiento y a respetar la esencia de la jornada, el pasado sábado en el Estadio Monumental, se dieron altercados y numerosas irregularidades.
Nada extraño cuando el pasado 24 de julio, en los predios de Universidad de Chile, desconocidos dispararon contra personas que se encontraban en la entrada del centro de entrenamiento, causando heridas a tres de ellas.
El departamento Estadio Seguro, del Ministerio del Interior, deploró la pirotecnia utilizada sin autorización y anunció que denunciará a la Intendencia de Santiago a la sociedad administrativa de Colo Colo, conocida como Blanco y Negro.
Hubo hasta una bengala que cayó junto a Johnny Herrera, portero del equipo visitante, uno de los tantos ingredientes extradeportivos que tuvo la fecha, en la cual el popular club derrotó a la U de Chile 1-0.
Además de fuegos de artificios, prohibidos pero que dominaron el ambiente, la caída de las cámaras de seguridad en uno de los sectores del estadio, bloqueo de escaleras y vías de evacuación en los graderíos, remarcaron el despropósito del evento.
A priori, todo indica que las barras de Colo Colo contaron con complicidad desde dentro (no se sabe si de la propia instalación deportiva o hasta del club), para matizar de forma agresiva los elementos de animación.
La animación, consistente en bombos, banderas, pancartas, música y carteles, fueron prohibidos por el resto de 2018 y con amenaza de aplicarlo a 2019 por parte de Estadio Seguro, en todos los niveles de competición de Colo Colo.
Adicionalmente, la entidad exigió restringir el acceso al estadio de 96 personas encargadas de esos elementos de animación, al tiempo que reducirá considerablemente el aforo de los dos sectores en que se produjeron los incidentes.
«El aforo se podrá aumentar sólo cuando Blanco y Negro lleve a cabo un proceso de enrolamiento, para que a dichos sectores sólo puedan ingresar personas previamente registradas y a través de un sistema biométrico», señala en un comunicado.
La Intendenta de Santiago, Karla Rubilar, consideró bochornoso lo ocurrido que no solo afectó al espectáculo, sino a los propios jugadores. Ya se había manifestado antes del partido bastante hostilidad con los visitantes.
El presidente de Blanco y Negro, Gabriel Ruíz-Tagle, admitió los problemas que tensionaron el cotejo y prometió dar una batalla dura para determinar quiénes fueron los responsables de lo acontecido.
Sin embargo, subrayó que el club cumplió con los protocolos de seguridad establecidos.
La Asociación Nacional de Fútbol Profesional hará su pronunciamiento después de la reunión de mañana del tribunal de disciplina.
Santiago de Chile, 28 de agosto 2018
Crónica Digital /PL