El mismo fue denominado TOI-561b y requiere menos de medio día para orbitar su estrella debido a la proximidad entre ambos.
Puntualiza la fuente que su temperatura superficial media estimada es de más de dos mil grados Kelvin, demasiado calurosa para albergar vida humana.
Aunque el objeto astronómico tiene aproximadamente tres veces la masa de la Tierra, el equipo científico calculó que su densidad es la misma que la de nuestro planeta.
TOI-561b es uno de los planetas rocosos más antiguos descubiertos hasta ahora y su existencia muestra que el universo formó cuerpos de este tipo desde su creación hace 14 mil millones de años.
El mismo pertenece a una rara población de estrellas llamada el disco grueso galáctico.
Las estrellas de esta región son químicamente distintas, con menos elementos pesados como el hierro o el magnesio.
Londres, 13 de enero 2021
Crónica Digital/PL
