Diez personas fueron vacunadas en Chile por error con la segunda dosis de la vacuna Sinovac contra la Covid-19, cuando les correspondía la de Pfizer, se informó hoy en esta capital.
En un comunicado publicado en Twitter, la alcaldía capitalina de San Bernardo indicó que ello ocurrió por un «error programático» en uno de sus centros de vacunación, e «inmediatamente el Servicio de Salud refirió seguir las indicaciones y notificarlo».
Tras lo sucedido, las 10 personas se mantuvieron en observación sin presentar complicaciones y posteriormente se les dio de alta el el punto de vacunación.
No obstante esta complicación por tratarse de dos vacunas cuyos mecanismos contra el virus SARS-CoV-2 son muy diferentes, los médicos aseguran que no habrá consecuencias y que a los afectados se les asignará una hora especial para proporcionarles una tercera dosis en 21 días, con el medicamento que les correspondía inicialmente.
Chile lleva a cabo un amplio programa de vacunación en el cual ya recibieron al menos la primera dosis unos cinco millones de personas, principalmente adultos mayores, personal de salud y de grupos de riesgo, lo cual implicó un enorme despliegue organizativo no exento de inconvenientes.
Santiago de Chile, 17 de marzo 2021
Crónica Digital/PL
Mié Mar 17 , 2021
Escribo esperanzado, pero alerta, ante esta gigantesca oportunidad de Chile: hacer una Constitución con 100% de los convencionales electos y 50% de cada género. Alerta porque la tensión del conflicto será la atmósfera de la Constituyente, ya que la lucha es condición permanente de la humanidad para su progreso social. Pero la gracia histórica, al hacer una Constitución, ha sido la de los pueblos que supieron resolver la tensión en el diálogo y no en la fractura. Consciente de mis resabiados sectarismos, cuido que no repitamos la ceguera doctrinaria, ni el voluntarismo de cuando milité 22 apasionantes años en ese PC que fue el más leal a Allende e inclaudicable contra la Dictadura. Aunque no volvería a ser comunista, reviso sin anticomunismo mi experiencia, con orgullo y autocrítica, por esos años referidos en mi reciente libro : “Mi Encandilamiento…”. No quiero que la actual pasión por cambiarlo todo pudiera descarrilar el proceso de cambio por culpa del impositivismo político casi religioso, de diferentes grupos e independientes que no entienden que una Constitución democrática exige dialogar con los que no piensan como uno mismo. Temo al discurso de certezas, el que ilusiona con soberbia sobre un nuevo orden, con convicciones enceguecidas y doctrinarismo impositivo. Esto lleva al atrincheramiento de suma cero que, con una derecha encastillada, transformaría este proceso constituyente en un fracaso. La movilización del pueblo conquistó esta oportunidad y hay que escribirla en clima de serenidad, sin enamorarnos hasta la ceguera de nuestras propias ideas, como me equivoqué yo mismo tantas veces. Hoy es peor que hace 50 años porque los partidos conducen poco. Y se tiende a luchar por el fin a los abusos y los justos derechos confinándose en sectas cerradas. La Nueva Constitución debe ser un marco común, que mandata profundos derechos que se concretarán por medio de la ley y los gobiernos que el pueblo elija. Pero una Nueva Constitución no es la Revolución. Esperanzado de no repetir nuestras historias fallidas, me reconfortan los conclusiones antimaximalistas que en estos días escucho en los debates que hacemos ampliando el lanzamiento de mi libro “Mi encandilamiento Comunista”.(Amazon) Hoy, todo es tan distinto y tan parecido. Me resuena mi ilusión de hace 50 años cuando creía que con el socialismo había visto la luz, el fin de la injusticia social, de los abusos y de la explotación de unos sobre otros. Y la luz me cegó. Me encandilé, como muchos jóvenes que, solidarios, sin sufrir problemas económicos, concluímos que con nuestra caridad católica, de buen colegio pagado, ayudábamos a los pobres pero no pondríamos fin a la pobreza como lo haría la revolución. Nos sumamos a ella con pasión. Queríamos incendiar la estructura de la sociedad pero no el centro de Santiago. No escribo con anticomunismos de conversos, sino con buen recuerdo autocrítico mi experiencia en el PC. Enfrentamos orgullosos a la dictadura a pesar de la cárcel y la tortura. Pero así como con Allende, intentamos imponer nuestras ideas para […]