La tasa de ocupación informal durante el trimestre octubre-diciembre de 2022 se ubicó en 27,4%, al disminuir 0,9 puntos porcentuales en comparación con igual período de 2021. Esto, de acuerdo con la información registrada en el último Boletín de Informalidad Laboral que generó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
En tanto, las personas ocupadas informales llegaron a 2.453.565 millones en ese mismo período, lo que representó una leve reducción (-0,02%) en doce meses, es decir, hubo 556 personas menos en esa situación respecto a octubre-diciembre de 2021.
En ese descenso influyeron solo los hombres (-1,0%), dado que las mujeres informales crecieron 1,2%. Según grupos de edad, incidieron principalmente las reducciones en los tramos 35-44 años (-3,3%) y 15-24 años (-6,9%).
Según sector económico, la variación negativa de las personas ocupadas informales fue motivada en especial por quienes trabajan en la construcción (-10,2%) y el comercio (-4,6%). Por grupo ocupacional, la baja fue impulsada principalmente por artesanos y operarios de oficios (-8,4%) y trabajadores de los servicios y comercios (-4,4%). En tanto, las categorías ocupacionales que más influyeron fueron las personas trabajadoras por cuenta propia (-5,8%), familiares no remunerados del hogar (-13,9%) y asalariadas públicas (-3,5%).
La gran mayoría de las personas ocupadas informales (el 84,3% del total) fueron trabajadoras por cuenta propia (categoría que tiene la tasa más alta de ocupación informal (68,4%)), con 1.239.392 millones de personas, y asalariadas del sector privado, con 829.866 personas.
¿Cuándo una persona es ocupada informal?
Las personas ocupadas informales son quienes trabajan de forma dependiente pero sin acceso a seguridad social (salud y AFP) por su vínculo laboral. También lo son aquellas que trabajan de manera independiente en una empresa, negocio o actividad que pertenece al sector informal. Los familiares no remunerados del hogar también se consideran personas ocupadas informales.
Ver Boletín Informalidad Laboral octubre-diciembre 2022
Santiago de Chile, 2 de febrero 2023
Crónica Digital
Jue Feb 2 , 2023
Por Carmen Esquivel Sarría La pandemia de Covid-19 condujo a la región a la peor crisis en más de 100 años, aseguró hoy el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), José Manuel Salazar-Xirinachs. El economista costarricense, quien asumió el cargo en octubre pasado, ofreció una amplia entrevista a Prensa Latina sobre el panorama y las perspectivas regionales y la marcha de los países en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Explicó el representante del organismo de la ONU que en 2020 el Producto Interno Bruto (PIB) en el área se contrajo -6,8 por ciento. Esa cifra es peor que las registradas en 1914, 1930 y 2009, cuando la reducción fue de -4,9; -5 y -1,9 puntos porcentuales, respectivamente. El impacto económico y social de la pandemia ha sido muy grave y, lamentablemente, después de tres años aún está presente una crisis social prolongada, afirmó Salazar-Xirinachs. En 2022 la tasa de pobreza alcanzó a 32,1 por ciento de la población latinoamericana y la pobreza extrema a 13,1, lo cual implica que 27 millones de personas más están en ambas condiciones con respecto a 2019. Para la entidad, el efecto de la Covid-19 ha sido más fuerte en América Latina y el Caribe que en otras regiones del mundo. «La pandemia cambió trayectorias, amplió vulnerabilidades y nos puso en dificultades para alcanzar los ODS», aseguró el máximo dirigente de la Cepal. En el 2015, la Asamblea General de la ONU fijó 17 objetivos para lograr un futuro mejor hacia 2030, que incluyen el fin de la pobreza, el hambre cero, salud y bienestar, educación de calidad, igualdad de género, agua y saneamiento, energía asequible e industria e innovación, entre otros. Varias metas presentan retrocesos o estancamientos en relación con la tendencia que se esperaría de ellas, entre estas la lucha contra la pobreza, el hambre y la desigualdad. Otras, en cambio, se encuentran en el camino y el ritmo correctos, lo cual les augura un escenario promisorio para 2030, dijo Salazar-Xirinachs, y citó como ejemplos la salud, la energía asequible y no contaminante, vida submarina y ecosistemas terrestres. La situación creada por la pandemia, unida a la crisis en cascada provocada por el cambio climático, la desaceleración económica, la inflación y la guerra en Europa, llevaron a la Cepal a revisar a la baja los pronósticos de crecimiento. Para el presente año, la proyección es de un alza del PIB de 1,3 por ciento, contra el 3,7 conseguido en 2022. Con el fin de dar respuesta a los retos regionales, el organismo propone conciliar las políticas económicas y sociales con aquellas que impulsen la reactivación, enfrenten la inflación y el costo de la vida y apoyen a los hogares más vulnerables. Además, en el mediano y largo plazo, América Latina y el Caribe deben enfrentar el reto de revertir el bajo crecimiento de la productividad y de la inversión en las últimas tres décadas. Santiago de Chile, 2 febrero […]
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