La expresidenta Michelle Bachelet, continúa con amplio margen al frente de las preferencias electorales para los comicios del venidero año, evidenció hoy una encuesta.
Según el estudio, realizado por el Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC), Bachelet tiene a su favor el 43 por ciento de la intención de votos, bien distante de su más cercado potencial contendiente, el ministro de Obras Públicas Laurence Golberne, con solo el 13 por ciento.
Más atrás se ubicó el exlegislador socialista Marco Enriquez Ominami (siete por ciento), mientras que el independiente Francisco Parisi y el ministro de Defensa Andres Amalland recibieron un seis por ciento, respectivamente.
Ante la pregunta de quiénes son los cinco políticos con más futuro en el país, el 52 por ciento de los entrevistados señaló a Bachelet, seguida por los titulares de Obras Públicas y Defensa con un 45 por ciento. Luego se ubicaron Enrique Ominami y Parisi.
A inicios de septiembre, un sondeo de la Universidad Diego Portales también dio como favorita a la exmandataria con el 47,5 por ciento de las preferencias.
Bachelet gobernó Chile de 2006 al 2010, y aunque los miembros de su partido dan por hecho que se medirá en las elecciones de diciembre de 2013, aún la ex mandataria no lo confirmó.
La encuesta arrojó además que el 54 por ciento de los consultados rechaza la gestión del actual presidente, Sebastián Piñera, mientras que un 32 por ciento la respalda.
«Se mantiene el apoyo minoritario que tiene esta administración», comentó Carlos Huneeus, director ejecutivo del CERC
Santiago de Chile, jueves 11 de octubre 2012
Crónica Digital
Jue Oct 11 , 2012
Estamos viviendo la efervescencia electoral. Miles de personas se desplazan por el país abriendo un diálogo con los ciudadanos, en busca de adhesión a la figura del candidato tal o cual. Hay un despliegue de sonrisas, de slogan que quieren seducir, y un notorio abandono de los colores, insignias, discursos, que antes identificaban. De alguna manera el panorama aparece, multicolor, alegre, claro, pero también Light, descafeinado. Y esto parece natural puesto que las elecciones se ganan con votos, con la decisión de participar en este necesario y trascendente ritual democrático. Pero esto no basta, No es suficiente. El desafío que tenemos es de mayor envergadura, que lo meramente electoral, aunque no podemos desconocer su trascendencia. Pero la tarea de la coyuntura inmediata, no debe nublar la perspectiva, ni mucho menos obstaculizarla. Es un camino, que claro, hay que recorrer, un instrumento del presente, una tarea a cumplir para seguir avanzando. Pero teniendo en cuenta siempre la perspectiva del futuro. Por eso necesitamos ideas, propuestas, en definitiva, estructurar un programa. Lo trascendental es el contenido. Y esa es la tarea que hoy se pone en la agenda de las fuerzas políticas y sociales que buscan un Chile mejor, más democrático, más participativo, mas acogedor, con un norte claro y pleno de perspectivas. Se ve en los grupos de adherentes, de activistas, una legítima alegría y entusiasmo. De nuevo se está poniendo el corazón en la campaña. Y eso le hace bien a la polítíca, como al espíritu. Por otro lado, en los escenarios, en las calles, en las organizaciones sociales, en las caravanas, junto al despliegue de banderas, de los colores diversos que componen las fuerzas políticas democráticas, dentro de ese rostro de la diversidad, surge algo que es esencial: los signos de construcción de la unidad, hay una perspectiva de esperanza y de futuro. Pero la elección municipal del 28 de octubre, con su carácter de demostración de fuerzas, de anticipo de test ciudadano sobre el Gobierno y la oposición, y la política en general, no es una meta final. Incluso la elección presidencial de 2013 no es el fin último en si mismo, aunque tenga la importancia de constituirse en un paso indispensable para la construcción de un Chile, más justo, más democrático, más libre. Nos toca una tarea mayor: idear y construir un Chile nuevo. Por ello hablamos de una estrategia, de un programa, como la prioridad. Ello significa no solo el estudio, sino la voluntad de coincidencias de la participación ciudadana real, de estrategias conjuntas. Y esto no es materia de elegidos, de iluminados de uno u otra cenáculo o tendencia o partido. La campaña electoral debe servir para recibir ideas, propuestas inquietudes, demandas, de los ciudadanos. Hay que estar alertas y atentos para recepcionar la voz del pueblo. Para estas tareas nuevas necesitamos, nuevas ideas, y nuevas plataformas políticas, y nuevos protagonistas, como los movimientos sociales, tales como la Mesa Social por un Nuevo Chile -pero están brotando otras instancias en regiones, en las poblaciones, en […]