Estamos viviendo la efervescencia electoral.
Miles de personas se desplazan por el país abriendo un diálogo con los ciudadanos, en busca de adhesión a la figura del candidato tal o cual.
Hay un despliegue de sonrisas, de slogan que quieren seducir, y un notorio abandono de los colores, insignias, discursos, que antes identificaban.
De alguna manera el panorama aparece, multicolor, alegre, claro, pero también Light, descafeinado.
Y esto parece natural puesto que las elecciones se ganan con votos, con la decisión de participar en este necesario y trascendente ritual democrático.
Pero esto no basta, No es suficiente. El desafío que tenemos es de mayor envergadura, que lo meramente electoral, aunque no podemos desconocer su trascendencia.
Pero la tarea de la coyuntura inmediata, no debe nublar la perspectiva, ni mucho menos obstaculizarla.
Es un camino, que claro, hay que recorrer, un instrumento del presente, una tarea a cumplir para seguir avanzando. Pero teniendo en cuenta siempre la perspectiva del futuro.
Por eso necesitamos ideas, propuestas, en definitiva, estructurar un programa. Lo trascendental es el contenido. Y esa es la tarea que hoy se pone en la agenda de las fuerzas políticas y sociales que buscan un Chile mejor, más democrático, más participativo, mas acogedor, con un norte claro y pleno de perspectivas.
Se ve en los grupos de adherentes, de activistas, una legítima alegría y entusiasmo. De nuevo se está poniendo el corazón en la campaña. Y eso le hace bien a la polítíca, como al espíritu.
Por otro lado, en los escenarios, en las calles, en las organizaciones sociales, en las caravanas, junto al despliegue de banderas, de los colores diversos que componen las fuerzas políticas democráticas, dentro de ese rostro de la diversidad, surge algo que es esencial: los signos de construcción de la unidad, hay una perspectiva de esperanza y de futuro.
Pero la elección municipal del 28 de octubre, con su carácter de demostración de fuerzas, de anticipo de test ciudadano sobre el Gobierno y la oposición, y la política en general, no es una meta final.
Incluso la elección presidencial de 2013 no es el fin último en si mismo, aunque tenga la importancia de constituirse en un paso indispensable para la construcción de un Chile, más justo, más democrático, más libre.
Nos toca una tarea mayor: idear y construir un Chile nuevo.
Por ello hablamos de una estrategia, de un programa, como la prioridad.
Ello significa no solo el estudio, sino la voluntad de coincidencias de la participación ciudadana real, de estrategias conjuntas.
Y esto no es materia de elegidos, de iluminados de uno u otra cenáculo o tendencia o partido.
La campaña electoral debe servir para recibir ideas, propuestas inquietudes, demandas, de los ciudadanos. Hay que estar alertas y atentos para recepcionar la voz del pueblo.
Para estas tareas nuevas necesitamos, nuevas ideas, y nuevas plataformas políticas, y nuevos protagonistas, como los movimientos sociales, tales como la Mesa Social por un Nuevo Chile -pero están brotando otras instancias en regiones, en las poblaciones, en las comunidades diversas- que nos convocan y nos desafían, política y orgánicamente.
Y hay algo que necesitamos como el aire: la practica de la unidad, del respeto a la diversidad, y la certidumbre que tenemos un gran objetivo, que es el derrotar a la derecha, y que en esta dimensión practica de esta política concreta, nadie sobra, todos pueden aportar y deben ser acogidos y participar, desde su visión, su sensibilidad, su determinación, en la tarea común.
Sumar es la consigna que nos puede llevar al triunfo político, en las diversas batallas que nos esperan.
Esta es una responsabilidad que podemos asumir en los diversos lugares en que nos toca actuar.
Necesitamos de la práctica de la construcción permanente de la Unidad , con mayúscula, en el ámbito político y en el escenario social, que significa dejar de lado desconfianzas, suspicacias, así como prejuicios, terminar con la maldita costumbre de buscar el “enemigo interno”, de caricaturizar, y creer algunos, que son poseedores de la verdad revelada o encargados naturales y absolutos de la vanguardia o del mando.
Desde luego hay puntos de partida, tanto de la experiencia histórica, como de las necesidades apremiantes del presente. Y un camino recorrido, una experiencia acumulada, lecciones aprendidas, que no hay que desechar.
Y sobre todo, hay un sentido de urgencia en la agenda.Por Marcel Gárces. El autor es periodista Miembro del Consejo Editorial de Crónica Digital. * Ex presidente del Regional Metropolitano del Colegio de Periodistas de Chile.
*Nota de la redacción de CD.
Santiago de Chile, 11 de octubre 2012
Crónica Digital
La responsabilidad politica de cada chileno debe ser,el actuar y discernir en conciencia,que es lo que realmente queremos.
Hay que estar atento,bien abierto los ojos y oìdos,para escuchar y saber lo que nos estan diciendo y ofreciendo.
En conciencia debemos reconocer que todo es nuestro,las riquezas son nuestras,pero mal administradas y mal distribuidas.
El chileno debe tener una mente depejada y estar conciente,que èl como chileno,siendo dueño de todo, no tiene nada. Entonces que me puede ofrecer un politico que quiere ocupar un cargo pùblico, si todo lo que me esta ofreciendo me pertenece.
Ubicate como elector en el lugar que te corresponde,lucha por lo que es tuyo,vota por aquel que esta de acuerdo por luchar y recuperar lo que es tuyo.
Hay que derrotar a la derecha,hay que derrotar a la burquesìa,a esa oligarquia criolla,que solo sabe vender y entregar nuestras riquezas en manos de un imperialismo salvaje y asesino, que nos tiene al borde de una tercera guerra mundial.
Mira e informate como tiene el gobierno de derecha a España. Asì quieres tù que la derecha chilena, tambièn nos tenga como España,con una criminal represiòn policial,bajo una crisis econòmica,que va para largo, con la perdida de todas las conquistas sociales del pueblo español.
Si la derecha se queda en el poder en Chile, ese es el mismo camino que nos espera a los chilenos.
Antes de comprometer tu voto,pregunta primero si el candidato està de acuerdo con que se haga realidad una Asamblea Constityente,si vacila en contestar y trata de irse por la tangente,desèchalo y no votes por el.
Unete a una izquierda que interprete tu sentir, de querer un Chile nuevo,con gente y sangre nueva.Ya estamos cansados de los mismos inùtiles de siempre,politicos corruptos. Hace valer y defiende tu voto con dignidad.