La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzó la semana paasada un plan de respuesta y acción anticipatoria para proporcionar asistencia a las comunidades vulnerables en América Latina frente al potencial impacto del fenómeno de El Niño que movilizará 36,9 millones de dólares.
La especialista en Gestión del Riesgo de Desastres de la FAO para América Latina y el Caribe, Marion Khamis, señaló a Xinhua que El Niño ya ha tenido impactos en la pesca, de la que depende la seguridad alimentaria de comunidades costeras y de las personas que habitan en zonas urbanas, puesto que provee alimentos a las ciudades.
«Esto, debido a que su primera manifestación ha sido el aumento de la temperatura del mar en países como Chile, Perú y Ecuador. Las especies marinas, incluyendo peces, algas y corales son muy sensibles a estos cambios en el ecosistema. Los corales mueren, las especies migran, reducen sus tasas de reproducción, las plagas de algas proliferan y disminuye el fitoplancton, el principal alimento», explicó.
Además, subrayó, los cultivos y la ganadería también se ven amenazados. Advirtió que también se espera que en los próximos meses haya precipitaciones por debajo de lo normal en países de Centroamérica e inundaciones en algunas partes de la costa de Perú y en Ecuador.
«Todo esto pondrá en jaque la producción de alimentos y podríamos observar un aumento en el número de personas enfrentando una situación de inseguridad alimentaria o hambre debido a estas condiciones», indicó.
La experta remarcó que la región sigue atravesando un proceso de recuperación de una crisis socioeconómica profunda, por lo que muchos países enfrentarán los impactos de El Niño en condiciones de gran fragilidad y de un deterioro de su seguridad alimentaria y con menos recursos fiscales.
«Por esta misma razón es tan importante actuar antes», afirmó.
El objetivo del plan de la FAO es brindar apoyo a 1.160.000 personas en Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú y en Venezuela.
La ayuda se materializará en un paquete de asistencia para que productores y productoras amenazadas puedan actuar antes de los impactos de El Niño a través de la entrega de variedades de semillas resilientes, sistemas de acopio y almacenamiento de agua, riesgo eficiente, vacunas y alimentación reforzada para los animales.
Además de obras de infraestructura y otras medidas, se protegerá la producción agrícola, ganadera y pesquera, los medios de vida y la seguridad alimentaria de la población.
«Es realmente crítico actuar ya para reducir potenciales necesidades humanitarias. Proteger la agricultura, la pesca, el sector ganadero, entre otros, tendrá un impacto directo en la seguridad alimentaria y ayudará a prevenir el aumento de las crisis alimentarias en la región», agregó Khamis.
A su vez, el subdirector general y representante regional de FAO para América Latina y el Caribe, Mario Lubetkin, afirmó esta semana desde la oficina de Santiago de Chile de la FAO que la situación en América Latina y el Caribe requiere una respuesta conjunta y apremiante.
«Instamos a los gobiernos, organizaciones no gubernamentales y sector privado a unirse para proteger la seguridad alimentaria y los medios de vida de las familias rurales más vulnerables ante el crítico escenario que nos presenta el Niño», indicó.
Para Lubetkin, estos esfuerzos no solo disminuirán el potencial impacto de este fenómeno, sino que permitirán construir resiliencia para enfrentar el cambio climático y la variabilidad climática que hoy también azota a la región.
Según el Reporte Global de Crisis Alimentarias, durante 2022, alrededor de 17,8 millones de personas en la región experimentaron niveles de inseguridad alimentaria aguda en niveles de «crisis» o «emergencia».
Para la FAO, este tipo de inseguridad alimentaria aguda (no crónica) ha aumentado en la región y está vinculado a un deterioro de medios de vida y a un espiral de vulnerabilidad capaz de sumergir a las personas en la pobreza.
Santiago de Chile, 28 de agosto 2023
Crónica Digital/Xinhua
