Mar Ene 9 , 2024
Los resultados de la reciente Prueba de Acceso a la Educación Universitaria (PAES) abrieron un intenso debate sobre el estado crítico de la educación en el país, particularmente por las brechas que persisten e incluso se han ensanchado, como se observa en el hecho de que solo dos establecimientos municipales están entre los 100 colegios con mejores puntajes, en un ranking que resultó liderado por colegios particulares pagados. Desde el campo de la oposición, se ha pretendido afirmar que todo aquello es el resultado combinado de las reformas a la educación introducidas durante el segundo Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, que recogió las demandas de los movimientos estudiantiles, con los actuales déficits en materia de gestión de la Administración del Presidente Gabriel Boric. Se pretende ocultar que los problemas de la educación tienen orígenes profundos, que se remontan a la profunda redefinición que la dictadura introdujo en la materia. La radical refundación del sistema educacional impuesta por la dictadura tuvo uno de sus hitos principales en las Directivas Presidenciales para la Educación, que Augusto Pinochet dio a conocer el 5 de marzo de 1979, con los cuales el general dio la partida a “un poderoso impulso renovador de la enseñanza nacional”, según sus palabras reproducidas por el diario “El Mercurio”. Fue entonces que “se emprende la tarea de adecuar estrechamente la estructura, contenido y funcionamiento de la educación a las necesidades y las exigencias del modelo global de desarrollo (…) Se emprende un conjunto de transformaciones de fondo, engarzadas entre sí y presididas por una lógica neoliberal, claramente privatizadora y sustentada en el mercado como regulador de la actividad social”, como señala una investigación del profesor Iván Núñez Prieto, Premio Nacional de Educación, sobre la “evolución de la política educacional del régimen militar”. Ya por esos días se previó y advirtió que la nueva concepción y modelo de la educación chilena traería aparejado un conjunto de problemas en materia de equidad y brechas. Las fuerzas políticas y económicas que sostenían a la tiranía no escucharon. Así queda de manifiesto en la revista “Hoy” N° 95 del 21 de marzo de 1979 cuyo tema de portada era, precisamente, “la nueva educación” que el régimen había anunciado. Como se sabe, el semanario era uno de los escasos medios informativos de la disidencia. En un amplio reportaje de tres páginas y en su sección de Opinión se recogían opiniones sobre el proyecto del régimen, orientada a propósitos –consignaba– como “una universidad despolitizada”, “estimular la enseñanza privada” y formar “buenos trabajadores” y “buenos patriotas”. Edgardo Boeninger había sido Rector de la Universidad de Chile hasta el golpe de Estado y tenaz opositor al Gobierno de Salvador Allende. Sobre las Directivas Presidenciales dijo en 1979: “El proyecto es socialmente regresivo: habrá una educación barata y mala para los pobres y otra cara y de alta calidad para los ricos”. Como se sabe, Boeninger fue Ministro Secretario General de la Presidencia en el Gobierno de Patricio Aylwin. Miguel Salazar había presidido la fracción opositora de […]