Venerado en todas las latitudes, autor de los poemas de amor tal vez más entrañables en el mundo hispano, a Pablo Neruda le cuesta descansar en paz ante cierto empecinamiento en Chile de soslayar la causa de su muerte.
Cuando el tema está en manos de prestigiosos laboratorios científicos de diferentes países, con especial protagonismo en Canadá y Dinamarca, reflotan las corrientes negacionistas de un hecho ahora incontestable: no falleció de cáncer en la próstata.
El Panel Genómico-Proteómico integrado por 16 científicos de seis países, en deliberaciones durante cinco días en esta capital en octubre de 2017, dejó en claro que el vate no perdió la vida como consecuencia de cáncer.
Un nuevo y morbosamente fascinante capítulo en la trayectoria del autor de Canto General, que surgió cuando por fin se escucharon las persistentes denuncias de su chofer y ayudante personal Manuel Araya.
Tal descubrimiento inclina la balanza hacia la mano negra de agentes de la dictadura de Augusto Pinochet, una aseveración largamente repetida por Araya, que ha sido sustentada por la mayor parte de la familia Neruda y de abogados querellantes en el caso.
El destacado sitio www.nerudavive.cl Antología Popular 1972-ONG Chile, salió al paso de un artículo publicado por el diario El Mercurio, en el cual Bernardo Reyes, sobrino nieto de Neruda, se atreve a descartar la tesis del crimen del Premio Nobel de Literatura.
Según la organización no guberrnamental, «el Mercurio y Bernardo Reyes, ambos pinochetistas y mentirosos, encontraron trabajo, realizan lo que deben hacer asumiendo su rol y cumpliendo los acuerdos de Santa Fe (plataforma de la CIA de Estados Unidos hacia Latinoamérica)».
En paralelo, el abogado Rodolfo Reyes Muñoz, escribió al Mercurio y ofreció sólidos argumentos como parte querellante en el caso y sobrino directo del también creador de Canto General y Confieso que he vivido.
Reyes Muñoz, en la actualización del expediente relacionado con Neruda, recordó que al finalizar el Panel de Expertos, el perito español Aurelio Luna Maldonado, junto a otros 13 especialistas, concluyeron:
«Que fue acreditado ante el tribunal que el Certificado Médico de Defunción del poeta, emitido el 24 de septiembre de 1973 es ideológicamente falso. Pablo Neruda no murió a causa del cáncer».
Asimismo, señaló que está acreditado, mediante pericias, que Neruda no tenía caquexia cancerosa, como señaló el Certificado Médico de Defunción. Por el contrario, se estableció en forma fehaciente e irrefutable que tenía exceso de peso al momento de fallecer.
De otro lado, el doctor Reyes Muñoz detalló que si bien Neruda murió en la clínica Santa María a las 22.30 hora local del día 23 de septiembre de 1973, su certificado Médico de Defunción fue firmado al día siguiente.
Tal hecho ocurrió en la casa de un urólogo externo a la clínica, quien no observó al paciente en las 48 horas previas a su muerte, desconociendo, por ende, la causa real del deceso del poeta, añadió.
Fue en un contexto de gran agitación y represión militar, tan sólo 12 días después del sangriento golpe de Estado de Augusto Pinochet.
Por último, Reyes Muñoz recalcó que Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, el verdadero nombre de Neruda, fue un adversario político para el régimen militar, miembro activo del Comité Central del Partido Comunista.
Fue senador de la República y posteriormente pre candidato a la Presidencia, renunciando a ésta en favor de su amigo socialista Salvador Allende, quien fue electo en 1970.
Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 25 de abril 2018
Crónica Digital /PL