Una pesquisa que involucró a 655 menores reveló que el daño autoprovocado es un problema más frecuente de lo imaginado y que los niños lo hacen para lidiar con el estrés, indica el estudio realizado por científicos de la Universidad de Denver.
De los niños entrevistados con permiso de los padres casi el ocho por ciento manifestó que ellos se habían provocado daños, cortándose, pinchándose, quemándose o golpeándose.
En la gran mayoría de los casos, las lesiones fueron leves.
Llamó la atención de los expertos que casi dos terceras partes de los menores consultados se habían herido más de una vez.
Los pequeños que se autoflagelan comienzan con esta práctica antes de los 10 años, algunos incluso desde los siete años.
De acuerdo con los responsables del estudio, resulta importante que los padres sepan sobre la automutilación, para que los niños afectados sean evaluados por un pediatra o especialista en salud mental.
Los pequeños que se autoflagelan se encuentran en mayor riesgo de intentar suicidios, si bien los daños que se provocaron algunos de los participantes en este estudio no fueron graves, indicó Wendy Lader, presidenta de un centro de tratamiento para el cáncer en San Luis.
Niños que padecen autismo o desórdenes psiquiátricos que pudieran lastimarse por si mismos no fueron incluidos en la investigación.
Washington, 11 junio 2012
Prensa Latina