Fue una encendida noche de verano en Talca. El Estadio Fiscal se tiñó de rojo y negro por completo. Rangers y Flamengo se vieron las caras en un entretenido partido amistoso que cautivó a los asistentes al recinto deportivo y acaparó la atención de medios capitalinos.
El modesto sistema de iluminación del Fiscal alcanzó para iluminar lo que parecía un sueño o una quimera. En febrero de 1964, Rangers recibió la visita en Talca del equipo brasileño Flamengo, que acaba de titularse campeón en su tierra, y ya a esa altura, sumaba fama para convertirse en uno de los clubes más importantes a nivel mundial.
La presencia del cuadro carioca en la ciudad del Piduco se convirtió en una verdadera fiesta. Un Estadio Fiscal con 12 mil espectadores que dejaron en boletería casi 20 mil escudos y que pudieron disfrutar de un partido de clase internacional.
El marcador final fue favorable a Flamengo por 3 goles a 2, con anotaciones de Nelsinho y Paulinho en dos ocasiones para la visita; y de Cantattore de lanzamiento penal y Fumaroni, para el cuadro local. El resultado es más bien parte del anecdotario. La real trascendencia estuvo en el desarrollo de un encuentro de esta envergadura y donde el plantel rojinegro de Talca, reforzado con Fumaroni y Rojas, ambos de Universidad de Chile, fue capaz de equiparar fuerzas con los rojinegros de Brasil, en un lance que quedó para siempre en la historia del cuadro piducano.
“Recuerdo haber jugado contra un equipo de nivel excepcional. Me tocó jugar el primer tiempo de puntero izquierdo y en el segundo tiempo estuve sentado en el banco de reservas y daba gusto ver jugar a los de Flamengo. Yo no había visto un futbol tan bueno como el que jugaba Flamengo. Jugadores de calidad. Daba gusto verlos jugar y daba la impresión que en cualquier momento nos podían marcar”, recuerda Samuel Carrasco, otrora delantero de Rangers.
La conversación con el habilidoso Carrasco se desarrolla en la tranquilidad de su hogar. Allí revisa una revista Gol y Gol de la época, facilitada por el fotógrafo y ranguerino hasta la médula, Patricio Arias. Esta publicación, al igual que la revista Estadio, ofrece una especial cobertura al partido disputado por los rojinegros de Rangers y los rojinegros de Flamengo. Conocida es la similitud de su uniforme, por lo que para dicha ocasión el cuadro brasileño vistió su tenida de alternativa (camiseta blanca con franjas roja y negra).
Para Guillermo Medina, ex delantero y volante rojinegro de aquellos años, fue una experiencia única. “Para nosotros fue una sorpresa porque era imposible que un equipo de ese nivel estuviera jugando un partido internacional, aunque fuera amistoso, en Talca, con el estadio repleto. Por parte de Rangers se hizo una performance extraordinaria. Todo el mundo creía que íbamos a ser presa fácil del visitante. Fue una experiencia inolvidable. Jugué 10 a 15 minutos, una historia para el recuerdo”.
La plática con Medina sucede en un local del centro de la ciudad. “Nunca se había hecho anteriormente en Talca y tuvimos la suerte de defender a Rangers en esa primera vez en la historia que viniera un equipo con esos pergaminos”, remata, mientras sobre la mesa se enfría el café cortado que le han traído.
Esa noche, Rangers formó con Rodenack, Parada, Martínez, Romero, Azócar, Cantattore, Sepúlveda, Peralta, Soto, Cortés y Carrasco. Alternaron a lo largo del partido, Rubio -en la portería- y Medina. Claro, además de los dos refuerzos universitarios.
“El equipo nuestro era buenísimo también y más no pudimos hacer, perdimos 3-2. Creo que más no se podía pedir. El equipo nuestro era parejo en casi todas sus líneas. Teníamos un muy buen arquero Rodenack, en el medio sobresalía el Pocholo Azocar y adelante, un jugador excepcional, Juan Cortés. También estaba Porcel de Peralta, Juan Soto”, se justifica Carrasco.
“Incluso con este equipo estuvimos a punto de clasificar a la Copa Libertadores, porque nos ganó la Universidad Católica en el estadio de Independencia y nos ganó el derecho por el gol average (diferencia de gol)”, señala el ariete.
Samuel Carrasco llegó a Rangers el año 60, proveniente del Club Deportivo Lord Cochrane de Concepción. Era rápido y encarador. Recuerda que le decían “motoneta” por su velocidad.
“Habitualmente manteníamos una ubicación del 5 puesto hacia arriba en aquellos años. Teníamos mucho amor por la camiseta. A los rivales les costaba ganarnos acá”, indica orgulloso.
Guillermo Medina llegó a Rangers el ’62, también procedente del Lord Cochrane y después de un breve paso por Deportes Temuco. Jugó en Rangers hasta el ’73. Si bien llegó como delantero, con el tiempo fue retrasando su posición hasta ubicarse en el bloque defensivo y desarrollar allí gran parte de su carrera, tal como sucedió cuando Rangers participó en la Copa Libertadores de América en 1970.
El mítico elenco Flamengo venía de incursionar en un torneo pentagonal, en Santiago, junto a Nacional de Uruguay, Racing de Argentina, Colo Colo y Universidad de Chile. En aquellos años era usual el desarrollo de este tipo de certámenes internacionales con la participación de buenos elencos de distintos países de Sudamérica.
En tanto, Rangers venía de enfrentar el mes anterior a Huracán de Argentina, en el mismo Estadio Fiscal. Un partido amistoso que terminó a favor de los locales en goles (4-1) y también en combos, pues al final del encuentro hubo conatos de proporciones. Pero esa es otra historia.
Por Patricio Moraga Vallejos
Crónica Digital, 29 de Septiembre 2017
