La historia criolla de los montajes, de las operaciones políticas y comunicacionales con periodistas chupamedias y comunicadores obsecuentes con el poder de turno, es un largo prontuario en el Chile moderno. En todo montaje que se precie de tal, hay algun operador político, o económico o corporativo y hay medios de comunicación que se prestan para esta pitanza colectiva.
Como el montaje mediático y sangriento de las matanzas de la CNI en tiempos de Pinochet, y que El Mercurio de los Edwards presentaba como supuestos ajustes de cuentas entre izquierdistas.
Como el montaje predecible de los diputados derechistas sacándose su rabia y desesperación contra Michelle Bachelet, en una comisión investigadora que investiga lo mismo que ya se investigó. Como ese montaje ridículo que hizo el ministro del interior con el ciudadano pakistaní.
Como ese montaje absurdo de jóvenes okupas de Santiago y que el mismo ministro del interior presentó como terroristas poniendo bombas, y que ahora salen libres y exculpados por la justicia, porque las pruebas eran truchas, el fiscal de turno quería sacarle lustre a su cargo y los autores de los bombazos andan sueltos.
En este Chile verdadero, todo es un montaje … las multitiendas y sus cobros indebidos, las deudas previsionales impagas, los reajustes cagones que otorgan los gobiernos, la venta de los recursos naturales a consorcios extranjeros, los proyectos hidroeléctricos y carboníferos, los impuestos que se eluden, los conflictos de intereses de los gobernantes, las ganancias que se giran al extranjero, las utilidades millonarias de las afp, el abuso laboral con los trabajadores …todo es un montaje… el mercado de los pollos, el mercado de las farmacias, el mercado de los medicamentos, el mercado de los alimentos, el mercado de la salud, el mercado de los cerdos, el mercado de la educación, el mercado de los transgénicos…todo es un montaje, porque a casi todos nos montan…
Punta Arenas, 2 de junio 2012
Crónica Digital
El artículo es interesante y apunta a una realidad que ha estado viviendo Chile por mucho tiempo.
También quiero hacer presente mi preocupación por una suerte de contradicción que, me parece, fluiría en el último párrafo. Aquí se afirma que «Todo es un montaje…las multitiendas y sus cobros indebidos», seguido de otros ejemplos como las deudas previsionales, magros reajustes y demás problemas nacionales que existen.
Estando de acuerdo en que tales problemas han cons- tituido el desagradable diario vivir de los chilenos, me es imposible aceptar que esos problemas son montajes.
Según el Dicionario de la Real Academia Española, el término montaje es definido, para este tema, como: «Aquello que solo aparentemente corresponde a la verdad».
En mi opinión, esos temas no son aparentes, y la vez, sí son verdaderos.
Creo que una aclaración podría ayudar a resolver mi preocupación.