Luego de la presentación del proyecto que modifica DFL 2 de Educación, el senador Carlos Montes valoró la propuesta del Gobierno y llamó a fortalecer, también, los Consejos Escolares. Recordó que la necesidad de participación necesita extenderse a las escuelas, colegios y liceos: “La educación de nuestros hijos es una tarea que nos involucra a todos y participar significa, también, tomar parte en las decisiones”.
En una ceremonia en el Palacio de la Moneda la Presidenta Bachelet presentó el proyecto de ley para modificar el DFL N° 2 del Ministerio de Educación, que excluye la participación con derecho a voto de los alumnos y de los funcionarios administrativos en establecimientos educativos de enseñanza superior: “Es fundamental garantizar la participación de los estudiantes en educación y en las reformas que se están llevando acabo”, señaló el parlamentario.
Llamó a no olvidarse de la educación secundaria y la necesidad de perfeccionar el rol de los Consejos Escolares, entidades obligatorias desde 2005 en los establecimientos escolares, públicos y privados subvencionados. “La educación de nuestros hijos es una tarea que nos involucra a todos”, indicó. “Participar en ella no se limita a reunir fondos, recibir información o responder una consulta. Participar significa, también, tomar parte en las decisiones y para eso existen estos consejos”.
Pese a su implementación los resultados son diversos: “Todavía en muchas escuelas y liceos no se han constituido ni funcionan regularmente. Así mismo, existe desconocimiento acerca del papel que pueden desempeñar”, añadió.
Los Consejos Escolares son una instancia de encuentro de cada uno de los integrantes de la comunidad escolar: padres, apoderados, estudiantes, directivos, docentes, entre otros. “La reforma educacional la hacemos entre todos y los Consejos Escolares representan una instancia real y efectiva desde donde podemos aportar ideas para mejorar la calidad de la educación y controlar que los recursos públicos lleguen a las escuelas, colegios y liceos”, finalizó.
Santiago de Chile, 2 de agosto 2014
Crónica Digital
Dom Ago 3 , 2014
Mario fue uno de los nuestros, de los de Radio Moscú, ese esfuerzo periodístico y político, muestra de la solidaridad y del compromiso con la libertad y la democracia, en tiempos de la dictadura. No dudó Mario en incorporarse al cuerpo de corresponsales, y desde México, Argentina o Cuba, o donde lo llevase el caminar del exilio, ser voz también de los que no tenían voz, dar su testimonio de los dolores, de las luchas, de los chilenos que en Chile soportaban el embate de la represión, la persecución, la muerte. Fue un maestro y amigo, un hombre de radio, militante disciplinado del periodismo y de la libertad , un ciudadano responsable, un patriota y al mismo tiempo un latinoamericano, un internacionalista. Que sabía que los pueblos no tienen fronteras. Pero no se puede hablar de Mario en tiempo pasado, por que los ejemplos como él, son de tiempo presente, y son enseñanzas para el futuro,, no por porfiarle a la realidad de su partida, sino porque su presencia se hace permanente, a pesar de la circunstancia objetiva de la pérdida. Es de los imprescindibles, y su voz apasionada, elocuente, sus historias lo mantienen en el recuerdo vivo. Lo cierto es que lo que permanece es su enseñanza, su compromiso político y humano con la democracia, su determinación por las causas que consideró justas, en las que puso todo su talento, su voz inconfundible, la entonación de sus convicciones y emociones. Lo central en sus colaboraciones con Radio Moscú y Escucha Chile, sus despachos a las horas más inverosímiles, debido a los husos horarios, en las madrugadas, en cualquier día , en cualquier momento, cuando la urgencia, el dramatismo o el deber de informar, lo hacían necesario, era su compromiso con el pueblo, con los demócratas, los combatientes, la insurgencia cuando era lo cotidiano. Sus crónicas. las de un reportero , como siempre se definió, con el respeto por el ladrillo donde se edificaba la comunicación periodística, , la maestría dramática, informativa de sus relatos lo hacían indispensable. Tanto como sus anécdotas, que brotaban por miles de su conversación infatigable, su ironía amable, pero certera, sus ganas de vivir, el gusto de una conversación junto a una botella, sus risotadas que inundaban los espacios, la ternura galana de sus amores, la evidencia de su humanidad, que derramaba a corazón pleno, en sus encuentros con el equipo destinado en Moscú, cuando llegaba a ponerse al servicio del programa, en los estudios de la calle Piatniskaya, o en la hospitalidad de José Miguel Varas e Iris, con René Largo Farías , con Orlando Millas, Luis Corvalán, Don Américo Zorrilla o Volodia Teitelboim, o con Katia Olevskaya , Guennadi Sperski, Leonardo Kosichev, Babken Serapioniants, las Natachas, (la nuestra y la “efímera”)· Asia , Pilar Villasante y otros colegas soviéticos.. Hizo también buenos amigos y amigas en el mundo soviético que hacían posible Escucha chile, y la estadía de los chilenos acogidos por la solidaridad de la Unión Soviética y del PCUS y que hoy […]