El expresidente estadounidense George H. W. Bush, de 90 años, fue trasladado anoche al Hospital Metodista de Houston, en Texas, después de experimentar una severa falta de aire, de acuerdo con un comunicado emitido por su oficina.
Bush, quien gobernó en Estados Unidos de 1989 a 1993, fue hospitalizado anteriormente en noviembre de 2012 a consecuencia de una bronquitis, pero se recuperó después de dos meses de tratamientos.
Afiliado al Partido Republicano, fue director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) entre 1976 y 1977 y posteriormente vicepresidente en el gobierno de Ronald Reagan.
Durante su mandato se aprobó la Ley Torricelli, acción que reforzó el carácter extraterritorial del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba y se estableció la llamada política diferente que perseguía el estrangulamiento económico de Cuba.
Es uno de los miembros principales del Grupo Bilderberg junto con David Rockefeller y Henry A. Kissinger, entre otras influyentes figuras políticas norteamericanas.
Su padre fue el senador Prescott Bush y su hijo, George Walker Bush, fue presidente de los Estados Unidos de 2001 y 2009.
Washington, 24 diciembre 2014
Crónica Digital / pl
Mié Dic 24 , 2014
El proceso de momificación puede ser artificial, como lo hacían algunas culturas que poblaban Arica y los antiguos egipcios algo después, y natural, que consiste en la desecación del cadáver por evaporación del agua de sus tejidos, deteniendo así proceso de la putrefacción. Contemporáneamente, hay otro proceso: el de origen político. Los casos más emblemáticos son los que afectan a la Alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, y a la de Providencia, Josefa Errázuriz. Extraño caso el de estas mujeres. En ese dúo en el que tantos optimistas, acaso ilusos consuetudinarios, pusieron, ponen y pondrán sino todas, partes de sus frustraciones, esperanzas y deseos, ha sufrido una mutación por la que han transitado de otrora izquierdistas revoltosas: puño en alto, afiches de guerrilleros y rockeros en el dormitorio, alzados ponchos mapuches en el living, amistades con poetas, músicos, escritores izquierdistas irreverentes como solo lo son en este país los poetas, músicos y escritores, o por lo menos lo eran, en señoras que detestan a perdedores, perros y gente vaga, estudiantes de uniforme y de civil, bohemios bebedores de cantinas y bancos de plazas, peruanos, bolivianos, ecuatorianos, haitianos, y todo sujeto más menos oscuro de piel y de intenciones. Dispuestas en situación de pasar a la historia en un país que históricamente no se ha destacado precisamente por permitir muchas féminas en cargos de relevancia, por razón extraña están haciendo todo en un sentido contrario a lo que algunos soñaban. Y en vez de reivindicar su género en una cultura en la que el machismo, el militarismo y los poderosos de todas las especialidades han trapeado con ellas, se han dedicado a tomar medidas que nadie sabe de dónde salen, pero si se puede sospechar para donde van: a hacer de este país un lugar en que no haya lugar para los que se salen de la fila e insisten en aventurarse en costumbres que a esta damas les hacen arriscar la nariz: ya decíamos, vagabundos, perros y humanos; pobres, inmigrantes y locales; estudiantes, medios y de los otros; bohemios, de restaurantes y plazas; desordenados, vividores en comunidades y marchantes; comerciantes, al menudeo y sin permisos; y un sinnúmero de bichos raros, variantes de esas raleas, difíciles de clasificar. A estas señoras les cargan esas externalidades, así se llama ahora a toda cuestión, persona o subproducto incómodo, de este país, y habrían preferido que Chile se situara más o menos entre Luxemburgo y Holanda. Y que los naturales de la plaza hablaran por lo menos tres idiomas y fueran algo más blanquitos. Uno puede sospechar que a la alcaldesa de Santiago, por decir algo, le carga la Plaza de Armas. Le cargan sus payasos gritones, sus pintores copiones, sus estatuas humanas sudorosas, sus peruanos y su chicha morada, sus canutos insoportables, sus pasajes trasminados de frituras, sus bancos con vejetes dormitando a pata suelta, y esos balcones de departamentos sospechosos de ser rentados para el amor furtivo y de paso. Uno puede sospechar que a la alcaldesa de Santiago, por decir algo, […]