Llamamos a países como Turquía a hacer todo lo posible por lograr que las partes enfrentadas cesen las hostilidades y retomen el diálogo, acotó el portavoz, después que Ankara señaló que cualquier agresión contra Azerbaiyán equivaldría a un ataque contra Turquía.
Rusia y otros países del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa deben asumir una actitud responsable, sin aventurismos, para solucionar el diferendo, estimó.
De su lado, la Duma aprobó esta jornada una resolución por unanimidad en la que exhorta a Armenia y Azerbaiyán a regresar a la mesa de negociaciones, después de poner fin a los combates. Además, presenta su disposición a mediar en ese conflicto.
Desde Bakú, el vocero del ministerio azerí de Defensa, Vaguif Darguiajli, señaló que las fuerzas armadas de su país destruirán los complejos coheteriles S-300 del ejército armenio trasladados al enclave montañoso de Nagorno-Karabaj, donde se produce el grueso de los combates.
Al mismo tiempo, Armenia podría apelar a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, si se amplía la geografía de las hostilidades más allá de Nagorno-Karabaj, admitió el representante de ese país en ese bloque regional, Viktor Biagov.
De igual forma, el secretario del Consejo de Seguridad de Armenia, Armen Grigorian, afirmó que dialogó con su similar ruso, Nikolai Patrushev, sobre la situación en torno a Nagorno-Karabaj.
Al mismo tiempo, el mando armenio rechazó informaciones sobre la supuesta destrucción de unidades militares en la ciudad de Martuni y advirtió sobre la posible utilización de armamentos de largo alcance, después que Bakú empleó los complejos TOC-1 y los sistemas Smersh.
Bakú y Ereván intercambia acusaciones mutuas sobre ataques a poblados civiles o informan de destrucciones de medios bélicos que luego desmienten entre ellos en un diferendo que tuvo su origen en 1988.
Moscú. 29 de septiembre 2020
Crónica Digital/PL