Tres exagentes chilenos de Augusto Pinochet pagarán ocho años de prisión por el asesinato, en 1983, de dos opositores durante la dictadura militar (1973-1990).
Después de 31 años de aquellos sucesos, el juez especial Mario Carroza, de la Corte de Apelaciones de Santiago, envió tras las rejas a los implicados en los homicidios de Manuel Flores, de 28 años, y Germán Osorio, de 30, cometidos por agentes de la Central Nacional de Informaciones, la policía secreta de la dictadura.
Ultimados el 19 de abril de 1983 en el sector santiaguino de Ñuñoa, ambos jóvenes eran miembros del entonces Movimiento de Izquierda Revolucionaria y habían ingresado a Chile desde el exilio para unirse a la lucha de resistencia.
Carroza condenó a Aquiles González, Víctor Ruiz y Rodolfo Olguín a penas de ocho años por su responsabilidad en ambos homicidios.
Según las investigaciones, los jóvenes caminaban por la calle Villaseca de la comuna de Ñuñoa, cuando los agentes logran situarlos en el sector y forjar un operativo para eliminarlos con el uso sorpresivo de armas de fuego automáticas, con las cuales descargaron más de 20 disparos a cada uno de ellos.
En el aspecto civil, el fallo ordena al Estado a pagar una indemnización total de 100 millones de pesos (unos 158 mil dólares) a los hermanos de la víctima Flores Durán, por daño moral.
Varios exagentes han sido condenados por delito de secuestro calificado y desapariciones durante la dictadura de Pinochet que, según cifras oficiales, dejó más de tres mil 200 muertos, unos mil 300 desaparecidos y alrededor de 33 mil torturados.
Santiago de Chile, 23 de junio 2015
Crónica Digital / PL