Durante el cometido, además de acopiarse de forma automática muestras del suelo de la Luna, se realizará el primer despegue lunar, el primer acoplamiento no tripulado en una órbita lunar a cerca de 380 mil kilómetros de la Tierra y se realizará el primer vuelo de regreso a una celeridad cercana a la segunda velocidad cósmica, según la Corporación de Tecnología y Ciencia Aeroespacial de China.
Según adelantó Ye Peijian, uno de los principales expertos aeroespaciales de China y asesor del programa, la sonda lunar, con un peso de 8,2 toneladas, está integrada por cuatro partes: un orbitador, un ascensor, un explorador y un dispositivo de regreso.
Se pronostica que el explorador recoja muestras en un recipiente del ascensor después del alunizaje. Luego el ascensor despegará de la luna y se acoplará con el orbitador y con el dispositivo de regreso que orbita la Luna y transferirá las muestras al dispositivo, explicó el experto.
Seguidamente el orbitador y el dispositivo de regreso se dirigirán juntos a la Tierra y se separarán cuando estén a miles de kilómetros de la Tierra.
Por último el dispositivo de regreso entrará a la Tierra.
Para el 2018, China también planea lanzar la sonda lunar Chang’e-4 con el objetivo de lograr el primer alunizaje del hombre en la cara oculta de la Luna y además realizará una investigación en el lugar y mantendrá detección itinerante y comunicaciones de relevo en el punto Tierra-Luna L2, puntualizó la Administración Espacial Nacional de esta nación.
Beijing, 23 enero 2017
Crónica Digital /PL