Al decir del autor principal, William Laurance, de la Universidad James Cook, Australia, hemos analizado los principales proyectos de infraestructuras y carreteras en todo el mundo y es notable cómo muchos tienen costos y riesgos ocultos graves.
En tal sentido, consideraron que la prioridad más urgente es limitar millones de kilómetro de nuevas carreteras que se planifican o construyen en áreas con mucha lluvia, principalmente en países en desarrollo de Asia-Pacífico, África y América Latina.
Aquí es donde la ambición de ganancias rápidas se encuentra con una ingeniería casi imposible, afirmó.
Según advirtió, las carreteras inundadas por la lluvia desarrollan baches, grietas gigantes y deslizamientos de tierra tan rápido que es casi increíble.
A propósito de ello, sugirió que muchos caminos que están planeados para regiones húmedas, pantanosas o montañosas no deberían construirse, y eso se basa solo en criterios económicos.
Es notable cómo muchas naciones, inversionistas y prestamistas no ven los profundos riesgos de la expansión de carreteras en ambientes tropicales húmedos, que también son los ecosistemas biológicamente más ricos del mundo, concluyó Laurance.
Washington, 27 octubre 2017
Crónica Digital/PL