Las unidades de lucha radioelectrónica identificaron en una zona neutral a un objetivo que se acercaba a gran velocidad a la frontera, por lo que fue necesario dar la alarma y enviar a la zona a un caza SU-30, explicaron fuentes del Distrito Militar del Sur.
El SU-30 ruso se acercó al avión y lo identificó como un P-8A estadounidense de espionaje. Tras varios sobrevuelos de advertencia, la nave aérea norteamericana cambió de rumbó y se alejó de los límites de esta nación, explicaron los militares.
Durante los últimos meses, incidentes similares se registraron en la zona del mar Báltico y cerca del enclave occidental ruso de Kaliningrado, en la península de Kamchatka, cercana al estado norteamericano de Alaska, y en otras regiones.
La Casa Blanca se quejó de que el caza ruso hizo un intercepción con riesgo de seguridad para la nave norteamericana.
Moscú, 28 noviembre 2017
Crónica Digital /PL