Una caminata por la justicia, la reconciliación y la paz se realizará hoy en todos los municipios de Nicaragua, tras una violenta intentona golpista que se extendió por más de tres meses y dejó un saldo 199 personas muertas.
‘Caminamos para avanzar en encuentro, reconciliación, unidad. Caminamos para restaurarnos, para sanarnos, para curar heridas, para restaurar el alma que ha sido golpeada, porque ha sido herida, pero no ha sido debilitada’, expresó la vicepresidenta Rosario Murillo al invitar al pueblo a participar de la jornada.
Murillo sostuvo que el pueblo desea sanar sus heridas y reunirse unos y otros, porque todos son familia nicaragüense.
Asimismo, reiteró que Nicaragua quiere paz, reconciliación, restauración y amor, pero también justicia y reparación por las muertes de 199 hermanos y los daños causados por grupos desestabilizadores, que tendrán que comparecer ante la ley.
En las últimas semanas miles de nicaragüenses que apoyan al gobierno sandinista han salido a las calles en varias partes del país, para exigir que los criminales paguen por sus crímenes y delitos y se consolide con firmeza la paz en el territorio nacional.
Managua, 29 de agosto 2018
Crónica Digital /PL
Mié Ago 29 , 2018
La derecha tiene sus reglas del juego bien planteadas para frenar cualquier progresismo, entonces nosotros como izquierda y espacio de resistencia cultural tenemos el deber de reaccionar, por eso la importancia de que surja un Plan de Acción para la izquierda latinoamericana, basado en la unidad y que contemple a la cultura como un área estratégica. Insisto, si nos dividen, nos aniquilan. Nunca, ahora que la vida misma sucumbe, se ha hablado tanto de civilización y cultura. Y hay un raro paralelismo entre el hundimiento generalizado de la vida, base de la desmoralización actual y la preocupación por una cultura que nunca coincidió con la vida, y que en verdad la tiraniza. Antes de seguir hablando de cultura, señaló que el mundo tiene hambre y no se preocupa por la cultura; y que solo artificialmente pueden orientarse hacia la cultura, pensamientos vueltos nada más que hacia el hambre. Defender una cultura que jamás salvó a un hombre de la preocupación de vivir mejor y no tener hambre no me parece tan urgente como extraer de la llamada cultura, ideas de una fuerza viviente idéntica a la del hambre. Tenemos, sobre todo, necesidad de vivir, de creer en lo que nos hace vivir, y que algo nos hace vivir; lo que brota de nuestro propio interior misterioso no debe aparecérsenos siempre como preocupación groseramente digestiva. Quiero decir que si a todos nos importa comer inmediatamente, mucho más nos importa no malgastar en la sola preocupación de comer inmediatamente nuestra simple fuerza de tener hambre. Si la confusión es el signo de los tiempos, yo veo en la base de esa confusión una ruptura entre las cosas y las palabras, ideas y signos que las representan. No faltan, ciertamente, sistemas de pensamiento; su número y contradicciones caracterizan nuestra cultura, pero ¿dónde se advierte que la vida, nuestra vida, haya sido alguna vez afectada por tales sistemas? (…) Hay que insistir en esta idea de la cultura en acción, que llega a ser en nosotros como un nuevo órgano, una especie de segundo aliento; y la civilización es la cultura aplicada que rige nuestros actos más sutiles, es espíritu presente en las cosas, y solo artificialmente podemos separar la civilización de la cultura y emplear dos palabras para designar una única e idéntica acción. (…) Todas nuestras ideas acerca de la vida deben reformarse en una época en que nada adhiere ya a la vida. Y de esta penosa escisión nace la venganza de las cosas; la poesía que no se encuentra ya en nosotros y que no logramos descubrir otra vez en las cosas resurge, de improviso, por el lado malo de las cosas: nunca se habrán visto tantos crímenes, cuya extravagancia gratuita se explica solo por nuestra impotencia para poseer la vida. (…) Dicho esto, podemos esbozar una idea de la verdadera cultura, una idea que es, ante todo, una protesta. Protesta contra la limitación insensata que se impone a la idea de cultura, al reducirla a una especie de inconcebible […]