Por Mauricio Hidalgo
Me han preguntado si podía indicar la razón principal de mis decisión de voto para estas elecciones presidenciales. Le he dado algunas vueltas a esa solicitud y luego de un rato he sentido la necesidad de responder. Quizá no sea la respuesta esperada, pero es la mejor respuesta que podría dar en esta red y en este contexto.
Enfrentados a una disyuntiva (ej., votar por uno u otro candidato) que podría cambiar nuestras vidas, el puro razonamiento lógico es necesario mas no suficiente. Una lección que podemos extraer desde la investigación neurocientífica es el papel fundamental de las emociones y sentimientos al navegar por las, a veces, tormentosas corrientes de esto del vivir. Y el vivir nos obliga a tomar día a día diferentes decisiones que impactarán no solo en nuestra vida personal, sino que en ocaciones en la vida social y en la vida de la comunidad.
Y en este derrotero llamado vida que nos obliga a tomar decisiones día a día, las emociones y sentimientos son ese pegamento mágico que le da coherencia, sentido y dirección al vivir. Así como en algunos casos los sentimientos fuertes pueden hacer estragos en el razonamiento, en otros la falta de consciencia de los sentimientos también puede ser ruinosa, sobre todo cuando se trata de sopesar las decisiones de las que depende en gran medida nuestro posible «destino».
Decisiones tales como: qué carrera estudiar, conservar un trabajo seguro o cambiar a uno que supone más riesgos pero es más interesante, con quién casarse, dónde vivir, y así… nuestra vida está llena de grandes preguntas que buscan grandes respuestas. Y en cada respuesta, se toman decisiones que no podrían tomarse correctamente solo gracias a la racionalidad (apelando a esa dualidad cartesiana ya decimonónica); exigen emociones, diríamos exige la participación de la sabiduría emocional acumulada gracias a las experiencias pasadas tanto ontogénicas como inter/transgeneracionales.
En definitiva, la sola lógica formal, la razón neocortical, nunca podrá funcionar como la única base para decidir cosas realmente importantes en nuestras vidas, éstas son esferas en las que la razón siendo necesaria es ciega sin las emociones. Y ahora, ¿Cuál es mi principal razón para votar por uno de los candidatos? No existe una principal razón, lo que existen son muchas pequeñas principales razones, quizá entre todas ellas pueda construir una gran principal razón. Y creo haberla encontrado.
Espero estimado lector, usted también pueda encontrarla.
Mauricio Hidalgo: Biólogo PhD. Investigador Independiente. Intereses: Neurociencias, neuroepigenética, aprendizaje y epigenética biopsicosocial. Aprendiz en esto del vivir. Divulgador y Escritor. Autor de los libros: Ayurveda en una era post-genómica (2018). Epigenética: (Re)pensar el aprendizaje y la educación (2018). Neurociencias, Aprendizaje y Bienestar (2019).
Santiago de Chile, 12 de diciembre 2021
Crónica Digital