1973: Relato de un alumno de la Escuela Normal José Abelardo Núñez

Saludo a los asistentes.

Me ha correspondido, el honor y la responsabilidad de representar a todos los compañeros y compañeras egresados el año 1973 de nuestra querida Escuela Normal J.A.N. dirigiéndome a todos los presentes con estas palabras, que ciertamente compartiremos con todos y todas aquellas compañeros y compañeras que, por diversas razones no están presentes. Incluso algunos están fuera del país, pero se nos unen espiritualmente.

Antes, les cuento que a medida que se acercaba este día, en la mayoría de nosotros, incluidos los que están fuera del país, y con quienes nos mantenemos unidos (por supuesto también por WhatsApp), la emoción ha ido aumentando, al igual que la ansiedad, por recordar nuestra historia formativa, nuestras travesuras, vernos cara a cara y abrazarnos.

Agradecemos al Directorio del Centro de Ex Alumnos de nuestra Escuela, a los Lideres de cada curso y a las Comisiones que se han formado para llevar a cabo este momento y el posterior: nuestro Almuerzo de Camaradería. Para todos ellos: ¡Muchas Gracias!

Invito a todos los integrantes de nuestro Directorio a que se pongan de pie para recibir nuestro aplauso de agradecimientos.

Les denominó Maestros en el arte de soplar brasas. Ellos, el 14 de junio de cada año, nos convocan para reunirnos y celebrar a cada una de las promociones de nuestra Escuela Normal, lo siento como un rito que nos permite mantener encendido, el fuego sagrado de nuestra vocación de Profesor Normalista.

Y es que, nuestra Escuela Normal fue inaugurada en Santiago el 14 de junio de 1842, su primer Director fue el educador, escritor y político argentino don Domingo Faustino Sarmiento, quien se encontraba en Chile huyendo de la Dictadura de Juan Manuel de Rosas.

Fundada como “Escuela de Preceptores de Santiago”, renombrada como “Escuela Normal José Abelardo Núñez”, fue la primera institución en Latinoamérica formadora de maestros habilitados para desempeñarse en la docencia primaria, sus estudiantes eran solo varones. Fue creada por Decreto del 18-01-1842 durante el Gobierno del Presidente Manuel Bulnes Prieto siendo Ministro de Instrucción Pública don Manuel Montt Torres. Posteriormente y con el correr de los años, sucesivos gobiernos, fueron creando nuevas Escuelas Normales en algunas ciudades de todo el país: Chillán; La Serena; Valdivia; Copiapó; Curicó; Talca; Victoria; Angol; Ancud; Antofagasta; Viña del Mar; Iquique.

En forma paralela en Santiago se crearon las Escuelas Normales 1 y 2 solo para mujeres. Algunas de estas escuelas, fuera de Santiago, eran de denominación rural (Chillan). La nuestra fue denominada Escuela Normal Superior. También se crearon Escuela Normales Particulares, mención especial para la Escuela Normal particular de damas Gabriela Mistral.

Les comparto una anécdota al respecto contada por una de ellas: “éramos un grupo de bellas niñas, tranquilas, ingenuas que comenzamos a estudiar para ser maestras en la Normal Gabriela Mistral. Por razones ajenas, la Normal se cerró y tuvimos que ir a diferentes colegios. Pero un día nos vuelven a reunir para darnos la gran noticia que podríamos terminar nuestros estudios en la gloriosa Normal J.A.N. y como ovejas nuevas nos presentamos con nuestro uniforme, Jumper blusa blanca, cintillo blanco y calcetas y cual fue nuestro chascarro escuchar el grito de los muchachos de la JAN: ¡Chiquillos llegaron las monjitas! Nunca olvidaré ese primer día en la J.A.N.

Se cuenta que desde ese día nuestros compañeros, que estaban en régimen de internado, cambiaron algunos hábitos: llegaban cada mañana a la sala de clases con su chaqueta cerrada hasta el cuello, para que no se les viera el pijama; llegaban peinaditos; claro que algunos llegaban sin calcetines. Los más osados, comenzaron a usar perfumes, se les veía bien vestidos, como unos maniquíes y leyendo Don Juan Tenorio.

Para ingresar a las Escuelas Normales existía una Comisión Examinadora que exigía cuatro exámenes:

-Un examen de cultura General; un examen de Ciencias; un examen de personalidad y un examen de música (se decía: “los profesores deben tener buena oreja”).

En esos años no se permitía el ingreso de estudiantes que tuvieran algún tipo de discapacidad. Existía la posibilidad de ingresar para todos aquellos estudiantes que por mérito y situación económica lo quisieran hacer. La exigencia era estar entre los tres primeros lugares, según el promedio de notas y podían obtener una beca que les garantizaba estudios, alojamiento y alimentación. También existía las media becas que garantizaba estudios y alimentación.

La reforma educacional del año 1968, permitió que las Escuelas Normales se abrieran a los egresados de la educación secundaria, uniendo a los llamados estudiantes tradicionales con los llamados profesionales; no existieron problemas de integración dado que estos últimos, según la Reforma, permitía el ingreso de mujeres. Así nuestra JAN de tener solo tres cursos por nivel A-B-C, paso a tener 7 cursos por nivel, A-B-C-D-E-F y G.

Los que hoy celebramos 50 años de egresados, formamos parte de ese universo de estudiantes de nuestra Escuela Normal, formados por los terceros tradicionales y los terceros profesionales, estos últimos ingresados el año 1971.

Somos los que fuimos bautizados en la “Fiesta de Los Carneritos”, una especie de mechoneo, en donde la gracia, el ingenio y las travesuras marcaban el inicio de una carrera profesional absolutamente coherente con nuestra vocación. Con ese espíritu disfrutamos, compartimos y aprendimos a ser mejores personas, con el deseo de dar lo mejorar de cada uno a los niñas y niños de las escuelas básicas de nuestro país.

El año 1973, cursábamos nuestro tercer año y hacíamos nuestra práctica profesional. Hasta hoy recordamos esas experiencias inolvidables que nos significó sentirnos Profesores por primera vez:

Al respecto les comparto este recuerdo, de muchos otros, narrado por una de nuestras compañeras:

“En un listado de escuelas para realizar la práctica profesional el año 1973, publicado por nuestra Escuela Normal, buscamos, buscamos una que estaba casi al final del listado, era la Escuela N° 123”, ubicada en el “Campamento Venceremos”, comuna de Lo Espejo; no lo pensamos más y nos fuimos a conocerla, cuando llegamos vimos 6 buses- eran las salas de clases- como oficina una mediagua dividida en dos, en la otra mitad estaba la cocina para hacer el almuerzo de los niños, no había personas para hacerlo así que nos ofrecimos para que no se perdiera toda la mercadería que había. Fue una experiencia maravillosa, única, inolvidable que todavía recordamos.

Sigue su relato: “Como estudiante en práctica, el Consejo de Profesores me nombró encargada del economato. Un día del mes de agosto del año 1973, no teníamos mercaderías para darle almuerzo a los niños, entonces me fui caminando hasta la Gran Avenida (más de 20 cuadras) ya que allí estaba El Centro Distribución de Alimentos, había todo lo que mis niños necesitaban: sacos de papas, garbanzos, porotos, cebollas, reclame a nombre de mis niños y con una mala actitud me dicen lléveselos de inmediato. Yo había llegado a ese lugar a pie, no tenía auto, dinero, no sabía qué hacer, salí de allí y afuera, estaban almorzando las personas que trabajaban en los Camiones de extracción de la basura. Casi llorando les expliqué la situación y después de escucharme, llegamos a nuestra escuelita con todo nuestro apreciado cargamento en un camión de la basura, las caras de esos niños, permanecen por siempre en mi memoria”.

Este recuerdo de nuestra práctica profesional, como muchos más, lo guarda cada uno de nosotros en nuestra memoria como testimonio de nuestra vocación y completa entrega a nuestra Misión. ¡Cómo fallarles a esos niños y niñas preciosos que nos recibieron con tanta alegría!

Tuvimos la suerte de trabajar con niños carentes de todo, sin muchas oportunidades y deseosos de aprender. A todos se nos quedó grabada en el alma nuestra primera escuelita, en donde hicimos nuestra práctica profesional. Nunca olvidaremos como fueron nuestros primeros años de trabajo. Éramos unos jóvenes

entusiastas, alegres y comprometidos, sin saber mucho de lo que nos esperaba al ejercer este rol. Hoy sabemos que la experiencia y los desafíos nos hicieron crecer profesionalmente y muchos de nosotros llegamos a ser Directores, y ocupar cargos importantes en el mundo de la Educación.

Nuestra práctica profesional, el año 1973, la vivíamos con una gran responsabilidad, era el último hito para graduarnos como Profesores, hacíamos lo mejor en cada uno de las escuelitas en donde comenzamos a trabajar, muchas fuera de Santiago y en zonas rurales; sentíamos las exigencias del Supervisor de Practica, de la Dirección del Establecimiento y el cariño de nuestros niños y niñas. Los materiales y recursos a utilizar en cada clase que debíamos impartir, la mayoría de las veces eran costeadas por cada uno de nosotros, nos quedábamos mucho más allá del horario de trabajo, pero nada de eso importaba. Muy rápido habían pasado los meses de marzo a agosto.

Había llegado septiembre, el mes de la patria. Comenzamos a preparar el “Día del Profesor”, que se celebraba el día 11 y el “Acto de Fiestas Patrias”.

En nuestros hogares ya hablábamos de nuestra fiesta de graduación; para muchas de nuestras familias éramos los primeros en acceder a la Educación Superior así que diciembre sería todo un evento al cual había que preparase con la debida antelación.

Pueden imaginarse nuestro mundo emocional.
Sin embargo, el día 11 muchos de nuestros sueños, se vieron frustrados.

Lo que nos ocurrió a nivel personal y como generación, es parte de nuestra biografía personal, que quisiéramos nunca más se repita en nuestro país, ni el mundo.

Un par de testimonios al respecto:

“Los compañeros que estábamos en régimen de internado, fuimos allanados, perdimos todos nuestros enseres y fuimos llevados prisioneros, al Estadio Chile, al igual que nuestro Director Gustavo Faunes Huidobro, quien había sido elegido por voto universal de profesores y estudiantes. Estando detenidos y padeciendo lo que significa esa situación, obviamente la perdida de nuestros enseres era el mal menor. Sin saber mucho de nuestro futuro, ocurrió que nuestro Director reconoció a unos de los militares, con rango superior, que nos mantenían prisionero, había sido su alumno en una escuela básica, esa coincidencia y ese hecho histórico curioso, permitió que el grupo saliera libre”. Me permito saludar y Honrar a nuestro compañero Gustavo Navarro Barrientos quien vivió esta situación, Gustavo se encuentra presente, vino una vez más, desde la ciudad de Coyhaique para estar con nosotros.

Otro testimonio: “Los que no estábamos internados, durante los días y meses posteriores a septiembre, debíamos venir a nuestra Escuela a revisar, semanalmente, unas listas en donde aparecían compañeros con la palabra eliminado. Los primeros en aparecer en esas listas fueron nuestros compañeros dirigentes del Centro de Alumnos a quienes se les “invitaba” a presentarse de inmediato. Para dirigentes o no dirigentes, las razones de su expulsión hasta el día de hoy no las sabemos.

Muchos compañeros no pudieron recibir su título, pese haber cumplido con todo el currículo establecido. Los que quedamos, debimos asistir a clases de adoctrinamiento el resto del año 1973 y todo el año 1974, en esas clases el objetivo era borrar todo lo aprendido en las aulas de nuestra Escuela que se relacionaran con conceptos como pluralidad, justicia, educación pluralista y otros tantos contenidos. Una vez aprobado este nuevo currículo, en el mes de mayo del año 1975, se nos mandó por correo, nuestro título”.

Después del 11 de septiembre de 1973, la Junta Militar declaró en receso todas las instituciones educativas, quedando éstas sometidas a vigilancia permanente e intenso control por parte de las Fuerzas Armadas. A diferencia de lo que ocurrió con escuelas, liceos y universidades, donde las clases se reanudaron al cabo de algunas semanas, la suspensión de las actividades en las escuelas normales se mantuvo durante todo el resto

del año lectivo. El 10 de diciembre de 1973 se declaró en reorganización la Enseñanza Normal y se le encargó a una comisión de especialistas que elaborara un informe en un plazo de 90 días, este Informe propuso que la formación de profesores de educación básica debía ser responsabilidad sólo de las universidades. El final de todas la Escuela Normales de Chile fue por Decreto fechado 11-03-1974 de la Junta Militar, siendo Ministro de Educación Hugo Castro Jiménez, perteneciente a la Armada.

Se ponía así, fin a las Escuelas Normales que hasta ese momento fueron la espina dorsal de la Educación chilena, formadoras integrales de maestros por todo el país, maestros con ideales y principios de la más alta calidad humana y cultural, maestros completos en didácticas y pedagogía para la formación de las futuras generaciones, maestros comprometidos con la realidad del país, solidarios, democráticos, pluralistas, amantes de la Patria y de su tierra.

El año 2003, nuestro querido y siempre respetado Centro de Ex Alumnos, logro un hito muy importante y valorado por toda nuestra promoción 1973; en el Instituto Profesional Los Leones fuimos invitados juntos a nuestros amigos y familiares, a un acto de reparación y desagravio: a nuestra Graduación, recibiendo de parte del Ministro de Educación Sergio Bitar un Diploma que acreditaba que somos Profesores Normalistas Titulados.

Por eso este año, es muy especial para nuestra generación, por un lado, celebramos el estar aquí reunidos y reencontrarnos con tantos compañeros de nuestra generación y con todos aquellos compañeros de generaciones anteriores que han permitido mantener la llama encendida de nuestra Alma Mater, sin olvidar y manteniendo siempre viva en nuestra memoria a quienes están fuera del país, muchos exiliados, y a quienes forman parte del Cuerpo Docente Celestial, muchos de ellos víctimas de la dictadura

Por otro lado, conmemoramos el cierre de nuestra Escuela normal y de todas las escuelas normales del país, lo que nos convierte, desde hace 50 años, en los últimos Normalistas de Chile, la última generación de egresados.

La Educación normalista entregó los instrumentos necesarios para que cada normalista fuera totalmente punto de referencia de las comunidades donde debía actuar, un Profesor normalista, el Alcalde y el Cura párroco eran las autoridades presentes en toda celebración a nivel comunal.

Los profesores normalistas debíamos estar en constante aprendizaje y acudir a nuestro Centro de Perfeccionamiento, el C.P.E.I.P. creado visionariamente el año 1970 para estar al día.

Imaginemos por un instante la Calidad de la Educación actual, si todavía existirá la Educación normalista, sumado a los avances modernos y tecnológicos al servicio de la educación del Siglo XXI. Pareciera que al nuevo orden y al sistema económico reinante esto no les interesa y hoy podemos apreciar como sociedad, y nos duele, la falta de las Escuelas Normales en nuestro Sistema educacional

Para todos nosotros, la gloriosa Alma Mater José Abelardo Núñez, primera Escuela Normal de Chile es un mar de recuerdos que los que le cerraron la posibilidad de una mejor educación a los niños y jóvenes de nuestro país, jamás podrán quitarnos de nuestra memoria:

Como olvidar las jornadas de estudios y de convivencia en sus patios, en el internado, en su comedor, en ese momento especial del desayuno en nuestro Casino; como olvidar la solidaridad entre todos nuestros compañeros, siempre atentos al mínimo problema de cualquier tipo. Recordamos nuestra cancha de futbol y básquet, la piscina (puesta en marcha por la voluntad y el trabajo voluntario de sus estudiantes), el sonido de la campana al inicio y termino de cada recreo; como olvidar los amores nacidos a la sombra de las palmas y jardines de nuestra escuela; como olvidar los trabajos voluntarios, la campaña de alfabetización, el funcionamiento de la Federación de Estudiantes Normalistas, que se reunía anualmente en su Congreso Nacional, con los representantes de los Centros de Alumnos de cada Escuela Normal, como olvidar las

experiencias vividas en la Escuela Anexa a nuestra escuela en donde debíamos ir a practicar, desde el primer año, lo que sería nuestra profesión.

Jamás olvidaremos “Las Camelias”, nuestra guarida, un bar vecino, en donde en invierno íbamos a saborear las exquisitas sopaipillas pasadas, que así recuerda un compañero: “La Leo, la camarera, generosamente nos regalaba siempre una de yapa, al vernos siempre sin dinero ya que pagábamos con monedas. En verano este santo lugar servía para ir a degustar los deliciosos helados caseros y en una de esas idas encontrarse con el destacado folclorista, compositor y profesor de la Escuela Anexa Don Rolando Alarcón, quien a veces y según recuerda otro compañero “sabiendo que éramos Normalistas nos invitaba a servirnos algo”, y sigue recordando “una vez él tampoco tenía dinero y dejo empeñado su reloj”.

La que recuerda, con especial cariño “Las Camelias”, es nuestra compañera Herminia Romero, según cuenta ella “yo iba a degustar las montañas de tostaditas que servían, allá. Y siempre me seguía un compañero de otro curso (Juan Contreras, un avezado lector de Don Juan Tenorio) para conquistarme. Hasta que lo logró”, Juan y Minna, se casarón el 31 de Julio y como en un cuento feliz, son un matrimonio que llevan 51 años casados, ambos debieron exiliarse, viven hoy en Italia, y están en permanente contacto con nosotros.

Un saludo especial para ellos y para todos los amores surgidos en nuestra Escuela, me permito salirme de libreto y contarles que aquí conocí a la madre de mis hijos, al padrino de mi hija mayor y tantos compañeros que son mis Amigos.

Como no recordar nuestra respuesta a la pregunta: ¿Compañeros de donde somos? La que, al unísono, con orgullo y amor respondíamos:

De la nor, nor nor; de la mal mal mal mal, Escuela Normal J.A.N.

Ese grito juvenil aún resuena en nuestros oídos al igual que los sones y la letra de nuestro Himno, que emocionados lo iniciábamos cantando, “Sobre el viento escribamos tu nombre” y seguíamos cantando «En tu vientre se gesta el rocío y es de madre tu noble actitud»

¡Qué frase más dulce que nos invitaba a entregar todo por la educación de nuestro país!

Sí, las escuelas normales eran templos de sabiduría y cultura, y tuvieron que ser destruidas por la fuerza de la incultura y la ignorancia.

Cada uno de nosotros tenemos en nuestras almas algún recuerdo muy personal de nuestros compañeros de cursos, de nuestros profesores y de la Escuela en su totalidad.

Al finalizar estas palabras dos pedidos:

A la sociedad chilena toda:

Es de justicia que a todos los Profesores Normalistas se le cancele la llamada deuda histórica, perjuicio salarial que sufrieron miles de profesoras y profesores de escuelas públicas cuando la administración de los establecimientos fue traspasada desde el Estado a las municipalidades. En palabras del actual Ministro de Educación, Marco Antonio Ávila: “esta fractura que tenemos como sociedad representa de manera muy clara cuáles fueron las políticas educativas de la dictadura militar y lo que se intentó hacer con nuestro sistema educativo, que tanto nos costó como país construir durante el siglo XX”.

El otro pedido es a cada uno de nosotros los Normalistas:

Tenemos el deber moral de recordar a todos nuestros Compañeros que ya no están, incluidos los asesinados por la dictadura, Juan Antonio Gianelli, Carlos Ibarra, Edwin Mancilla entre otros; recordar a todos nuestros profesores, (un recuerdo especial al profesor de Fundamentos Biológicos de la Educación Señor Patricio Aravena Mujica) que desde el Universo Celestial participan de este momento. Tampoco olvidarnos de aquellos

compañeros que por diversas razones no pudieron asistir hoy a esta ceremonia; especialmente a quienes están fuera del país y a quienes no lo hicieron por problemas de salud.

Para todos los Normalistas un abrazo fraternal y saludos cordiales lleno de afecto.

Honor y Gloria a los Normalistas de Chile. Honor y gloria a las Escuelas Normales. Honor y gloria a la Escuela Normal José Abelardo Núñez.

Agradezco al Directorio del ex Centro de Estudiantes Normalistas, a los Lideres Coordinadores encargados de la preparación de este Aniversario y especialmente a Patricia Astudillo quienes me nominaron para pronunciar este discurso.

Agradezco a todos los compañeros y compañeras Normalistas integrantes de los grupos de WhatsApp “Generación Normalistas 73” y “Plan 50 años-2023”, por sus mensajes y testimonios que me sirvieron de inspiración para el texto leído.

Con mucha humildad, un abrazo con mis Aes de Amistad, Agradecimientos y Amor fraternal para cada uno y cada una.

Sergio Aravena Meneses
Profesor normalista

Discuso pronunciado el sábado 10 de junio del año 2023.

Santiago de Chile, 23 de julIo 2023
Crónica Digital

Next Post

Rusia confirma ataques contra objetivos militares en Odesa

Dom Jul 23 , 2023
Rusia lanzó un nuevo ataque con misiles en la última jornada contra varios objetivos militares en la zona del puerto de Odesa, en el mar Negro, informó hoy el Ministerio de Defensa ruso. Según la cartera, el ataque se llevó a cabo con armas navales y aéreas de precisión y largo alcance contra «instalaciones en las cuales se preparaban actos terroristas con el uso de lanchas no tripuladas contra Rusia y lugares de su fabricación en la zona de la ciudad de Odesa», según destacó la agencia Sputnik. En las instalaciones alcanzadas había mercenarios extranjeros, afirmó el ente de defensa, que agregó que todos los objetivos asignados fueron alcanzados. Desde el 17 de julio, Rusia sigue golpeando los puertos del sur de Ucrania en represalia por un ataque con drones marinos contra el puente del estrecho de Kerch, en el este de Crimea. En la noche del 16 al 17 de junio, un ataque con drones marinos provocó la muerte de un matrimonio en el puente, dejó herida a su hija adolescente, destrozó la calzada en un tramo de esa estructura que conecta la península con la región rusa de Krasnodar y causó la suspensión del tráfico. Moscú, 23 de julio 2023 Crónica Digital/PL

Te puede interesar:

Las opiniones vertidas en este medio de comunicación no necesariamente representan el sentir de Crónica Digital y son de responsabilidad de quienes las emiten.

Crónica Digital, es un medio de comunicación social, republicano y comunitario. Fue fundado el 19 de abril del año 2005. Su objetivo periodístico es informar sobre los principales noticias de Chile, América Latina y el mundo.

El director de Crónica Digital es el periodista Marcel Garcés Muñoz.

Su representante legal y editor general es el periodista Iván Antonio Gutiérrez Lozano.

El editor nacional es el periodista Ramón Vargas Vega.

El editor cultura es el periodista Miguel Alvarado.

Corresponsal en La Habana, Cuba, Florencia Lagos N.

El asesor legal es el académico y abogado Sr. Pablo Méndez Soto.

Los principales asociados informativos de Crónica Digital son la Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina , la agencia de noticias China, Xinhua y TV Brics.

En Chile, el medio electrónico El Maipo

Correo: cronicadigital@gmail.com
Dirección: Maturana 302 local 2
Santiago de Chile.

Desde el año 2005 Crónica Digital es parte de la Asamblea Nacional por los Derechos Humanos.

Crónica Digital es una marca registrada. Todos los derechos reservados.

Redacción Diario Crónica Digital
Fono: 950142601

Un café en una plaza con historia....

Maturana con Huérfanos
plaza Brasil,
Santiago de Chile.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es cafe-con-torta-900x675.jpeg