A cinco minutos de Pucón encontramos el “Club Los Ulmos” insertado en un bosque de hualles, atendido por su propia dueña (Kriste) una alemana que compró esas 10 hectáreas hace 18 años. Una vista al volcán Villarrica, senderos para hacer caminatas, piscina, cancha de tenis y la compañía de Lorenzo, un caballo de 35 años de vida, que nos hace mirar con otros ojos la naturaleza del lugar. El despertar en la cabaña lo hacíamos con los gritos de una pareja de queltehues que se posaba en el extenso prado que da al bosque.
Mientras el desayuno nos esperaba en el quincho cerrado en medio del bosque con T.V y Wifi, para los que no pueden desconectarse por completo.
Acá la tranquilidad se hace realidad, existe el verdadero descanso, sin bulla, sin playa, sin esa desesperada ambición del municipio de Pucón el cual ha concesionado cuanta calle con parquímetros humanos, convirtiéndose Pucón en una especie de Barrio Bellavista y Alonso de Córdova en Santiago.
Los Ulmos es una reserva natural donde los autos no pueden pisar el pasto y solo deben estacionarse en los lugares delimitados, es ideal para los que buscan un plácido descanso y meditación. Los días de lluvias son fantásticos con el calor de la chimenea y el agua escurriéndose en los grandes ventanales de la cabaña.
Dejamos el ecoturismo de Los Ulmos y nos trasladamos por el camino al Huife, donde está “La Granja, Agroturismo”, a 8 kilómetros de Caburgua y a 21 de Pucón. Don Roberto y doña Judith Goeppinger, tuvieron la idea de crear hace 14 años esta granja especial para que los turistas disfruten no tan solo de la naturaleza del lugar, donde predominan los bosques de arrayanes y un riachuelo que cruza las 10 hectáreas, sino que también de nuestras costumbres culinarias, como la receta de preparar mayonesa sin huevo, con leche, perejil, aceite y sal.
En este lugar los animales son los protagonista, una vaca con su ternero, unos perritos recién nacidos y un pájaro carpintero que golpea la puerta de una de las cabañas con vista al valle, es lo primero que nos llama la atención.
La cocina a leña, árboles frutales, patos, pollos y gallos, es lo que la granja entrega a visitantes de todas partes del mundo que buscan tranquilidad y la experiencia de pasar unos días en una verdadera casa de campo chilena, donde esta acogedora familia los invita a participar de la extracción de leche y verduras de la huerta, para después disfrutar de los senderos y sus especies nativas.
Por Miguel Alvarado Natali, desde la novena región para Crónica Digital.
genial! pero poco útil sin datos de contactos y/o rango de precios.