El viernes pasado, día sagrado de los musulmanes, un camión cargado de explosivos estalló frente al hotel Safari de esta capital, a corta distancia de un grupo de edificios que albergan oficinas estatales y, poco después, otro explotó en el distrito de Medina.
La Presidencia de la República declaró tres días de luto nacional y solicitó ayuda internacional en medicamentos y ambulancias para enfrentar las secuelas de las dos explosiones, cuyos autores aún son desconocidos, aunque las autoridades tienen pocas dudas que fueron causadas por su némesis, el grupo armado islamista Al Shabab (Los Jovenes, en árabe).
El ataque es considerado con mucho el más letal jamás ocurrido en Africa y uno de los más mortíferos en el resto del mundo, solo superado en número de muertos por el atentado apenas comenzado este siglo contra las Torres Gemelas de Nueva York, reivindicado por la red Al Qaeda, la red a la cual es leal Al Shabab.
Fuerzas de la Misión de la Unión Africana en Somalia colaboran en las labores de salvamento y medios oficiales reportaron que un grupo de heridos fueron trasladados a hospitales en Turquía, que, junto a Kenya y Etiopía ofrecieron ayuda médica.
Mogadiscio, 16 octubre 2017
Crónica Digital/PL