Otros dos obispos de Chile fueron relevados de sus cargos por una decisión del papa Francisco, comunicada este jueves por la Nunciatura, en hechos relacionados indirectamente con casos de abusos sexuales.
«Lento pero seguro (…) dos obispos malos y corruptos menos a cargo de gente buena», declaró en su cuenta de Twitter uno de los más conocidos denunciantes de los expedientes de abusos sexuales de la Iglesia en Chile, Juan Carlos Cruz.
Por su lado, José Andrés Murillo, tampoco escondió su complacencia con los anuncios.
«Obispo Valenzuela (formado por Karadima y cercano a él) y obispo Goic son sacados de sus diócesis por el papa. Pasito a pasito», dijo Murillo, también trasgredido sexualmente por el cura Fernando Karadima.
Jaime Coiro, portavoz de la Conferencia Episcopal, consideró que lo busca el papa con esas medidas es ‘una nueva forma de hacer Iglesia, más pueblo de Dios que jerárquica y concebida por una élite».
El Santo Padre aceptó las renuncias de los obispos Alejandro Goic, envuelto en un gran escándalo en la diócesis de Rancagua donde hay 14 curas suspendidos; y de Horacio Valenzuela, de Talca, ambas en el centro del país.
A Valenzuela se le señaló varias veces complicidad con el defenestrado sacerdote Fernando Karadima, separado de la iglesia en 2011 por abusos sexuales a seminaristas y menores fieles a su congregación, la iglesia El Bosque.
Según la Nunciatura, la Santa Sede aceptó las dimisiones del «gobierno pastoral de la diócesis de Rancagua, presentada por monseñor Alejandro Goic; y de la diócesis de Talca, presentada por monseñor Horacio Valenzuela».
En reemplazo, se nombró a los sacerdotes Fernando Ramos y Galo Fernández, respectivamente, quienes oficiarán como administradores apostólicos, que es una figura que utiliza el papa para llenar vacantes de forma provisional o permanente.
Ramos y Fernández son obispos auxiliares de Santiago y conservarán esos cargos, «además de las nuevas responsabilidades que le han sido confiadas», precisó el Vaticano.
De acuerdo con el clero, el administrador apostólico «goza de derechos y obligaciones semejantes a las del obispo residencial, con algunas excepciones que determina el Código de Derecho Canónico, y forma parte de la Conferencia Episcopal».
El pasado 11 de Junio, la máxima autoridad del Vaticano acogió las dimisiones presentadas por Juan Barros en Osorno, Cristián Caro en Puerto Montt y Gonzalo Duarte en Valparaíso.
Barros fue la figura más visible en los escándalos de ministros de la Iglesia católica
en Chile, en particular por encubrimiento de los abusos sexuales cometidos por Karadima.
Caro y Duarte son también asociados a la complicidad con situaciones similares.
Santiago de Chile, 29 de junio 2018
Crónica Digital /PL