Batman ha cumplido 80 años. Uno de los más emblemáticos personajes de ficción de la industria cultural apareció por primera vez en la historia de seis páginas titulada “El caso del sindicato químico” en la revista “Detective Comics” Nº 27 el 30 de marzo de 1939, resultado de la imaginación de los estadounidenses Bob Kane y Bill Finger. La publicación acaba de aparecer con su número mil, como parte de las celebraciones.
Un hecho menos conocido es la influencia que tuvo en su creación un personaje real, pero con una historia con rasgos de mito y leyenda, de origen presuntamente chileno: el rebelde sobre el que Pablo Neruda escribió en su obra “Fulgor y muerte de Joaquín Murieta”.
La obra del Premio Nobel relata una versión de la historia de Joaquín Murieta, señalando que era un campesino de origen en Quillota que desde Valparaíso habría llegado hasta California cerca de 1850 en el marco de la fiebre del oro. Allá tiene una relación amorosa con Teresa, quien es violada, ultrajada y asesinada por estadounidenses. Murieta decide hacer justicia por mano propia y roba para distribuirlo entre los más pobres. Se convierte en líder del “bandidaje social”, expresión de la resistencia en contra de los poderosos. Se ofrece una fuerte recompensa por la captura, vivo o muerto, del legendario bandolero, el cual finalmente es encontrado y decapitado.
El texto de Neruda es su única obra dramática. Fue musicalizada como cantata u ópera por Sergio Ortega, conocido por la música de los himnos “El pueblo unido jamás será vencido” y “Venceremos”; y se presentó por primera vez en 1967 en el Teatro Antonio Varas, bajo la dirección de Pedro Orthous. La escenografía estuvo a cargo de Guillermo Núñez, Premio Nacional de Artes Plásticas, y la coreografía a cargo de Patricio Bunster. Fue publicado como libro por Editorial Zig Zag ese mismo año.
Neruda acogió una de las versiones sobre el personaje, respecto del cual no hay dudas de su existencia histórica, con datos como su muerte en 1853 y su presencia en California. Al parecer su nombre exacto habría sido Joaquín Murrieta. Sin embargo, quizás por su carácter de leyenda, existe controversia sobre su vida en una gran diversidad de aspectos. Por ejemplo, se sostiene que en realidad no fue chileno, sino que mexicano, lo que parece tener una mayor cantidad de evidencias. En estas versiones hay también relatos distintos sobre su lugar preciso de nacimiento: unos sostienen que fue en Trincheras y otros en Álamos, ambas localidades de Sonora. Parece indudable, por otro lado, que se enfrentó a la explotación y persecución de origen estadounidense a los latinos presentes en el lugar, entre los que había una importante cantidad de chilenos.
En lo que no existen dudas es que Joaquín Murieta ha sido una figura prominente de la creación cultural, incluyendo la literatura, la música popular, el cine y la televisión.
En Chile, inspiró piezas magistrales de la “Nueva Canción Chilena”: “Así como hoy matan negros” y “Ya parte el galgo terrible” de Víctor Jara. La canción “Premonición a la muerte de Joaquín Murieta” fue grabada por Quilapayún en su disco “Avanti!” (1975). La cantante argentina Mercedes Sosa interpretó uno de los textos de la obra de Neruda. La ópera rock rusa “Estrella y muerte de Joaquín Murrieta” (1982) de Alexei Rybnikov y Pavel Grushko, está basada en el texto de Neruda. Un personaje llamado Joaquín Murieta aparece en la novela “Hija de la Fortuna” de Isabel Allende, que trata de una joven chilena (Eliza Sommers) que parte a California en busca de su primer amor (Joaquín Andieta/Murieta).
Ahora bien, un hecho significativo es que todo indica que la leyenda de Joaquín Murieta fue la principal influencia del novelista estadounidense Johnston McCulley cuando creó el personaje de ficción conocido como El Zorro. Apareció por primera vez en el cuento “La maldición de Capistrano” en 1919 en la revista “All–Story Weekly”, publicación pulp (como llaman en el país del norte a la literatura de consumo popular y encuadernación de bajo costo). El relato hablaba de Don Diego Vega, joven de la aristocracia californiana durante la era mexicana, quien lucha con una identidad secreta contra las injusticias cometidas por las autoridades y por la defensa de los oprimidos. Por su inmediato enorme éxito, al año siguiente apareció la primera película sobre el personaje: “La marca del Zorro” de Douglas Fairbanks.
McCulley escribió a partir de 1922 otras 60 historias adicionales sobre el Zorro, en que se introdujeron algunas modificaciones. El nombre de Diego Vega se convirtió en Diego de la Vega. Se adoptó como traje del Zorro el mismo que usó Fairbanks en la película: es decir, enmascarado, vestido de completo negro y con una capa. Desde entonces, sus apariciones en el cine, la televisión, la literatura y los comics se multiplicaron. En Chile, en los años 60 la Editorial Zig Zag publicó numerosas ediciones en historieta del Zorro, con argumentos y dibujos de artistas chilenos. En el 2005, la escritora Isabel Allende publicó su novela “El Zorro: comienza la leyenda”.
Es probable que la imagen más recordada hoy del Zorro sea resultado de la serie de Walt Disney, que fue transmitida en 78 episodios entre 1957 y 1959, y repuesta en todo el mundo una y otra vez hasta la actualidad. Fue protagonizada por Armando Joseph Catalano, conocido artísticamente como Guy Williams, quien falleció en la soledad en 1989 en Buenos Aires, Argentina, país que fue su segunda patria y al que había llegado por primera vez en abril de 1973.
En la serie de televisión de Disney, Kent Taylor y Paul Picerni interpretan a dos hermanos llamados Carlos y Pedro Murrieta.
En la película “La máscara del Zorro” de 1998, protagonizada por Antonio Banderas, se mostró la influencia de Joaquín Murieta en la creación del personaje, cuya identidad real ahora es Alejandro Murrieta. Según el relato, Alejandro Murrieta luego de la muerte de su hermano Joaquín se convierte en el Zorro.
El Zorro fue inspiración de otros personajes de ficción de la industria cultural, como “El Llanero Solitario”. Pero, sin duda, el principal de ellos fue Batman.
El propio Bob Kane lo contó así: “En realidad me inspiré en tres influencias para Batman. Una fue Leonardo da Vinci. Él había diseñado una máquina voladora 500 años atrás. Se trataba de un hombre provisto de un arnés con alas de murciélago, el primer planeador. Vi ese dibujo cuando tenía 13 años y lo que observé parecía un hombre–murciélago. Mi segunda influencia fue una película llamada ‘La marca del Zorro’. Y ahí estaba la identidad dual. El zorro era una especie de ‘playboy’, que por la noche se convertía en un cruzado luchador en contra de la injusticia. La tercera influencia fue la película de misterio ‘The Bat Whispers’. La única diferencia era que The Bat era un villano. Podrías ver las sombras del murciélago a lo largo de la película, pero en el final se revela en su disfraz, que no es demasiado diferente de mi propio disfraz”.
El perfil moderno de Batman, como el que se ha visto en la mayoría de sus películas, se debe a dos sagas. La primera de ellas fue “Batman: Año Uno”, publicada por DC Comics en 1987, con guiones de Frank Miller y dibujos de David Mazzucchelli. La otra “Batman: El Regreso del Caballero Oscuro”, que apareció un año antes, escrita e ilustrada por Miller.
Se recoge la conocida historia del comienzo de la carrera de Bruce Wayne como justiciero enmascarado. Había decidido transformarse en Batman luego de ver, cuando era niño, que sus padres eran asesinados en la noche por un anónimo asaltante… Habían ido al cine a ver “La marca del Zorro”, el personaje inspirado en Joaquín Murieta.
Por Víctor Osorio. El autor es periodista.
Santiago, 30 de marzo 2019
Crónica Digital.