La cancillería rusa denunció hoy la hipocresía en el informe de la ONU para los Derechos Humanos sobre la situación en Ucrania sin que se exija el cese de la operación militar en el sureste de ese país.
Al comentar el cuarto reporte mensual de la Alta Comisionada y de la misión observadora dedicado a la crisis ucraniana, el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores Alexander Lukashevich dijo que la principal conclusión es que resulta subjetivo e hipócrita.
Subrayó que la misión observadora de la ONU no tomó en cuenta la demanda de principio de exigir a las autoridades de Kiev un cese inmediato de la operación de castigo contra su propio pueblo.
Sin esa demanda hablar de los derecho humanos en Ucrania pierde todo sentido, enfatizó Lukashevich, al tiempo que cuestionó, según ese documento, el derecho que se le otorga al Gobierno de «usar legítimamente la fuerza para restablecer el orden» y se justifica así la operación que llevan a cabo los castigadores ucranianos.
El diplomático consideró que la Alta Comisionada y la misión observadora deben dirigir los esfuerzos no a justificar la violencia de las autoridades ucranianas, sino a coadyuvar al cese al fuego en ese país y el inicio del diálogo de Kiev con los representantes de las regiones orientales con el fin de establecer la paz.
Al analizar el contenido del informe el portavoz de la Cancillería comentó que se distorsionan los hechos cuando se afirma que Kiev comenzó la operación en respuesta a las acciones de los milicianos.
Acentuó el diplomático que la población de esas regiones tomó las armas para defenderse ellos y sus familias de los ultranacionalistas y fascistas, incluidos los mercenarios, que participan en la operación militar reclutados en los comandos especiales, según constataron denuncias al respecto.
Lukashevich deploró igualmente que el informe no refleja el empleo por el ejército ucraniano y la Guardia Nacional de los letales sistemas de cohetes múltiples Grad en los bombardeos indiscriminados a sectores residenciales en las regiones de Donetsk y Lugansk.
Llamó la atención el vocero de la cancillería sobre el silencio de la misión de la ONU en relación con las múltiples violaciones a los derechos humanos, las normas internacionales del derecho humanitario y la violencia cruel de las autoridades ucranianas, y advirtió que ocultar todo ello se revertería en un descrédito del organismo.
Mientras tanto, insistió Lukashevich, continúan los bombardeos indiscriminados de ciudades y poblados en el oriente de Ucrania, como causa principal del creciente incremento de las víctimas mortales.
El plenipotenciario de los derechos humanos en la Cancillería de Rusia, Konstantin Dolgov, condenó, por su parte, el bloqueo informativo a los medios masivos de comunicación rusos en Europa, en el contexto de la situación en Ucrania.
Con ello, según el diplomático, se les niega el derecho legítimo a los europeos de recibir información objetiva y confiable sobre lo que acontece en ese país. Afirmó Dolgov que mientras ello suceda quedarán en declaratorias vacías las pretensiones de la Unión Europea a erigirse como «faro y árbitro» en materia de derechos humanos y democracia.
Moscú, 29 de julio 2014
Crónica Digital / pl