La abanderada de Chile a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, Erika Olivera, expresó hoy su agradecimiento por el apoyo recibido y a la vez mostró alivio por la salida del país de su padrastro y violador.
El caso de la fondista y maratonista, que irá a sus quintos Juegos Olímpicos, causó conmoción en la sociedad chilena tras conocer las revelaciones de Olivera de que fue violada durante 11 años por su padrastro.
De acuerdo con reportes fidedignos, el pastor evangélico Ricardo Olivera, denunciado por Erika Olivera, huyó del país hacia su natal, Argentina.
Cruzó el domingo la frontera por el Paso Los Libertadores, un día después de conocerse los relatos de la deportista en una entrevista a la Revista Sábado del diario El Mercurio.
Desde Brasil, donde se encuentra entrenándose, Erika, de 42 años, comentó que «este hombre debe estar escondido por ahí, siempre fue un cobarde».
«Me he sentido aliviada de esta carga que pesó bastante por muchos años, sé que las reacciones en el país han sido muy fuertes. Por un lado digo que bueno que suceda, pero igual me pregunto hasta cuándo habrá que esperar (…)», declaró.
El Movimiento por los Derechos Sexuales y Reproductivos (Miles) de Chile se mostró sobrecogido por los abusos y violaciones que sufrió Érika Olivera.
En una nota el Miles expresó conmoción por el caso de Olivera, quien sistemática fue víctima de abusos sexuales de su padrastro, Ricardo Olivera, desde los 5 hasta los 17 años de edad.
«Valoramos profundamente el coraje de Erika para romper el silencio, después de tantos años de angustia y sufrimiento. Su relato es crudo y doloroso, está cruzado por continuas injusticias (…)», comentó Miles.
Su historia refleja la realidad de muchas mujeres en Chile. Es muy sanador que Érika denuncie los abusos ante la PDI y públicamente, acotó la directora de Miles, Claudia Dides.
En su dramática confesión, que hizo con el deseo de pasar la página a su triste historia, señaló que todo pudo cerrarse de otra forma.
«Pienso que pude terminar en la cárcel, porque llegué a ese punto y hubiera sido una delincuente, porque no me hubiesen condenado por defenderme de un violador, si no por asesinato.» sentenció.
De 1996 a 2000, Erika Olivera estableció récords chilenos de 5.000 y 10.000 metros planos, además de maratón y la media maratón, marcas todavía vigentes.
Ganadora de la medalla de oro en los Panamericanos de Winnipeg 1999, es madre de cinco hijos.
Santiago de Chile, 7 julio 2016
Crónica Digital / PL