Entiendo que se busca una fórmula que combine las ventajas de cierto binominalismo con las exigencias de un sistema electoral más proporcional. No puedo pretender avanzar fórmulas, lo que me interesa ahora es precisar los criterios que deben presidir las opciones de los parlamentarios.
Lo que hay que aplicar aquí es un criterio funcional; el sistema que permite a la institución Parlamento ejercer mejor su función esencial: legislar a nombre de todo el pueblo a favor del bien común. Es decir, un Parlamento democrático debe representar al pueblo y para esto lo más indicado y justo parece ser la representación proporcional. Por lo demás este sistema es el que predomina en las sociedades y democracias avanzadas.
Sin embargo, en vista de la función legislativa que exige consensos y aprobaciones, es conveniente evitar la excesiva dispersión de partidos políticos. Además, en una eventual votación ajustada, una representación menor puede tener un peso o influencia que no le corresponde en una coyuntura específica que afecte al país. Por esto, una fórmula que favorezca los dos partidos mayores sin quitar a los partidos menores una equitativa representación, podría ser preferible y equitativo.
Lo que hay que excluir de todas maneras en la solución de esta problemática es un criterio pequeño-partidista. En particular la combinación que favorezca más a mi partido o a mi futura postulación. Estaría de más decir esto si no hubiéramos escuchado que se rechazó -entre otras cosas- la proposición Boeninger alegando que tal partido se vería favorecido y tal otro no. Es imperativo que en esta discusión se autentifiquen bien los criterios y que una verdadera democracia se vea honrada. Esto lo pide la ciudadanía.
En las últimas elecciones se pudieron experimentar todas las deficiencias y carencias del régimen binominal tal cual se ejerció. Todos los candidatos lo percibieron y prometieron, públicamente, remediarla a la brevedad. Era por de pronto evidente que partidos de larga trayectoria en Chile como el Partido Comunista, no podían -ni pueden- quedar a priori excluidos. Superar esta anomalía que perturba y daña el libre ejercicio de la democracia, es sin duda una tarea urgente de toda la sociedad que no quiere más resabios insostenibles de la dictadura militar.
P. José Aldunate, SJ El autor es miembro del Consejo Editorial de Crónica Digital.
Santiago de Chile, 11 de julio 2006
Crónica Digital
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