Operación Milagro es el nombre del proyecto humanista que Cuba y Venezuela llevan adelante en el contexto de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) que tiene como fin devolverle la vista a niños, jóvenes y adultos con discapacidad de Venezuela, Bolivia, Chile, Ecuador y toda América Latina.
Un programa de cooperación iniciado por Cuba que se desarrolla en 24 países de Latinoamérica y el Caribe. En apenas año y medio se ha operado alrededor de 210.000 personas de forma gratuita, lo cual refleja el profundo sentido humano y solidario de la hermosa nación cubana.
La Misión Milagro surge en el marco de los acuerdos entre Caracas y La Habana. Tras crear la llamada misión Barrio Adentro, donde varios miles de médicos cubanos trabajan en las zonas más humildes de Venezuela, donde viven familias que carecían de los servicios públicos mas elementales.
Aquí se detectaron enfermedades oftalmológicas de sencilla curación que mantenían en la ceguera a miles de venezolanos. Un puente aéreo entre Cuba y Venezuela podía resolver muchas de esas enfermedades gracias al importante desarrollo de la sanidad cubana. El acuerdo contemplaba la gratuidad de toda la atención en salud para los enfermos.
La médica Ana Iris Alvarez se ha incorporado como voluntaria hace algunos meses. Trabaja habitualmente en el hospital Hermanos Amejeidas de La Habana. Afirma que su experiencia es «muy buena por tratarse de ayudar a otras personas que se sienten maltratadas por no tener acceso a la salud, muchas nunca han podido ver».
Un paseo por el avión permite observar un ambiente muy diferente al habitual en cualquier vuelo internacional. Campesinos que no se despegan su tradicional sombrero, mujeres con sus sencillas ropas y su pañuelo al cuello, ancianos, algunos en silla de ruedas, ayudados solo por un bastón o algún familiar.
Pocas veces uno puede viajar con tanto «pueblo» en avión. Aquí no hay corbatas, ni maletines ni teléfonos móviles, tampoco bolsas de compra de comercios de aeropuertos. En este viaje sólo se ve pueblo que nunca salió de su provincia ni viajó en avión. Nunca nadie se interesó por sus discapacidades, menos aún facilitarles un avión para devolverles la vista.
Muchos tienen serias dificultades para moverse por la falta de visión, emociona ver como todo el personal de Cubana de Aviación les atiende mimosamente. Sólo de pensar que estas personas que se mueven a tientas, volverán en un par de semanas a Venezuela viendo, puedo comprender la denominación de este programa: Misión Milagro.
Entre los enfermos procedentes de Cuba con los que se comparte el trayecto La Habana – Caracas, se encuentra Benedicta Zambrano, una anciana de 76 años que apenas con un derruido camisón se encontraba haciendo un viaje internacional en avión acompañada de su hija Isabel.
«Yo soy humilde y pobre, estaba muy mala de los dos ojos, de cataratas, de los dos ojos no podía ver», cuenta. Tras pasar dieciocho días en La Habana se le ha operado de ambos y vuelve con la vista recuperada. Benedicta explica que vive en una sencilla casa alquilada en Caracas y cobra una pensión de 402.000 bolívares, unos $ 80.000 pesos chilenos.
«En los hospitales públicos me dijeron que no me podían operar y en los privados el precio era de ocho millones de bolívares» (2 millones y medio de pesos chilenos). Es evidente que no podía asumir el precio de la intervención, equivalente a veinte mensualidades de su pensión. Fue entonces cuando su hija solicitó que se le incluyera en la Misión Milagro.
Mientras esto se silencia, un diario español dedica en su revista semanal varias páginas a todo color, con varias fotografías ampliadas, el caso de una niña de Ganha, repito – una niña -, que será llevada a España para ser operada de cataratas gracias a la ayuda de una Empresa integrada por 900 ópticas.
Cuba y Venezuela le han devuelto la visión a más de 210.000 personas de América Latina y El Caribe, que han sido operadas totalmente gratis de cataratas y estrabismo. «Sin duda la Operación Milagro es la más importante noticia que han recibido las personas con discapacidad de nuestro continente en lo que va de la historia».
Mientras tanto en Chile, país capitalista, cientos de miles de discapacitados solo por no tener recursos, se encuentran imposibilitados de operarse gratuitamente para recuperar su visión o superar algún otro tipo de limitación que les permita integrarse sin ningún tipo de discriminación.
Por:Alejandro Hernández, es Experto en Discapacidad y Presidente de la Fundación Nacional de Discapacitados director@fnd.cl www.fnd.cl
Santiago de Chile, 13 de octubre 2006
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