El propio primer ministro británico Anthony Blair admitió en el prefacio del documento las nefastas consecuencias del cambio climático para el planeta.
«Queda claro que las emisiones de los gases que causan el efecto invernadero -asociados con la industrialización y el crecimiento económico- está provocando una tasa de calentamiento global que es insostenible», reconoció.
Una décima parte del agua dulce del planeta se encuentra en esa isla, donde los últimos estudios revelan que el tamaño de los hielos se ha reducido en sus bordes a consecuencia del aumento de la temperatura global.
De acuerdo con el texto, son bajas las posibilidades de que las emisiones de gases causantes de efecto invernadero se mantengan por debajo de niveles peligrosos, debido a los intereses económicos de países como Estados Unidos.
Aunque el calentamiento global afecta a todas las naciones, son los países pobres y las islas pequeñas los más vulnerables a ese fenómeno.
El impacto del aumento de las temperaturas en varios niveles fue investigado por un equipo de científicos.
Según sus conclusiones, si suben un grado Celsius más de lo normal muchos ecosistemas y especies peligrarían.
«Con un calentamiento de entre uno y dos grados se incrementan de modo significativo los riesgos generales, y a escala regional, el impacto es sustancial», señaló Hill Hare, del Instituto Potsdam de Investigación sobre el Cambio Climático en Alemania.
Si la temperatura se eleva por encima de los dos grados, se producirían daños aún más severos a los ecosistemas, se extinguirían muchas especies, habría hambruna, escasez de agua y afectaciones socioeconómicas, principalmente en naciones pobres.
Aunque las nuevas tecnologías constituyen una opción para combatir ese problema, su solución requiere también la eliminación de barreras políticas, sociales y de conducta, afirmaron expertos de la Agencia de Evaluación Ambiental de Holanda.
Pese a los riesgos que representa el cambio climático, Estados Unidos, el país con mayor emisión de gases de efecto invernadero, se ha negado a unirse a los esfuerzos globales contra el calentamiento planetario.
Londres, 31 de enero 2006
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