Auspiciado por la Administración Nacional Océanica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), el periplo cumple el propósito de hacer un Censo de Vida Marina, y en él tomaron parte 28 investigadores de 14 países.
Una sorprendente fauna fue el botín hallado por estos científicos durante los 20 días en que se sumergieron en las profundidas del Atlántico, como es el caso del plancton formado por finas y transparentes especies, emparentadas con las medusas.
A ello se les suma varios tipos de peces y camarones de tamaño microscópico y algunos gasterópodos que están relacionados con caracoles de especies terrestres vistos en jardines húmedos.
Para cumplir con sus propósitos, los especialistas descendieron a profundidades entre uno y cinco kilómetros, tomaron fotografías y constataron la abundancia de zooplancton, compuesto por pequeños organismos integrantes de la cadena alimentaria en ese medio.
Gracias a este esfuerzo por vez primera se lograron secuencias de raros ejemplares de ostrácodos, así como peces de aguas profundas y medusas.
De acuerdo con el criterio de los científicos, los efectos del cambio climático pudieran poner en peligro la vida de numerosas especies de peces, crustáceos y mamíferos, por lo que consideran el Censo de gran importancia.
Paola Batta-Lona, de la Universidad de Connecticut y especialista en ADN dentro de la expedición, explicó que los colegas de su equipo extrajeron, procesaron y secuenciaron ese material genético de los organismos, en complemento al trabajo identificador de otros expertos.
Se estima que las faenas del estudio necesitaron la captura de miles de especies procedentes en lo fundamental del primer kilómetro de profundidad, aunque se obtuvieron especímenes habitantes de zonas urbicadas a cinco mil metros de la superficie.
Lamentablemente algunos organismos murieron en el camino hacia el buque madre, sin que pudieran ser clasificados y estudiados, en lo que influyó el cambio de las bajas temperaturas de su hábitat a otra ligeramente superior, en algunos casos.
Los oceanógrafos esperan poder comparar, de aquí a unos años lo existente en la actualidad con lo que sobreviva en el futuro en cuanto a fauna marina se refiera y así poder llegar a conclusiones sobre los perjuicios del actual proceso de calentamiento global.
Los expertos se auxiliaron de un moderno sistema de redes, que pudieron extenderse desde los cinco mil metros de profundidad, de distinta manera y hacia arriba, abarcando diferentes honduras del océano, de acuerdo con un criterio selectivo.
Washington,11 de Mayo 2006
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